18/3/24

Tal día como hoy, hace 48 años, Aldo Moro, presidente de la gobernante Democracia Cristiana, fue secuestrado por las Brigadas Rojas. Fue asesinado 55 días después, cambiando la historia de Italia para siempre y poniendo fin a los intentos del país de desarrollar una política autónoma de Estados Unidos. Ahora sabemos que Estados Unidos, como mínimo, presionó a las autoridades italianas para que permitieran que mataran a Moro, y posiblemente estuvieron involucrados en toda la operación desde el principio. Moro quería llevar al gobierno al Partido Comunista, el segundo partido más grande del país, poniendo fin a la exclusión de los comunistas del gobierno durante décadas (Thomas Fazi)

Thomas Fazi @battleforeurope

Tal día como hoy, hace 48 años, Aldo Moro, presidente del gobernante Partido Democracia Cristiana, fue secuestrado por las Brigadas Rojas. Fue asesinado 55 días después, cambiando la historia de Italia para siempre y poniendo fin a los intentos del país de desarrollar una política autónoma de Estados Unidos. Ahora sabemos que Estados Unidos, como mínimo, presionó a las autoridades italianas para que permitieran que mataran a Moro, y posiblemente estuvieron involucrados en toda la operación desde el principio. Moro quería llevar al gobierno al Partido Comunista, el segundo partido más grande del país, poniendo fin a la exclusión de los comunistas del gobierno durante décadas. Estados Unidos se opuso vehementemente a que el Partido Comunista más grande de Europa occidental se integrara al discurso político dominante de lo que podría decirse que era el país más importante de la OTAN en ese momento. No mucho antes de su secuestro y asesinato, Kissinger le dijo a Moro que iba a "pagar un alto precio por ello".

(On this day, 48 years ago, Aldo Moro, president of the ruling Christian Democracy Party, was kidnapped by the Red Brigades. He was murdered 55 days later, changing Italian history forever and putting an end to the country’s attempts to develop an autonomous policy from the US. We now know the US, at the very least, pressured the Italian authorities to allow Moro to be killed — and were possibly involved in the entire operation right from the start. Moro wanted to bring the Communist Party, the country’s second-largest party, into government, putting an end to the decades-long exclusion of the communists from government. The US vehemently objected to having Western Europe’s largest Communist party integrate into the mainstream political discourse of what was arguably NATO’s most important country at the time. Not long before his kidnapping and murder, Kissinger told Moro he was going to “pay dearly for it”.)

5:42 p. m. · 16 mar. 2024 24,1 mil Reproducciones

14/3/24

Cuando los millonarios se preparan para el colapso... El 1% más rico está construyendo refugios de seguridad para sobrevivir ante posibles colapsos ambientales, sociales y nucleares. La tendencia no es nueva, pero se ha multiplicado desde la pandemia y la invasión de Ucrania... unos cuantos multimillonarios entienden que ya no alcanza con construir refugios subterráneos blindados, sino que buscan crear ecosistemas propios, porque la supervivencia de la clase dominante depende de desarrollar y controlar un ecosistema propio, en el que no sólo pueda salvarse del colapso, sino continuar con sus vidas... hay que recordar que millones de personas en grandes ciudades, como la Ciudad de México o Sao Paulo, no tienen agua potable ni alcantarillado

 "El 1% más rico está construyendo refugios de seguridad para sobrevivir ante posibles colapsos ambientales, sociales y nucleares. La tendencia no es nueva, pero se ha multiplicado desde la pandemia y la invasión de Ucrania. Sobre todo, las modalidades han cambiado, a tono con los tiempos neoliberales.

Las cientos de páginas web que ofrecen refugios o búnkeres, aseguran que el negocio está al alza. Desde un crecimiento de 400 por ciento en Estados Unidos, según New York Post (4/4/20), hasta una empresa de Berlín que asegura que las consultas se centuplicaron según un informe de la Deutsche Welle (18/1/23).

El portal xataka.com destaca que las empresas dedicadas a la “gestión de emergencias” o “preparacionismo”, como lo denominan, ganarán 149 mil millones de dólares en 2025. Estima que 50 por ciento de los multimillonarios de Silicon Valley tiene al menos un refugio blindado, cuyo costo oscila entre 40 mil y 2.5 millones de dólares (2/8/23).

Un recorrido por los portales dedicados a ofrecer refugios, permite aquilatar la sofisticación propia de una clase dominante que no escatima recursos para vivir mejor.

Durante la guerra fría los países europeos, la Unión Soviética y China –donde era más probable una conflagración nuclear– construyeron enormes refugios para sus poblaciones. La República Federal de Alemania contaba con unos 2 mil refugios que podían albergar a 3 millones de personas, 5 por ciento de la población. En Finlandia se construyeron más de 50 mil refugios, para 80 por ciento de la población.

En China, Mao llamó al pueblo a construir refugios. La respuesta fue rápida y masiva, al punto que “las 75 ciudades más grandes del país habían cavado suficientes túneles como para albergar a 60 por ciento de sus poblaciones” (Clarin, 10/8/20).

La URSS construyó ciudades subterráneas para millones de personas.

Sin embargo, ahora los refugios son bien diferentes, como destaca un reciente informe de Asia Times (1/3/24) titulado “Los búnkeres de los multimillonarios son el nuevo tecnofeudalismo”. Mark Zuckerberg, el multimillonario creador de Facebook, ha estado comprando grandes extensiones en la isla hawaiana de Kauai, donde está construyendo un complejo de 400 millones de dólares australianos. La finca está vigilada por numerosos guardias.

Además del “enorme búnker subterráneo”, tiene varias mansiones de gran tamaño, maquinaria dedicada a la potabilización, desalinización y almacenamiento de agua. “Está criando su propio ganado, alimentándolo con nueces de macadamia cultivadas en el rancho y también con cerveza elaborada allí”, señala el informe de Asia Times firmado por los profesores Katherine Guinness, Grant Bollmer y Tom Doig.

Al parecer, unos cuantos multimillonarios entienden que ya no alcanza con construir refugios subterráneos blindados, sino que buscan crear ecosistemas propios, porque la supervivencia de la clase dominante depende de desarrollar y controlar un ecosistema propio, en el que no sólo pueda salvarse del colapso, sino continuar con sus vidas.

Como se ve, ya no se aspira a proteger a las poblaciones de las catástrofes, sino apenas a la propia familia, lo que muestra el triunfo de un individualismo feroz que no toma en cuenta al resto de la humanidad. Ambos hechos están mostrando la deriva actual de los sectores dominantes en el mundo.

Para los sectores populares no son éstas las alternativas posibles ante el colapso. No pueden construirse refugios, ni ecosistemas propios. Apenas pueden sobrevivir bajo el capitalismo de guerra que los condena al sótano sistémico. Los estados y los gobiernos en América Latina no tienen la menor previsión sobre las catástrofes por venir. Alcanza con recordar que millones de personas en grandes ciudades, como la Ciudad de México o Sao Paulo, no tienen agua potable ni alcantarillado.

Los pueblos no pueden encarar el colapso de modo individual sino comunitario, con base en trabajos y cuidados colectivos. A la luz de lo que hace el 1% más rico, podemos comprender mejor la tenacidad de los pueblos en el cuidado de su mundo natural y el empeño de los de arriba en destruir los ecosistemas que pueden proteger la vida en común.

Por lo que conozco, sólo el EZLN ha promovido un debate sobre el colapso, hace ya nueve años en el seminario El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista. Han sido coherentes y se preparan para sobrevivir a la multiplicación de desastres, como enseñan los 21 comunicados desde octubre de 2023 hasta el 30 aniversario del levantamiento del 1º de enero de 1994.

Lamentablemente, ni las izquierdas progresistas, ni las academias ni el grueso de los movimientos, están adoptando una actitud similar de pensar y hacer ante el colapso. Sólo algunos pueblos originarios comparten las preocupaciones zapatistas, en base a sus propias cosmovisiones."                     (Raúl Zibechi,Jaque al neoliberalismo, 09/03/24, fuente La Jornada )

8/3/24

Aleksandra Kollontái: ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer... Hay una gran contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su señora… Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la Mujer... así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres... Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección especial para el trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus hijos, derechos políticos para las mujeres y la defensa de sus intereses. Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía mujer/trabajadora, más ansiosamente las mujeres se unían al partido, más apreciaban el rol del partido como su verdadero defensor y más decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba por sus necesidades... las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y sus demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase

 "¿Qué es el día de la mujer? ¿Es realmente necesario? ¿No es una concesión a las mujeres de clase burguesa, a las feministas y sufraguistas? ¿No es dañino para la unidad del movimiento obrero? Esas cuestiones todavía se oyen en Rusia, aunque ya no en el extranjero. La vida misma le ha dado una respuesta clara y elocuente a estas preguntas.

El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero. El ejército organizado de mujeres trabajadoras crece cada día. Hace veinte años las organizaciones obreras sólo tenían grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos obreros… Ahora los sindicatos ingleses tienen más de 292.000 mujeres sindicadas; en Alemania son alrededor de 200.000 sindicadas y 150.000 en el partido obrero, en Austria hay 47.000 en los sindicatos y 20.000 en el partido. En todas partes, en Italia, Hungría, Dinamarca, Suecia, Noruega y Suiza, las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas. El ejército de mujeres socialistas tiene casi un millón de miembros. ¡Una fuerza poderosa! Una fuerza con la que los poderes del mundo deben contar cuando se pone sobre la mesa el tema del coste de la vida, el seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger a las trabajadoras.

Hubo un tiempo en el que los hombres trabajadores pensaron que deberían cargar ellos solos sobre sus hombros el peso de la lucha contra el capital, pensaron que ellos solos debían enfrentarse al «viejo mundo» sin el apoyo de sus compañeras. Sin embargo, como las mujeres de clase trabajadora entraron en las filas de aquellos que vendían su trabajo a cambio de un salario, forzadas a entrar en el mercado laboral por necesidad, porque su marido o padre estaba en el paro, los trabajadores empezaron a darse cuenta de que dejar atrás a las mujeres entre las filas de «no-conscientes» era dañar su causa y evitar que avanzara. ¿Qué nivel de conciencia posee una mujer que se sienta en el fogón, que no tiene derechos en la sociedad, en el estado o en la familia? ¡Ella no tiene ideas propias! Todo se hace según ordena su padre o marido…

El retraso y falta de derechos sufridos por las mujeres, su dependencia e indiferencia no son beneficiosos para la clase trabajadora, y de hecho son un daño directo hacia la lucha obrera. ¿Pero cómo entrará la mujer en esa lucha, como se la despertará?

La socialdemocracia extranjera no encontró la solución correcta inmediatamente. Las organizaciones obreras estaban abiertas a las mujeres, pero sólo unas pocas entraban. ¿Por qué? Porque la clase trabajadora al principio no se percató de que la mujer trabajadora es el miembro más degradado, tanto legal como socialmente, de la clase obrera, de que ella ha sido golpeada, intimidada, acosada a lo largo de los siglos, y de que para estimular su mente y su corazón se necesita una aproximación especial, palabras que ella, como mujer, entienda. Los trabajadores no se dieron cuenta inmediatamente de que en este mundo de falta de derechos y de explotación, la mujer está oprimida no sólo como trabajadora, si no también como madre, mujer. Sin embargo, cuando los miembros del partido socialista obrero entendieron esto, hicieron suya la lucha por la defensa de las trabajadoras como asalariadas, como madres, como mujeres.

Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección especial para el trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus hijos, derechos políticos para las mujeres y la defensa de sus intereses.

Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía mujer/trabajadora, más ansiosamente las mujeres se unían al partido, más apreciaban el rol del partido como su verdadero defensor y más decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba por sus necesidades. Las mujeres trabajadoras, organizadas y conscientes, han hecho muchísimo para elucidar este objetivo. Ahora el peso del trabajo para atraer a las trabajadoras al movimiento socialista reside en las mismas trabajadoras. Los partidos en cada país tienen sus comités de mujeres, con sus secretariados y burós para la mujer. Estos comités de mujeres trabajan en la todavía gran población de mujeres no conscientes, levantando la conciencia de las trabajadoras a su alrededor. También examinan las demandas y cuestiones que afectan más directamente a la mujer: protección y provisión para las madres embarazadas o con hijos, legislación del trabajo femenino, campaña contra la prostitución y el trabajo infantil, la demanda de derechos políticos para las mujeres, la campaña contra la subida del coste de la vida…

Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y sus demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase.

En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su falta de derechos. Pero algunos dicen ¿por qué está separación de las luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día de la Mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin, una concesión a las feministas y sufraguistas burguesas? Sólo aquellos que no comprendan la diferencia radical entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufraguistas burguesas pueden pensar de esa manera.

¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos. ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer.

Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar. Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no sólo somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad.

Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo.

Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufraguistas burguesas se han separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus objetivos. Hay también una gran contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su señora… Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres.

Cada distinción especial hacia las mujeres en el trabajo de una organización obrera es una forma de elevar la conciencia de las trabajadoras y acercarlas a las filas de aquellos que están luchando por un futuro mejor. El Día de la Mujer y el lento, meticuloso trabajo llevado para elevar la auto-conciencia de la mujer trabajadora están sirviendo a la causa, no de la división, sino de la unión de la clase trabajadora.

Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la Mujer."                ( Aleksandra Kollontái , El Viejo Topo, 08/03/24)

5/3/24

Max Fisher: “Silicon Valley quiere que creamos que no se puede tener lo bueno de las redes sin sufrir lo malo, pero no es cierto”... Estas compañías han sido tan efectivas en dominar completamente la forma en que consumimos información, la forma en que nos relacionamos unos con otros... La adicción es definitivamente una parte importante... están diseñadas para eso, para ser químicamente adictivas, para producir una respuesta de dopamina en tu cerebro. Algo a lo que es muy difícil renunciar... Facebook, Twitter, YouTube o Instagram están diseñadas para distorsionar lo que vemos y distorsionar nuestras experiencias para hacerlas más adictivas... Es difícil saber en qué momento se vieron obligados a admitir que sus productos son perjudiciales y no liberadores. Pero sabemos que están eligiendo no cambiarlos porque no quieren ganar menos dinero del que están ganando... pero sabemos que tecnológicamente es factible volver. Todo lo que tendrías que hacer es desactivar las funciones que maximizan la capacidad adictiva en las redes sociales. Las prioridades del algoritmo que determina lo que ves y el orden en que lo ves... Las empresas no lo van a hacer, y el Gobierno de los EEUU tampoco. Nuestro sistema político es demasiado disfuncional ahora mismo como para un reto así

 "En 2016 Donald Trump llegó a la Casa Blanca y el Reino Unido decidió irse de la UE. El mundo se preguntó qué estaba pasando. Las actividades de manipulación política en redes sociales rápidamente saltaron al centro de la escena y Facebook empezó a ocupar todas las portadas. Por primera vez, esas pequeñas aplicaciones de redes sociales que casi todo el mundo llevaba en sus teléfonos y se asociaban al progreso empezaron a fiscalizarse de manera diferente. El muro que escondía lo que sus algoritmos estaban causando a la sociedad había caído.

Las más prestigiosas cabeceras dedicaron algunos de sus mejores reporteros a investigar a las redes. Los titulares que empezaron a llegar no eran alentadores: el algoritmo de YouTube llevaba al usuario a una espiral de contenidos extremos. Facebook promueve los grupos antivacunas. Instagram sabe que es tóxico para los adolescentes pero no hace nada para arreglarlo. La lista sigue extendiéndose hoy.

Max Fisher fue uno de esos periodistas. Finalista del Premio Pulitzer en 2019 por su trabajo en The New York Times, en Las Redes del Caos. La historia secreta de cómo las redes sociales empobrecen la mente y erosionan el mundo (Península) ha investigado esa realidad que estaba quedando oculta y entrevistado a los protagonistas. En esta entrevista con elDiario.es explica cómo hemos llegado hasta aquí y se muestra poco optimista respecto a la solución: “No sé la respuesta, porque desactivar esas funciones sería pedir a las empresas que ganaran menos dinero, algo que ellas no van a hacer y el Gobierno de EEUU tampoco. Nuestro sistema político es demasiado disfuncional ahora mismo como para un reto así”.

Han pasado ocho años desde la primera elección de Trump y las acusaciones de manipulación de Facebook. El escándalo de Cambridge Analytica salió a la luz en 2018. Tres años después Frances Haugen advirtió que Instagram es tóxico para los adolescentes y la empresa lo sabe. Ahora Elon Musk está contaminando la esfera pública digital en directo desde Twitter. ¿Cree que la gente es consciente de la magnitud del impacto que los problemas de estas plataformas tienen en la sociedad?

Es increíble que ya hayan pasado ocho años desde que empezó todo esto. La sensación que tengo es que la gente en este momento es muy consciente (al menos de una manera que no era cuando empecé a trabajar en esto hace ocho años) de que las redes sociales son perjudiciales para ellos y por qué lo son. Pero a pesar de que tenemos la información, seguimos siendo muy susceptibles a ellas. Esto explica en parte porqué las plataformas son tan eficaces y tan poderosas. Son tan adictivas en la transmisión de información errónea que nos hace querer creer lo que vemos. Son tan eficaces para radicalizarnos de una forma de la que nos resulta muy difícil salir del círculo. Cuando empecé a trabajar en esto la gente era muy resistente a la idea, como incluso yo mismo al principio, de que una red social podría cambiar tus creencias o quién eres. Ahora creo que todos realmente aceptamos que esas pequeñas aplicaciones y esos teléfonos en los que invertimos tanto tiempo nos están cambiando. Y creo que eso es un gran avance, un gran paso para traer algún tipo de cambio. Aunque claramente no es suficiente por sí solo. 

 Sí, porque seguimos dentro. No queremos renunciar a lo que nos ofrecen. ¿Cree que es solo por su capacidad adictiva o diría que hay cierto síndrome de Estocolmo?

La adicción es definitivamente una parte importante de todo esto. También es por el hecho de que todo el mundo está en ellas. Yo sigo, no sé si usted también. Estas compañías han sido tan efectivas en dominar completamente la forma en que consumimos información, la forma en que nos relacionamos unos con otros, las formas en que podemos hacer cualquier cosa que exista en el mundo moderno, que no puedes no estar en las redes sociales. Y al mismo tiempo, cuando todo el mundo a tu alrededor está pasando horas al día en ellas, es muy difícil no hacer lo mismo porque esa es la norma, esa es la expectativa, y además es muy adictivo. El año pasado realizamos un experimento para un podcast en el que cada uno de nosotros intentaba superar la adicción a nuestros teléfonos, intentando todo tipo de trucos diferentes, como meterlo en una pequeña caja que se bloqueaba durante la noche, cambiando las pantallas a una escala de grises que la hiciera menos placentera, controlando la cantidad de tiempo que la pantalla estaba encendida... y fue muy, muy difícil. En mi caso, incluso como hemos hablado antes, sabiendo los daños que provocan las redes sociales, me resultaba muy, muy difícil ya ni siquiera dejarlo, sino sólo para pasar un poco menos de tiempo en ellas. Y el motivo es que están diseñadas para eso, para ser químicamente adictivas, para producir una respuesta de dopamina en tu cerebro. Algo a lo que es muy difícil renunciar.

En su libro explica cómo Silicon Valley ha sido muy eficaz a la hora de apuntar a las personas más vulnerables a todo eso.

Sí. Una de las cosas que estas empresas han estado haciendo en los últimos años es esforzarse muy, muy duramente para expandirse en los países más pobres, en los países del sur global. Parte de la idea es que estos son lugares donde las tasas de adopción de Internet son todavía bajas y donde las instituciones locales como los medios de comunicación tradicionales pueden no estar tan bien establecidos. Así que lo que estas empresas han hecho es gastar una gran cantidad de dinero tratando de dominar a estas audiencias, financiando sus conexiones a Internet o incluso sus primeros teléfonos inteligentes con políticas como el zero-rating, en las que las compañías de redes sociales harán tratos con los operadores locales de telefonía para que la gente de, digamos, Kenia, donde las tarifas de Internet son muy caras, pueda tener su primer teléfono inteligente y los datos gratis para conectarse a Facebook. De esa forma, está claro que vas a usar Facebook para todo. Lo vas a usar para recibir noticias. Lo vas a usar para comunicarte con tus amigos. Vas a usarlo para comprar y vender cosas.

Entonces lo que sucede es que Facebook se convierte en el portal completamente dominante de cómo la gente usa Internet. Si Facebook fuera una plataforma más neutral, estaría bien. Pero, por supuesto, plataformas como Facebook o Twitter o YouTube o Instagram están diseñadas para distorsionar lo que vemos y distorsionar nuestras experiencias para hacerlas más adictivas. Así que si vas a un lugar que está empezando a entrar en Internet, como la India hace unos años, grandes partes del África subsahariana, grandes partes del sudeste asiático (sitios que Silicon Valley llama “los próximos mil millones de usuarios”), verás que la gente tiende a creer que Facebook es Internet. Piensan que son la misma cosa. El resultado es que esas sociedades son mucho más susceptibles a los daños de estas plataformas. 

 La realidad ha sido tan diferente del discurso inicial de estas compañías, cuando se vendían así mismas como disruptivas. Cuando hablaban de cambiar el mundo (para bien). ¿Cree que esa era su visión real o que ya entonces era un discurso de marketing?

Creo que al principio sí lo creían. Si nos fijamos en las formas en que estaban hablando entre sí dentro de Silicon Valley acerca de sus productos, creo que realmente creían que iban a liberar a la humanidad, revolucionar nuestro mundo, llevarnos a una especie de era totalmente nueva de una plaza pública digital iluminada. Pero el problema es que también se convencieron de que podían hacer sus productos adictivos, deliberadamente adictivos, para maximizar sus beneficios y que estos dos objetivos eran compatibles. Se dijeron a sí mismos que podían revolucionar el mundo y también hacer una enorme cantidad de dinero utilizando todos los trucos que podían para engañarnos y que pasáramos tanto tiempo con sus productos como fuera posible. Realmente creo que ellos confiaban en que podían hacer ambas cosas. Quizá fue porque muchos de ellos eran muy jóvenes. Eran muy idealistas. Estaban rodeados de una especie de bombo de Silicon Valley sobre la naturaleza inherentemente liberadora de la tecnología.

Después hubo un período en el que empezaron a ver las evidencias de que todo eso no era cierto. Empezaron a tener pruebas de que sus productos eran perjudiciales y no estaban haciendo lo que se suponía que iban a hacer. Creo que al principio de esa etapa hubo un cierto nivel de negación al respecto por su parte, estamos hablando de los años de 2011 a 2014, cuando comenzaron a ver los informes de que las personas se estaban radicalizando en las redes sociales, o de que se estaban usando para promover conspiraciones peligrosas, como los antivacunas. Ellos lo sentían como solo unos pocos efectos secundarios de productos que seguían siendo muy buenos para la gente. Pensaban que pasar más tiempo en las redes sociales seguía produciendo un bien neto para la gente. Pero sabemos que en algún punto alrededor de 2016 empezaron a tener pruebas irrefutables de sus propios investigadores, personas que trabajaban para ellos, de que sus productos, tal como están diseñados, son perjudiciales. Que están dañando a la gente a gran escala y que no se trata sólo de unas pocas manzanas podridas o casos extremos. Es difícil saber en qué momento se vieron obligados a admitir que sus productos son perjudiciales y no liberadores. Pero sabemos que están ahí ahora y que están eligiendo no cambiarlo porque no quieren ganar menos dinero del que están ganando.

 ¿Cree que es posible volver a esta etapa inicial o que es necesario un reinicio completo?

Sabemos que tecnológicamente es factible volver. Todo lo que tendrías que hacer es desactivar las funciones que maximizan la capacidad adictiva en las redes sociales. Las prioridades del algoritmo que determina lo que ves y el orden en que lo ves. Tal vez cosas como los contadores de 'me gusta' o los retuits, que sabemos que cambian la forma en que procesas la información y que son muy adictivas, pero también te hacen mucho más propenso a la desinformación de la radicalización. Tenemos investigaciones de cómo estas cosas se vinculan con comportamientos nocivos. Y sabemos que si las apagamos, tendríamos lo bueno de las redes sociales sin lo malo. Silicon Valley quiere que creamos que no se puede tener lo bueno de las redes sociales sin sufrir lo malo, pero eso no es cierto, porque ya tuvimos plataformas que eran mucho más neutrales y mucho menos dañinas. Así que tecnológicamente es factible. La cuestión es cómo hacer que eso ocurra. Y no sé la respuesta, porque desactivar estas funciones sería pedir a las empresas que ganaran menos dinero, algo que simplemente no van a hacer. Si el presidente de YouTube decidiera hacer eso serían despedidos por el jefe de Google. La junta los echaría. Las empresas no lo van a hacer, y el Gobierno de los EEUU tampoco. Nuestro sistema político es demasiado disfuncional ahora mismo como para un reto así.

 Su libro examina muchas consecuencias negativas de las redes, pero quiero preguntarle por una en concreto: el odio. ¿Por qué la gente es tan propensa a odiar en redes? ¿Por qué existe esa necesidad de atacar, de generar sensaciones negativas en otras personas?

Es cierto que es algo universal de estas plataformas, pero no solo por el odio, sino de generar un tipo específico de nosotros contra ellos. Mi tribu odia tu tribu. Creo que la razón es que es algo por lo que nuestros cerebros se sienten naturalmente muy atraídos. No es un instinto que las plataformas de medios sociales crearon, sino algo inherente en nosotros que están explotando. Tiene que ver con el entorno en el que evolucionamos, ya que nuestros cerebros no evolucionaron para ser perfectamente racionales. No evolucionaron para ser perfectos solucionadores de problemas lógicos que ponen la razón pura por encima de todo. Evolucionaron para ayudarnos a prosperar y sobrevivir en un entorno muy, muy específico en el que pasamos millones de años, que eran pequeñas tribus o pequeños grupos de alrededor de 100 a 150 personas que estaban en competencia con otros grupos. Y lo que eso significa es que nuestros cerebros se sienten muy atraídos por las cosas que cargan ese sentido de nuestra identidad con el resto de nuestra tribu, de sentirse amenazado por otra tribu o por algún otro grupo social que es diferente de nosotros. Tenemos la necesidad de reunir a los otros miembros de nuestro grupo para luchar o para destruir completamente este grupo que no nos gusta.

Este antiguo impulso está muy profundo en nuestras mentes. Creo que todos sabemos en cierto sentido que tenemos esa propensión, ¿verdad? Que tenemos esta capacidad de descartar las partes racionales de nuestra mente y volvernos, no sólo emocionales y odiosos, sino de subsumirnos en un grupo de una forma que puede ser realmente violenta y peligrosa. Hemos pasado miles de años tratando de desarrollar normas sociales, leyes y códigos sociales de comportamiento para tratar de controlar estos impulsos negativos. Las redes han aprendido cómo disparar esos impulsos y cómo sacarlos a relucir en nosotros, porque nos hace pasar más tiempo en la plataforma. Así Silicon Valley gana más dinero. Pero es muy, muy perjudicial para nosotros como sociedad.

Ese “ellos contra nosotros” ha tenido un enorme impacto en la política. Se rompen todos los puentes, parece imposible llegar a acuerdos, la polarización es extrema. ¿Cree que es posible salir de esa lógica mientras las redes, tal y como funcionan actualmente, sigan en el centro de la esfera pública?

Es una gran pregunta porque, por supuesto, hay muchas razones por las que estamos más polarizados políticamente que antes. No es solo culpa de las redes sociales y no quiero que suene como “la culpa de todo es de las redes”, pero es evidente que las redes empeoran la situación absolutamente. Si las redes no existieran la polarización política no desaparecería. Pero podemos decir que se reduciría sustancialmente. Esto lo sabemos porque ha habido muchos experimentos que se han hecho en los últimos años, donde los investigadores piden a la gente desactivar las redes sociales, incluso por un corto período de tiempo, sólo unas pocas semanas, y concluyen una y otra vez que hacer eso los hace menos polarizados y menos radicales en temas específicos. Los hace menos extremistas en sus opiniones políticas y más dispuestos al consenso. Así que en un mundo sin redes sociales la polarización política sería sin duda un problema mucho más fácil de resolver.

Hay mucha gente que está muy enfadada con los medios de comunicación por la implicación que han tenido en estos problemas. El clickbait, el ellos contra nosotros, las crónicas de “los zascas”. ¿Cree que han sido un actor más de este fenómeno o que se han visto arrastrados por lo que pasaba en las redes?

Es una buena pregunta. Creo que son ambas cosas. Ciertamente sé que cuando miro hacia atrás, a mis últimos 15 años como periodista, sé que cuando las redes sociales aparecieron por primera vez a principios de los 2000, pensé mucho en cómo promover mis historias en redes. En 2014, junto a algunos amigos, lanzamos una startup de noticias, Vox.com, que no tiene ninguna afiliación con el partido político español...

Lo sé.

Vale [risas]. El caso es que pensamos mucho sobre cómo escribir nuestros titulares. Cómo preparar nuestros mensajes de una manera que ayudara a encontrar una gran audiencia en Facebook y Twitter. Nunca inclinamos la información o cambiamos la información para tratar de complacer a los algoritmos de las redes sociales, pero sí pensamos en cómo presentar la información de forma que funcionara bien en redes. Hoy ya no lo hago porque creo que eso me llevaría en una dirección que no sería buena para mi trabajo. No sería bueno para los lectores. Pero en cuanto a quién tiene la culpa en última instancia, creo que las empresas de redes sabían que lo que estaban haciendo es perjudicial y dañino a una escala tan grande que no siento que sea mi culpa, como periodista, que hayan hecho lo que han hecho.

Por otro lado, las agencias de noticias han sido realmente castigadas por las redes sociales. Ahora todas las principales plataformas son muy explícitas sobre el hecho de que sus algoritmos bajan la visibilidad de las noticias. Ya no quieren estar en el negocio de conectar a la gente con los medios de comunicación, así que han hecho mucho más difícil ser un medio de noticias en las redes sociales. Si la pregunta es: ¿contribuimos, contribuyeron los principales medios de comunicación a los problemas causados por las redes sociales? Mi respuesta sería que nos tomó más tiempo de lo que debería para despertar y ver esos problemas. Pero el hecho de que las empresas de redes sociales ahora nos vean como el enemigo, creo que te dice la respuesta a esa pregunta de si les estamos ayudando o no.

¿Es optimista respecto a iniciativas para regular las redes sociales de EEUU o ola UE? ¿O con acciones como las macrodemandas de los fiscales generales de EEUU?

Creo que hemos aprendido un par de lecciones sobre la regulación en los últimos años. Una de ellas es que las empresas de redes sociales, como ya no fingen ni intentan ser vistas como buenos actores de la democracia, ahora luchan abiertamente contra las regulaciones. Y vimos esto en Australia hace un par de años, cuando Australia trató de aprobar normas que obligan a las redes a pagar a los medios de comunicación por el uso de sus noticias. En respuesta, Facebook cerró todo el acceso a las noticias en la plataforma. El objetivo era perjudicar a la gente y tratar de coaccionar al gobierno australiano para que no aprobara una regulación que habría sido financieramente desventajosa para Facebook. Están haciendo lo mismo ahora en Canadá. Las regulaciones de la Unión Europea creo que han sido muy buenas y muchas de ellas han tenido mucho sentido para mí. Pero creo que hemos visto que no pueden hacer demasiado ante empresas que tienen su sede en los Estados Unidos. La UE puede imponer enormes multas, pero las empresas hacen tanto dinero que no cambia sus incentivos subyacentes de cómo se comportan y lo que hacen. Creo que los reguladores de la UE también saben esto y sienten la sensación de frustración y las limitaciones de su influencia.

Así que creo que realmente, por desgracia, la capacidad de cambiar las cosas se va a reducir a las regulaciones dentro de los Estados Unidos. La buena noticia es que la Comisión Federal de Comercio (FTC) que es el gran organismo regulador federal en los Estados Unidos, está siendo muy agresiva con estas empresas. El problema es que nuestro Congreso, nuestro poder legislativo, está muy dividido en este momento. Acabamos de tener grandes audiencias en Washington sobre el único tema en la regulación de las redes sociales donde hay acuerdo entre las dos partes, que es el daño a los niños. Lo único en lo que los dos partidos están de acuerdo es que tiene que haber una regulación para evitar daño a los niños, pero la disfuncionalidad es tan grande que han sido incapaces de aprobar un proyecto de ley que han estado negociando durante años.

El otro problema con las regulaciones de las agencias como la FTC es que están sujetas a revisión de los tribunales. En este momento hay un montón de jueces que han sido nombrados por la administración Trump que son muy hostiles a la regulación de las redes. Así que incluso si las agencias reguladoras traen estos casos realmente convincentes, se encontraran con esta oposición nombrada por Trump.

 ¿Cree que equiparar las redes sociales con el tabaco, como hacen los fiscales, es una buena metáfora?

Yo la uso todo el tiempo. Creo que es una forma muy útil de ilustrar la naturaleza del producto, que sabemos que es perjudicial. Pero también es muy difícil regularlo en el sentido estricto de que, legalmente, es muy difícil prohibir el tabaco. Los cigarrillos siguen existiendo en nuestra sociedad. Así que la respuesta reguladora a los cigarrillos es multas para impedir los peores abusos de las compañías, hacerlos menos atractivo y establecer un montón de regulaciones para desincentivar que se acceda a ellos. Y prohibirlo en el caso de los niños, porque sabemos que son mucho más susceptibles a los daños. Con las redes sociales pasa exactamente lo mismo. Una de las cosas más eficaces que el mundo hizo para combatir los daños de los cigarrillos fue simplemente crear conciencia de que son perjudiciales y establecer normas sociales en torno a ellos para cambiar comportamientos que hace 30 o 40 años todo el mundo consideraba normales, como fumar en todas partes. Podemos hacer lo mismo con las redes sociales."                  (Carlos del Castillo , eldiario.es, 2 de marzo de 2024)

1/3/24

Pedro Fresco: “El colapsismo es uno de los grupos que más bulos energéticos expande”... las renovables tienen impactos en el territorio, pero a nivel ambiental el impacto de las energías renovables es muchísimo menor que el de las energías a las que están sustituyendo, que son las fósiles y las tradicionales. Eso no quiere decir que no haya un impacto y, sobre todo, que no haya impactos de carácter paisajístico que son los más difíciles de evitar, porque son obvios. Pero yo defiendo que el impacto paisajístico es un impacto muy asumible para los beneficios que traen las energías renovables... y el impacto sobre la biodiversidad es bajo

 "Pedro Fresco (Valencia, 42 años) es el director de la Asociación Valenciana del Sector de la Energía y es una de las voces que desde hace años defiende públicamente la expansión de las renovables y la necesidad de las macroplantas solares y eólicas. Tras trabajar en este sector durante más de una década, fue asesor del Ministerio para la Transición Ecológica. De ahí saltó a la Generalitat valenciana en 2021, donde fue nombrado director de Transición Ecológica. Pero en diciembre de 2022 fue destituido por Compromís tras imponerse en esa formación la corriente que rechazaba la implantación de grandes parques fotovoltaicos. Ahora publica el libro Energy Fakes. Mitos y bulos sobre la transición energética (Barlin Libros), donde combate los bulos que se difunden a diestra y siniestra del arco político y desde empresas. “Hay mitos que son transversales, pero la mayor intensidad de mitología sobre energía viene de las dos partes del extremo ideológico: de la derecha radical y luego de ciertos grupos de extrema izquierda”, resume Fresco en esta conversación telefónica con EL PAÍS.

Pregunta. ¿Dónde nacen las noticias falsas?

Respuesta. De muchos sitios, pero generalmente tienen dos fuentes principales. La primera son los intereses económicos —por parte de compañías— o políticos —por parte de determinadas cosmovisiones—. Luego hay otra parte que viene de aprendizajes previos, de cosas que fueron ciertas en el pasado, cuando la tecnología era diferente, y que hoy no lo son.

P. ¿Hay empresas del sector fósil que difunden las noticias falsas?

R. Las fake news que vienen de esas empresas son algo histórico. Comenzó en los años setenta y ochenta con el cambio climático, cuando grandes petroleras usaban fakes para sembrar desconfianza sobre lo que decía la ciencia. Pero luego ha continuado con distintas tecnologías. Hoy las fakes provenientes de empresas sobre las renovables son mucho menores, porque prácticamente todas las compañías, incluso las petroleras, tienen secciones que se dedican a las renovables. Donde se observan actualmente más noticias falsas que salen de las compañías es en el campo del coche eléctrico, que supone una amenaza para el destino principal del petróleo: la movilidad en los vehículos.

P. ¿Y provienen más de empresas que suministran esos combustibles o de fabricantes de automóviles?

R. Vienen de los dos, de empresas que suministran el petróleo, que es un negocio que no quieren perder rápidamente, y del sector de los fabricantes de automóviles y todo lo que envuelve al motor de combustión. Creo que esto se ve claramente con muchísimos supuestos estudios, que son falsos, que dicen que el coche eléctrico contamina más o que no hay suficientes materiales para tantos coches eléctricos o que siempre van a ser carísimos o que la red eléctrica no puede sostener un sistema de coches eléctricos.

P. ¿Las noticias falsas abundan más en la izquierda o la derecha ideológicas?

R. Hay mitos que son transversales, pero la mayor intensidad de mitología sobre energía viene de las dos partes del extremo ideológico: de la derecha radical y luego de ciertos grupos de extrema izquierda. Quizás la derecha radical difunde más mitos, porque al final la base de muchos mitos es el pensamiento conspirativo y las ideologías de derecha radical se basan muchísimo en el pensamiento conspirativo para extenderse. Lo curioso es que también hay bastantes mitos en la parte de los sectores más radicales de la izquierda. Lo estamos viendo, por ejemplo, contra las renovables y en todos los sectores que tienen cierta afinidad con el colapsismo, porque el colapsismo es uno de los grupos que más bulos energéticos expande.

 P. ¿Considera que defender el decrecimiento como única forma de luchar contra el cambio climático es una fake news?

R. Las evidencias demuestran que insistir en que el decrecimiento es la única vía para combatir el cambio climático es falso, es una fake news. Eso no quiere decir que todos los decrecentistas expandan fake news. El decrecentismo es un movimiento amplio donde hay distintas familias y distintas ramas. Algunos son más moderados, más realistas, y no suelen expandir fake news, pero hay sectores que son radicales, y estoy hablando fundamentalmente del colapsismo, cuya idea de colapso se basa en propagar que nada es posible, que nada es real, que no hay alternativa. Por tanto, se convierten en difusores máximos de cualquier mitología que ven en el mercado de las mitologías. De hecho, es extremadamente curioso ver cómo los colapsistas usan muchos de los mitos de la derecha radical para defender sus tesis.

P. ¿Por ejemplo?

R. Cosas como que no se puede introducir más electricidad en la red eléctrica es algo que se ha defendido desde las opciones energéticas más conservadoras. O, por ejemplo, toda esa tendencia a minusvalorar los coches eléctricos son mitologías que vienen del mundo fósil y de la fabricación de los vehículos de combustión, y los colapsistas lo usan sin ningún problema, porque les es útil para difundir sus teorías.

P. ¿Usted se considera una víctima de estos bulos energéticos por haber sido destituido de su cargo en la Generalitat?

R. Es verdad que mi cese tuvo mucho que ver con uno de los mitos: que se puede hacer la transición energética solo con fotovoltaica en los tejados y sin necesidad de instalar energías renovables en el territorio. Ese no es un pensamiento colapsista realmente, porque el colapsismo cree que la transición energética es imposible. Es otro tipo de mitología diferente que arraiga en aquellas visiones políticamente infantiles que no son capaces de asumir que hay que hacer cosas que tienen cierto rechazo para conseguir los objetivos climáticos.

 P. ¿Pero usted considera que las renovables tienen impactos en el territorio?

R. Para empezar, cualquier cosa que hacemos los seres humanos tiene un impacto, y las renovables tienen un impacto y lo tienen en el territorio. La cuestión es que a nivel ambiental el impacto de las energías renovables es muchísimo menor que el de las energías a las que están sustituyendo, que son las fósiles y las tradicionales. Eso no quiere decir que no haya un impacto y, sobre todo, que no haya impactos de carácter paisajístico que son los más difíciles de evitar, porque son obvios. Pero yo defiendo que el impacto paisajístico es un impacto muy asumible para los beneficios que traen las energías renovables.

P. ¿Y qué impacto tienen sobre la biodiversidad?

R. El impacto en la biodiversidad es bajo. Sobre todo es bajo cuando tenemos autorizaciones ambientales para que los proyectos salgan adelante. Los impactos de las energías renovables se valoran en los estudios ambientales y las autorizaciones que dan las administraciones. No son nulos, obviamente, pero son bajos. Y muchas veces lo que observamos es que cuando se hacen estas energías renovables sobre los sitios menos sensibles y sustituyen actividades que también intrínsecamente tienen un impacto, como puede ser la agricultura, en muchas ocasiones el impacto sobre la biodiversidad es positivo.

P. ¿De todos los mitos que ha analizado usted en el libro cuál cree que ha calado más entre la población?

R. Hay dos mitos extremadamente persistentes. Uno es que la energía nuclear es barata, que es una cosa que llevamos viendo en Europa desde hace más de dos décadas que no es así. Y otros mitos que perviven mucho son los relativos a las bombas de calor. Hay muchísimo mito sobre que una bomba de calor no es eficiente, no puede calentar una casa, no puede estar en climas fríos.

P. ¿Está viviendo la nuclear un auge en el mundo?

R. No, la nuclear no está viviendo ningún auge internacional, eso es propaganda. De hecho, en tres de los últimos cuatro años la potencia nuclear ha retrocedido en el mundo, es decir, se han cerrado más centrales de las que se han conectado. Llevo escuchando hablar del renacimiento nuclear desde hace alrededor de 25 años y siempre se decía que estaba llegando. Es una energía estancada en el mundo desde hace tres décadas.

 P. ¿Los residuos de las nucleares son igual de difíciles de gestionar o de peligrosos que los de las renovables?

R. Los residuos de la nuclear son muchísimo más difíciles de gestionar que los de las renovables porque son peligrosísimos. Otra cosa es que sean menos voluminosos, pero son infinitamente más peligrosos. Los residuos de las renovables son residuos normales: aluminio, hormigón, cobre o cristal. Lo más complicado son los composites de las palas de los aerogeneradores, que son difíciles de reciclar, pero siguen siendo un residuo no peligroso. Comparar los residuos nucleares con los residuos de las renovables es una argumentación totalmente ridícula, un fake.

P. ¿Cree que el expresidente Felipe González estuvo mal asesorado o sabía que era un fake lo que estaba difundiendo cuando comparó ambos residuos?

R. Este caso nos demuestra hasta qué punto las fake news pueden llegar a confundir a las personas más inteligentes. Felipe González es probablemente el personaje histórico más importante vivo que hay en España y ha caído en varios de los bulos que comento en el libro, tanto sobre la nuclear como en que no se pueden reciclar los paneles de solares. Es un caso muy paradigmático de cómo incluso las personas más ilustradas y más preparadas, cuando no tienen un conocimiento específico sobre la materia energética, son víctimas de las fake news como podemos ser cualquiera de nosotros.

P. ¿Hay algún bulo que se ha dejado en el tintero y le preocupe?

R. Me preocupan mucho dos bulos que comienzo a ver por parte de las plataformas contra las renovables y que se pueden ver en sus alegaciones a proyectos concretos. Uno es que las plantas solares van a aumentar la temperatura de la zona y de las personas que tienen casas alrededor, lo cual es un bulo, es falso. Y otro que he visto nuevo es que las plantas solares van a hacer que llueva menos, otro bulo que tampoco tiene ningún sustento científico. Estos dos bulos no están en el libro porque son relativamente nuevos."              (Manuel Planelles, El País, 01/03/24)

28/2/24

Oxfam: “siete de las 10 empresas más grandes del mundo tienen un director general milmillonario, o a un milmillonario como su principal accionista. A base de exprimir a sus trabajadores y trabajadoras, evadir y eludir impuestos, privatizar los servicios públicos y alimentar el colapso climático, las empresas están impulsando la desigualdad y generando una riqueza cada vez mayor para sus ya ricos propietarios”... Únicamente el 0,4 % de las 1600 empresas más grandes e influyentes del mundo se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores y trabajadoras un salario digno y a abogar por el pago de salarios dignos en sus cadenas de valor

 "La organización Oxfam acaba de publicar un informe sobre la desigualdad en el mundo, “Desigualdad SA”, que lleva como subtítulo “Una enorme concentración de poder empresarial y monopolístico está exacerbando la desigualdad en la economía mundial”. Un trabajo que viene a aportar mucha luz en estos días en los que los medios se dedican a informar del Foro Económico Mundial o Foro de Davos. Como es sabido, este Foro, fundado en 1971, se reúne entre el 15 y el 19 de enero en la ciudad suiza de Davos.

Allí se encuentran los principales líderes empresariales, políticos, académicos y sociales para analizar los problemas más apremiantes que afronta el mundo. Abogan por un mundo globalizado gobernado por una coalición de corporaciones multinacionales, multimillonarios, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil seleccionadas en lugar de las estructuras democráticas clásicas. Allí estarán líderes empresariales destacados, como el fundador de Microsoft, Bill Gates, el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, entre otros. Es decir, cualquier cosa menos democracia.

En la década de los noventa, la izquierda mundial y el activismo antiglobalización denunciaba y se manifestaba contra el Foro de Davos, acusándolo, con razón, de ser una élite poderosa que se reunía para manejar las finanzas y la política mundial. Las movilizaciones contra Davos se han ido apagando, pero las élites siguen igual de activas y separadas de los pueblos en su reunión anual. Y encima con el lema este año de “Reconstruir la confianza”.

De modo que Oxfam ha aprovechado la reunión de los ricos para explicar el panorama mundial entre ricos y pobres.

Comienzan contando que la riqueza conjunta de los cinco milmillonarios más ricos del mundo se ha duplicado con creces desde el inicio de la década actual, mientras que la riqueza acumulada del 60 % de la humanidad se ha reducido.

Oxfam advierte que “existe un peligro muy real de que estos extremos tan alarmantes se estén convirtiendo en la nueva normalidad. Como muestra este informe, el poder empresarial y monopolístico es una máquina implacable de generación de desigualdades”.

Estos cinco hombres son Elon Musk (Tesla y Twitter), Bernard Arnault (empresario francés del sector de artículos de lujo), Jeff Bezos (Amazon), Larry Ellison (del sector del software) y Warren Buffet (inversor estadounidense). Algunos de ellos estarán en Davos (o enviarán a algún “testaferro”) y desde allí nos contarán cómo arreglar el mundo en el cual ellos se enriquecen gracias a la pobreza de los medios.

Oxfam recuerda también que “siete de las 10 empresas más grandes del mundo tienen un director general milmillonario, o a un milmillonario como su principal accionista. A base de exprimir a sus trabajadores y trabajadoras, evadir y eludir impuestos, privatizar los servicios públicos y alimentar el colapso climático, las empresas están impulsando la desigualdad y generando una riqueza cada vez mayor para sus ya ricos propietarios”.

Veamos el ejemplo de Jeff Bezos, uno de esos cinco más ricos. Su fortuna, de 167.400 millones de dólares estadounidenses, ha aumentado en 32.700 millones de dólares desde 2020. Bezos viajó al espacio por 5.500 millones de dólares, y agradeció a los trabajadores y trabajadoras de Amazon el haberlo hecho posible. Oxfam recuerda que Amazon “lleva años esforzándose por evitar la sindicalización de los trabajadores”.

El informe también aporta algunos otros datos interesantes y elocuentes:

  • Si cada uno de los cinco hombres más ricos gastase un millón de dólares diarios, les llevaría 476 años agotar su riqueza conjunta.
  • A nivel mundial, los hombres poseen 105 billones de dólares más de riqueza que las mujeres: esta diferencia de riqueza equivale a más de cuatro veces el tamaño de la economía estadounidense.
  • El 1 % más rico de la población mundial posee el 43 % de los activos financieros globales. Es decir, las personas más ricas no solo son las mayores beneficiarias de la economía global, sino que también ejercen un control notable sobre ella en la medida en que controlan las finanzas mundiales.
  • Y para cuando oigas que todos estamos terminando con el planeta, recuerda que el 1 % más rico de la población mundial generatantasemisiones de carbono como los dos tercios más pobres de la humanidad.
  • En Estados Unidos, la riqueza de una familia negrapromedio representa solo el 15,8 % de la de una familiamedia blanca.
  • Únicamente el 0,4 % de las 1600 empresas más grandes e influyentes del mundo se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores y trabajadoras un salario digno y a abogar por el pago de salarios dignos en sus cadenas de valor.
  • Una trabajadora del sector sociosanitario necesitaría 1.200 años para ganar lo que un director general de una de las empresas de la lista Fortune 100 acumula en promedio en tan solo un año.

Para lograr mantener ese poder, e incluso aumentarlo, es necesario controlar la economía mundial. De ahí que también son muy oportunos los datos que ofrece el informe sobre la concentración de los mercados.

Cuando oigamos relatos conspiranoicos de fuerzas ocultas o clandestinas que manejan el mundo desde la sombra, recordemos estas cifras. Ni están ocultas, ni son clandestinas, ni operan en la sombra. Dominan el mundo, se adueñan de las riquezas, empobrecen a millones de personas de forma criminal y todo lo hacen a la luz del día y ante la mirada de gobiernos e instituciones democráticamente electas que, con su impasibilidad, terminan siendo cómplices de las desigualdades."                  (Pascual Serrano , El Viejo Topo, 25/02/24)

27/2/24

Existe una jerarquía de preocupaciones, con los ricos, poderosos y conocidos en la cima y los pobres y desconocidos en la base... Las reivindicaciones morales a menudo se deben más a la arrogancia narcisista que al pensamiento desapegado (Chris Dillow)

 "Es fácil entender por qué tanta gente acusa a Occidente de hipocresía. La condena de Joe Biden del asesinato de Alexei Navalny mientras bombardea Yemen, Siria e Irak y aprueba los ataques de Israel contra Gaza sugiere que él -como muchos políticos occidentales- considera algunas vidas más dignas que otras.

Esta aparente incoherencia recuerda la idea de simpatía de Adam Smith. "La fuente de nuestra compasión por la miseria de los demás", escribió, es nuestra imaginación; surge "al cambiar de lugar en la fantasía con el que sufre".

Sin embargo, nuestra imaginación es limitada. Es más fácil ponerse en el lugar de unas personas que en el de otras, por lo que nuestra simpatía se extiende de forma desigual.

Una fuente de esta diferencia es simplemente que es más fácil "cambiar de lugar en la fantasía" con gente como nosotros. A los políticos les resulta más fácil imaginarse en el lugar de otro político que en el de un joven musulmán de un país pobre; de ahí su mayor simpatía por Navalny que por las víctimas de los atentados de Israel o de los bombardeos occidentales. Esta tendencia no siempre es maligna: puede ser un motivo de conciencia de clase.

 Esto ayuda a explicar por qué la opinión sobre el ataque del gobierno israelí a Gaza divide a judíos y musulmanes incluso a miles de kilómetros de distancia: Los judíos son más capaces de simpatizar con otros judíos que se enfrentan a ataques antisemitas, mientras que los musulmanes son más capaces de simpatizar con los musulmanes. Sí, puede que haya antisemitismo por un lado e islamofobia por otro, pero aunque no lo hubiera seguiríamos viendo esta división.

Hay otra fuente de simpatía desigual. Es lo que Thomas Schelling llamó el efecto de víctima identificable. La muerte de una persona conocida, escribió, invoca "ansiedad y sentimiento, culpa y sobrecogimiento, responsabilidad y religión" pero, añadió, "la mayor parte de este sobrecogimiento desaparece cuando nos enfrentamos a la muerte estadística". Como escribió Dan Ariely, "una vez que tenemos un rostro, una foto y detalles sobre una persona, sentimos por ella". (The Upside of Irrationality, p 241).

Tenemos pruebas científicas de ello. Deborah Small y George Loewenstein dieron (pdf) a unas personas 10 dólares y les ofrecieron la posibilidad de pasar una parte a otra persona. Cuando se les dijo que la otra persona sería elegida al azar de una lista, dieron una media de 2,12 dólares. Pero cuando se les dijo que la persona ya había sido elegida, dieron una media de 3,42 dólares, es decir, más de la mitad, a pesar de que no sabían nada más sobre la persona. Lo que demuestra hasta qué punto se descuenta moralmente a las personas estadísticas.

 En experimentos similares, James Andreoni y Justin Rao descubrieron (pdf) que cuando los receptores potenciales podían hablar con el donante potencial, éste donaba una media del 24% del dinero, frente a sólo el 15% cuando ninguna de las partes hablaba. "La comunicación influye drásticamente en el comportamiento altruista, y parece funcionar en gran medida aumentando la empatía".

Puede que Stalin no dijera realmente "si un solo hombre muere de hambre, eso es una tragedia. Si mueren millones, eso son sólo estadísticas", pero si lo hizo estaba pronunciando una verdad. Conocíamos a Navalny como una persona identificable, y esto por sí solo genera simpatía hacia él. En cambio, los más de 29.000 muertos en Gaza son muertes estadísticas. Por eso los que se oponen a los ataques de Israel quieren poner nombres y caras a las víctimas, porque eso las humaniza y genera simpatía.

Esto mismo ayuda a explicar por qué los diputados que estaban tan tranquilos con las muertes causadas por la austeridad están tan agitados por las amenazas de muerte (suponiendo que esto sea lo que son) contra sus colegas. No sólo sus colegas son como ellos y, por tanto, es fácil simpatizar con ellos, sino que además son víctimas identificables, mientras que las víctimas de la austeridad son meras estadísticas: esta asimetría se ve reforzada por el hecho de que nuestro sistema político en realidad selecciona rasgos psicopáticos.

Las víctimas de la austeridad, como las de los atentados israelíes, son pobres y oscuras. A eso se refería Smith: los ricos y poderosos son más visibles para nosotros, decía, y más conocidos, por lo que simpatizamos más con ellos:

-  Cuando consideramos la condición de los grandes, en esos colores ilusorios con los que la imaginación tiende a pintarla, parece ser casi la idea abstracta de un estado perfecto y feliz. Es el mismo estado que, en todos nuestros sueños despiertos y ociosos ensueños, nos habíamos esbozado como el objeto final de todos nuestros deseos. Cada calamidad que les sucede, cada injuria que se les hace, excita en el pecho del espectador diez veces más compasión y resentimiento de lo que habría sentido si las mismas cosas le hubieran sucedido a otros hombres: ....Toda la sangre inocente que se derramó en las guerras civiles provocó menos indignación que la muerte de Carlos I".

El corolario de esto, dijo, es que:

  -  Con frecuencia vemos que las respetuosas atenciones del mundo se dirigen más hacia los ricos y los grandes que hacia los sabios y los virtuosos. Con frecuencia vemos los vicios y las locuras de los poderosos mucho menos despreciados que la pobreza y la debilidad de los inocentes.

Existe, por tanto, una jerarquía de preocupaciones, con los ricos, poderosos y conocidos en la cima y los pobres y oscuros en la base. Cuando John Donne escribió "La muerte de cualquier hombre me empequeñece porque estoy involucrado en la humanidad", podría haber añadido que la muerte de algunos hombres nos empequeñece más que la de otros.

Podría decirse que todo esto es natural, incluso obvio. Puede ser. Pero natural no significa inmutable. Si existe un "círculo en expansión" de preocupación por los demás, como ha afirmado Peter Singer, es porque hemos aprendido a simpatizar con más gente que hace siglos. Y nuestras identidades -y, por tanto, con quién simpatizamos- varían con las condiciones socioeconómicas y las campañas: gran parte de la política burguesa consiste en un esfuerzo por reducir la relevancia de la clase aumentando la de cualquier otra cosa.

Aquí radica el problema. D.D. Raphael escribe que "Smith piensa en la simpatía como la clave para entender el juicio moral" (The Impartial Spectator, p 117). Es ésta la que determina qué y a quién condenamos o condonamos. Y, sin embargo, la simpatía surge de factores que, como él vio, son moralmente arbitrarios: el poder y la fama obtienen más aclamación y simpatía que la virtud o la oscuridad.

Por eso nuestros juicios morales pueden parecer absurdos o hipócritas a los de fuera.

Hasta cierto punto, esto es inevitable. Todos los códigos parecen extraños desde fuera: intente explicar a un no aficionado por qué los jugadores de críquet aplauden que un lanzador apunte un proyectil a 90 mph a la cabeza de un hombre, pero consideran vergonzoso que arañe la bola.

Pocas personas en política, sin embargo, intentan siquiera dar un paso fuera y cuestionar sus propios juicios morales. Las reivindicaciones morales a menudo se deben más a la arrogancia narcisista que al pensamiento desapegado. A menudo he criticado a los tecnócratas irreflexivos, pero los moralistas irreflexivos son al menos igual de perjudiciales para una política sana."

(Chris Dillow es escritora de economía en Investors Chronicle, Brave New Europe, 25/02/24; traducción DEEPL)

26/2/24

Fútbol, democracia y capital privado... Los aficionados han prevalecido sobre las finanzas en la Bundesliga, lo que debería llevar a repensar el papel del capital privado en la sociedad.

 "Energiewende se ha convertido en una palabra alemana, como Schadenfreude, utilizada en todo el mundo. Quizá Verein (asociación) sea otra palabra que los interesados en la democracia, el fútbol o las finanzas -o en todo ello- deberían aprender en toda Europa. Porque el modelo Verein del fútbol alemán, aunque todavía amenazado, acaba de mostrar su poder una vez más.

El año pasado, la DFL intentó atraer a un inversor privado para la comercialización global de la Bundesliga. El plan original preveía una inversión de más de 2.000 millones de euros. Los aficionados protestaron, temiendo una influencia excesiva de los inversores en cuestiones como los horarios de los partidos. El plan no obtuvo la mayoría necesaria de dos tercios entre los 36 clubes que componen la primera y la segunda Bundesliga.

Sin embargo, en lugar de rendirse, unos meses más tarde la DFL volvió a intentarlo. Redujo el alcance del acuerdo -alrededor de 1.000 millones de euros en 20 años- y afirmó que había "líneas rojas", como la de los saques de salida, que los inversores no podrían traspasar. Los aficionados no se lo creyeron, entre otras cosas por las promesas incumplidas del DFL.

Expertos en finanzas, como el vicepresidente del 1. FC Köln, Eckhard Sauren, un profesional de la industria financiera, indicaron que había alternativas menos peligrosas. Y organizaciones de la sociedad civil como Finanzwende señalaron que la naturaleza del capital riesgo es exigir influencia. Junto con otros expertos en finanzas, Finanzwende argumentó que era sencillamente imposible que el DFL prometiera que sus "líneas rojas" se mantendrían, contra viento y marea, durante dos décadas.

Mandato inestable

En una votación secreta celebrada en diciembre, la mayoría de dos tercios de los clubes apenas se alcanzó: exactamente 24 de los 36 dieron su visto bueno al plan revisado. Posteriormente, muchos de los clubes hicieron público el sentido de su voto, alegando que, como Verein, debían ser transparentes con sus socios. Así, rápidamente se supo qué diez clubes habían votado no (dos se abstuvieron).

El problema para la dirección del DFL era que los miembros de Hannover 96 habían dado instrucciones a su representante, Martin Kind, para que votara en contra. Sin embargo, Kind no sólo se negó a decir en público cuál había sido su voto. Una vez conocidos los diez clubes que votaron no, era muy probable que su voto hubiera sido afirmativo y, por tanto, decisivo para obtener la mayoría ponderada necesaria.

El mandato de los dirigentes de la DFL para negociar con los inversores privados era, por tanto, incierto desde el principio y la inmensa mayoría de los aficionados al fútbol organizados de Alemania lo consideraba ilegítimo. El comportamiento de Kind, y la aparente confianza de la DFL en su voto, amenazaron uno de los puntos fuertes del fútbol alemán: que, en última instancia, el control de los clubes sigue en manos de los miembros de la Verein.

Este sistema también se conoce como la "regla 50+1". Para obtener una licencia, un club debe ser propietario total o mayoritariamente de su equipo de fútbol. La regla está diseñada para garantizar que los miembros del club conserven el control general al poseer al menos el 50% + 1 de las acciones del club, protegiéndolos de la influencia de inversores externos. Y aquí estaba la DFL, utilizando un aparente incumplimiento de la norma por parte de Kind como base para negociar un polémico acuerdo de inversión, ¡ya rechazado por los aficionados en los meses anteriores!

Protestas creativas

Como consecuencia, desde diciembre se habían intensificado las protestas en los estadios. Muchos partidos se interrumpieron y retrasaron, en directo por televisión. Algunos se detuvieron durante más de 30 minutos, y muchas veces los árbitros consideraron la posibilidad de interrumpir el juego por completo. Los hinchas fueron increíblemente creativos en sus protestas: lanzaron limones al campo, mientras sostenían pancartas que decían "Los inversores de capital privado nos amargan". Consiguieron que coches teledirigidos con bengalas cruzaran el campo: "¿Por qué coches de juguete? Bueno, nosotros no seremos teledirigidos". Y, una y otra vez, lanzaron pelotas de tenis para interrumpir los partidos.

La DFL trató de desestimar la protesta, alegando que sólo la apoyaba una minoría militante. Pero las encuestas mostraron que la mayoría de los aficionados al fútbol -dos tercios, por cierto- la apoyaban plenamente. E incluso más allá de los aficionados, hubo simpatía, especialmente cuando se supo qué tipo de inversores estaban detrás de los planes. El proceso de licitación se redujo a Blackstone o CVC, que se vieron así sometidas al escrutinio público que las empresas de capital riesgo tratan de evitar.

El hecho de que utilizaran dinero del fondo soberano de Arabia Saudí para sus inversiones fue objeto de críticas. También lo fue su modelo de negocio, que aspiraba a beneficios extremadamente altos, sin importar si el objetivo de la inversión era una arriesgada start-up, la sanidad o el fútbol. De repente, los fanzines entrevistaron a expertos en finanzas, las prácticas de presión de las empresas se debatieron en los principales programas deportivos, la regla 50+1 se explicó en las noticias y los representantes de los aficionados cuestionaron el modelo de negocio del capital riesgo en los programas de entrevistas.
Ganó la sociedad civil

Blackstone se retiró del proceso y cada vez más clubes pidieron una nueva votación o retiraron su apoyo al acuerdo. El propio Hannover 96 cuestionó la legalidad de la votación de Kind en diciembre. La dirección de la DFL planteó brevemente la idea de celebrar otra votación, reduciendo el umbral de éxito a una mayoría simple de clubes. Pero cuando los aficionados dejaron claro que lo interpretarían como una nueva escalada del conflicto, la DFL desistió.

El pasado miércoles, una reunión especialmente convocada del consejo de miembros de la DFL votó a favor de poner fin al proceso de licitación. En un comunicado emitido posteriormente, los miembros de la DFL también reafirmaron su apoyo a la regla 50+1. Sin embargo, algunos de los clubes más ricos han dejado claro desde entonces que consideran la regla como una desventaja competitiva, en comparación con los clubes de Inglaterra y España, por lo que se espera que un desafío a la regla sea la próxima gran lucha entre los aficionados y los gobernantes del fútbol.

Lo que es seguro es que la sociedad civil ha ganado este asalto y que no habrá inversiones de capital privado en el marketing de la Bundesliga en un futuro próximo. Las protestas funcionaron, y los grandes actores del capital riesgo (CVC gestiona 388.000 millones de euros), a pesar de su activa presión, no se salieron con la suya. Un periodista la calificó de "la protesta del movimiento social con más éxito de los últimos años".

Tuvo éxito porque reunió a personas de convicciones políticas muy diferentes. Porque la base Verein de la gobernanza del fútbol alemán dio voz a los aficionados e hizo que el intento de imponer un acuerdo en contra de su voluntad se convirtiera fácilmente en un alboroto. Y porque, en última instancia, esta lucha enfrentó a la comunidad, la democracia y otros valores sociales ampliamente compartidos contra los beneficios excesivos y el poder de unos pocos directivos de fútbol de élite y gigantes financieros.
Capital privado o bien público

Así pues, la victoria no es sólo para los aficionados al fútbol, sino para todos aquellos que quieren evitar que se financiericen todos los aspectos de la vida cotidiana. Que los intereses del capital privado prevalezcan sobre el bien público, cuando están en conflicto, parecía inevitable para la mayoría hace tan sólo unas semanas. Pero los aficionados demostraron que se puede frenar incluso a los mayores actores financieros. No hay nada "natural" en la creciente financiarización de bienes sociales y culturales como el fútbol, la sanidad o la vivienda.

Por tanto, la victoria en Alemania debería dar esperanzas de que, con la gobernanza adecuada, podemos domar el sistema financiero de forma más amplia y ponerlo al servicio de las personas y de la economía real, en lugar de al servicio de los beneficios excesivos. En las últimas semanas se ha tomado conciencia en Alemania del peligro que entrañan las expectativas de beneficios de los fondos de capital riesgo/inversión en ámbitos que no les corresponden. Esta toma de conciencia debe conducir ahora a un replanteamiento del papel del capital riesgo en la sociedad en general."

(  Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com)

23/2/24

La competencia entre el precario y el enfermo... "Me odié durante mucho tiempo por haberla culpado hasta que comprendí que la precariedad de este sistema nos hace competir con personas a las que deberíamos acompañar" (Antonio Maestre)

 "La precariedad hace competir al precario con el enfermo. Al pobre con el mísero. El capitalismo es un sistema cruel que nos inculca el veneno de juzgar a personas vulnerables y míseras a la que culpas de tu propia situación. El sistema capitalista hace que vuelques tus frustraciones con aquellas personas con las que te ves obligado a competir por un puesto de trabajo en vez de dirigirlas a quien provoca esa situación de vulnerabilidad y pobreza. 

Una experiencia vital de hace años que todavía me atormenta puede servir para explicar cuáles son las dinámicas a las que, sin ser conscientes, nos vemos empujados por el miedo a la incertidumbre a la que aboca la precariedad laboral y la pobreza. Porque la precariedad es pobreza.

Durante un tiempo trabajé como interino de responsable de documentación de TVE en Murcia. Para el momento, año 2009, el sueldo era bastante aceptable, me permitía vivir de alquiler yo solo, en un piso pequeño cerca del centro de la ciudad, con todas las comodidades. Ayudaba el coste de la vida en Murcia, que no tenía nada que ver con el de Madrid, pero vivía por primera vez en mi vida de manera autónoma, con desahogo, en un trabajo que me gustaba, con todos los derechos laborales que se presuponen, y con tiempo para el ocio después del trabajo. Todo lo que la gente que venimos de una familia de clase trabajadora le pedimos a la vida

El puesto correspondía a una mujer que se había sacado la oposición y que se encontraba de baja por una grave enfermedad. Yo sabía que era algo temporal, estuve trabajando cerca de dos años y, finalmente, la mujer pidió reincorporarse. Yo sabía que la vuelta a Madrid sería dura, no iba a encontrar de manera inmediata un puesto con unas condiciones laborales y un sueldo como el que perdía, así que decidí invertir lo poco que había podido ahorrar en un máster de investigación para el doctorado en un universidad pública.

A la semana me llamó un compañero de Murcia diciendo que la mujer, a la que solo conocía de un día que pasó por la redacción durante esos dos años, había fallecido. Me dijeron que iban a pedir que volviera a trabajar, pero la plaza de interinidad se había cerrado con su vuelta y los recortes en el ente público habían provocado que ya no se abriera otra nueva. La plaza quedó finalmente vacante durante años

Durante mucho tiempo culpé a esa mujer por haberme dejado sin trabajo. La culpé por haber vuelto, por haberse reincorporado sabiendo que su situación ya no tenía solución, la culpé porque si no se hubiera reincorporado yo podría haber huido de la precariedad durante algún tiempo más. Un tiempo ganado a la pobreza. Porque era pobre sin ese trabajo. Me enteré de su fallecimiento mientras estaba vendiendo unas cosas en el Cash Converter de la calle Delicias para poder tirar un poco. Me sentía mal por culparla, porque no conocía su situación, solo conocía la mía, y el pozo de mierda en el que la precariedad me había metido me hacía competir por un trabajo con alguien a quien solo debería abrazar y consolar. 

Durante muchos años me he sentido una mierda por haber sentido ese resentimiento hacia una persona enferma en sus últimos días. Ahora sé, desde una posición más cómoda, que aquellos sentimientos de falta de empatía se debían a la desesperación por saberme otra vez en una posición económica de extrema vulnerabilidad

El miedo es un factor que desestabiliza cualquier humanidad y aquella mujer volvió a su puesto de trabajo porque quiso, porque existen multitud de factores que una persona que se encuentra en los últimos días de su vida le hacen tomar decisiones que, desde fuera, parecen no tener sentido.

Volvió para sentirse útil, para despedirse de su trabajo que amaba, como un último acto para recuperar una normalidad que la enfermedad le había despojado. Volvió por cualquier motivo que nunca sabremos y que no soy nadie para juzgar. Que jamás hubiera juzgado sin miedo, sin sentirme vulnerable, sin tener miedo a la pobreza, teniendo unas mínimas certezas vitales. Me odié durante mucho tiempo por haberla culpado hasta que comprendí que la precariedad de este sistema nos hace competir con personas a las que deberíamos acompañar, con las que tendríamos que hacer piña, sonreír, enlazarnos los brazos, y gritar a un sistema que nos convierte en adversarios cuando somos compañeros.

Nunca lo sabrás, pero me cambiaste la vida, y siempre te lo agradeceré."               (Antonio Maestre  , La Marea, 19 febrero 2024)

21/2/24

La desalación puede constituir uno de los círculos más cerrados en el uso de los recursos, ya que capta directamente el agua del mar y/o aguas salobres para tratarla posteriormente... Aunque actualmente es el recurso no convencional más caro, los expertos sostienen que a largo plazo se convertirá en una solución con un precio competitivo, gracias en parte al despliegue de las energías renovables

 "(...) Las previsiones científicas señalan que en el futuro habrá menos recursos hídricos disponibles a escala global (40% de disminución de los recursos hídricos según previsiones de las Naciones Unidas en 2030) y que el acceso a los mismos será menos previsible. Ante esta realidad, es necesario adaptar la planificación y gestión de los recursos hídricos para asegurar un suministro de agua adecuado para las generaciones presentes y futuras.

Para abordar el desafío de la sequía, las soluciones que se están llevando a cabo pasan por mejorar la eficiencia en el uso del recurso a través de la digitalización y fomentar y potenciar el uso de recursos alternativos, como el agua residual regenerada (reutilizada) y las aguas desaladas. Estos recursos, de carácter estratégico en zonas de mayor escasez, se encuentran aún infrautilizados.

La reutilización del agua es uno de los campos donde más posibilidades existen, dado que cada vez son más los usos para los que el agua puede ser regenerada una vez utilizada: recarga intencionada de acuíferos, suministro para sistemas agrícolas, usos industriales como la refrigeración, riego de parques y jardines, baldeo de calles e, incluso, para el abastecimiento de poblaciones (la normativa española prohíbe el uso del agua regenerada para consumo humano directo, salvo situaciones de declaración de una catástrofe).

En este contexto, la reutilización ha demostrado ser efectiva en extensas zonas urbanas afectadas por la escasez de agua en diversas partes del mundo. Ejemplos notables de esta práctica se encuentran en Estados Unidos (EEUU), Singapur e Israel, donde la reutilización del agua forma parte integral de sus recursos hídricos. España es el líder europeo en reutilización de agua y ocupa la quinta posición a nivel mundial en cuanto a capacidad de reutilización instalada. Según la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDYR), se estima que ya reutilizamos, en media, entre el 7% y el 13% del agua residual tratada, llegando al 98% en Comunidades Autónomas como Murcia.

 Por su parte, la desalación puede constituir uno de los círculos más cerrados en el uso de los recursos, ya que capta directamente el agua del mar y/o aguas salobres para tratarla posteriormente, eliminando la concentración de sales y cualquier organismo o compuesto que impida su uso. Además de trabajar en la reducción de los costes energéticos, que hoy en día no son tan elevados como en el pasado, se están desarrollando aplicaciones para la salmuera resultante, buscando minimizar los efectos ambientales asociados con su vertido. Aunque actualmente es el recurso no convencional más caro, los expertos sostienen que a largo plazo se convertirá en una solución con un precio competitivo, gracias en parte al despliegue de las energías renovables.

Según datos de AEDYR, España cuenta con 765 desaladoras y es el cuarto país del mundo en cuanto a capacidad instalada, sólo por detrás de Arabia Saudí, EEUU y Emiratos Árabes Unidos. En España se producen alrededor de 5.000.000 de m³/día de agua desalada para abastecimiento de la población, riego y uso industrial.

Además de ampliar la oferta hídrica reduciendo la presión sobre los recursos convencionales, la solución ante este reto también implica poner el foco en las políticas de gestión de la demanda, adaptando los usos del agua a los nuevos patrones hidrológicos.

Aceptación social

 En el contexto actual de cambio climático, es esencial promover mecanismos que faciliten la integración de la perspectiva ciudadana en la lucha contra este fenómeno. Organismos como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) han puesto de manifiesto la importancia de incluir la percepción y a las experiencias de la población como fuentes de información complementarias a las evidencias científicas en la gobernanza del agua.

La sociedad, salvo ámbitos muy específicos, desconoce el potencial de los mecanismos de adaptación al cambio climático en materia de agua, en especial, el de la reutilización del agua y los beneficios que para el estado de las masas de agua y las garantías hídricas puede suponer. Incertidumbres relativas a la calidad del recurso, la seguridad alimentaria, el precio o las normativas de regulación constituyen factores de rechazo a la reutilización del agua.

A finales de 2023, el Real Instituto Elcano realizó una encuesta a 1.000 sujetos representativos de la sociedad española con el objetivo de analizar el conocimiento, las actitudes y la disposición a actuar para mitigar y adaptarse al cambio climático de los ciudadanos españoles.

En relación con la capacidad auto percibida de los españoles para reducir su consumo de agua, los datos presentados en la Figura 2 reflejan que aproximadamente la quinta parte de los encuestados afirma que tiene margen para ahorrar agua, estando además dispuestos a consumir agua potable reciclada un porcentaje muy similar de personas entrevistadas.

En cuanto a las prioridades en materia de adaptación a los efectos del cambio climático, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNAC) 2021-2030, reconoce la importancia de incluir la visión de los ciudadanos. Como muestra la Figura 2, entre las distintas medidas propuestas (que corresponden a mejoras en el capital natural, el capital social y el capital fabricado por el hombre), las medidas de ahorro de agua para limitar el impacto de las sequías es la segunda opción de los ciudadanos españoles, después de la limpieza de los bosques para luchar contra los incendios. La diferencia cuando dicho porcentaje se calcula sobre la muestra de los que están a favor de que el gobierno dedique parte de los presupuestos del Estado, que vienen de sus impuestos, para adaptar España a las olas de calor, las sequías, las inundaciones y los incendios (N=890), y el total de la muestra (N=1.000), varía tan sólo un punto porcentual.

 La sequía es un desafío complejo y persistente que afecta a múltiples aspectos de la sociedad y el medio ambiente. Para garantizar la seguridad hídrica, la aceptación de las medidas de adaptación a la disponibilidad limitada de agua, la participación pública y la implicación de todas las partes interesadas, serán cruciales para el éxito de estas soluciones innovadoras en la adaptación al cambio climático."

(Sofía Tirado Sarti es investigadora en el Programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano, Revista de prensa, 09/02/24;  Este artículo se publicó originalmente en Real Instituto Elcano)