"Creo que la propuesta de que el tipo de ciudad que queremos construir
debería reflejar nuestros deseos y necesidades personales es una
propuesta muy importante. Sabes, nuestro entorno social, cultural,
económico, político y urbano es muy importante. ¿Cómo desarrollamos
estas actitudes y tendencias? Esto es importante.
Así, al vivir en una
ciudad como Nueva York, tienes que viajar por la ciudad, transportarte, y
tratar con otras personas de una manera muy determinada. Como todo el
mundo sabe, los neoyorquinos tienden a ser fríos y bruscos con los
demás. Eso no significa que no se ayuden entre sí, pero para
tratar con el ajetreo diario, y las cantidades masivas de gente en las
calles y en el metro, debes negociar con la ciudad de una manera
determinada.
En la misma línea, vivir en una urbanización privada en las áreas
residenciales conduce a determinadas maneras de pensar sobre en qué
debería consistir la vida diaria. Y estas cosas evolucionan hacia
diferentes actitudes políticas, que a menudo incluye mantener ciertas
urbanizaciones privadas y exclusivas, al precio de lo que pase en la
periferia. Estas actitudes sociales y políticas son creadas por el tipo
de entorno que creamos.
Para mí esa es una idea muy importante: las
respuestas revolucionarias al entorno urbano tienen muchos precedentes
históricos. Por ejemplo, en París en 1871, había un tipo de
postura en la que la gente quería un tipo de urbanización diferente;
querían diferentes tipos de personas viviendo allí; era una
reacción al desarrollo especulativo-consumidor de clase alta que tenía
lugar en ese momento.
En consecuencia, hubo un levantamiento que exigía
diferentes tipos de relaciones: relaciones sociales, relaciones de
género y relaciones de clase.
En este sentido, si quieres construir una ciudad donde, digamos, las
mujeres se sientan cómodas, por ejemplo, construirías una ciudad muy
diferente de las que conocemos. Todas estas cuestiones están ligadas a
la cuestión de en qué tipo de ciudad queremos vivir. No podemos
divorciarla del tipo de personas que queremos ser; qué tipo de
relaciones de género, de clase, etc.
Para mí, el proyecto de construir
la ciudad de una forma diferente, con una filosofía diferente, con
intenciones diferentes, es una idea muy importante. Ocasionalmente esa
idea ha sido emprendida en movimientos revolucionarios, como la Comuna
de París. Y hay muchos más ejemplos que podríamos citar, como la huelga general en Seattle hacia 1919. El pueblo tomó el control de toda la ciudad,
y empezaron a montar estructuras comunitarias.
En Buenos Aires en 2001
estaban pasando estas mismas cosas. En El Alto en 2003 hubo otro tipo de
erupción. En Francia, hemos visto las áreas suburbanas disolviéndose en
revueltas y movimientos revolucionarios durante los últimos 20-30 años.
En Gran Bretaña, hemos visto este tipo de revueltas y levantamientos una y otra vez, que son realmente una protesta contra la manera en que se vive la vida diaria.
Ahora, los movimientos revolucionarios en áreas urbanas se desarrollan bastante lentamente.
No puedes cambiar toda la ciudad en una noche. Lo que vemos, sin
embargo, es una transformación en el estilo de la urbanización en el
período neoliberal. (...)
Así, hay que mirar a la urbanización como un producto de la búsqueda de
formas en las que absorber la productividad y producción crecientes de una sociedad capitalista muy dinámica que debe crecer a una tasa del 3% de crecimiento compuesto si quiere sobrevivir.
Ésa es para mí la pregunta:
¿Cómo vamos a absorber este 3% de
crecimiento compuesto en los próximos años a fin de evitar los dilemas
de urbanización/suburbanización del pasado? Es interesante
conceptualizar cómo podría hacerse. (Entrevista a David Harvey, Diagonal Global, 12/03/2013)
"Justo ahora, los chinos están intentando limitar su tasa de crecimiento.
Así que, en vez de buscar una tasa de crecimiento del 10% del PIB,
están apuntando a un crecimiento del 7-8% en los años que vienen.
Intentarán “bajar las revoluciones”. Quiero decir, por favor, los chinos tienen como cuatro ciudades vacías. ¿Puedes creértelo?
Ciudades completamente vacías.
¿Qué pasará en los próximos años? ¿Estas
ciudades se convierten en áreas urbanas productivas? ¿Simplemente se
quedarán así y se pudrirán? En cuyo caso, un montón de dinero se
perdería y una gran depresión golpearía a China también." (Entrevista a David Harvey, Diagonal Global, 15/03/2013)
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