"(...) Los ocultos impactos del fracking están apareciendo con
creciente incidencia en la contaminación hídrica, los temblores de
tierra y la destrucción en gran escala de los ecosistemas.
La
pequeña ciudad de Dimock, en Pennsylvania se ha convertido en un
símbolo estadounidense. Se halla situada sobre el deposito de esquisto
llamado Marcellus y se considera el “kilómetro cero” en la batalla sobre
la seguridad del fracking.
En el año 2008 la compañía Cabot Oil and Gas
solicitó a los residentes que firmaran una autorización para permitir
que la empresa realizase perforaciones en su territorio. Los costos de
las perforaciones fueron mayores de los previstos y muy pronto el agua
potable se vio contaminada y los habitantes alarmados cuando vieron que
el agua de sus grifos se prendía fuego.
En enero de 2009 el agua
corriente de un domicilio explotó debido al alto contenido de metano que
se había escapado e introducido en el acuífero y luego en la suya.
Muchos de los vecinos de la ciudad habían sufrido problemas de salud
debido a los altos niveles de metano y de otros metales en el agua.
Un
habitante de Dimock que no puede tomar agua de su grifo desde hace tres
años se lamentaba: “Nunca imaginé que no podríamos tomar nuestra propia
agua”.
Al principio la empresa Cabot Oil and Gas proveía
diariamente agua embotellada a 11 familias, eso fue hasta noviembre de
2011 cuando los suministros desaparecieron de repente. Los residentes
habían quedado librados solos a la búsqueda de otras alternativas de
provisión de agua.
En 2012, en enero, 20 expertos en salud urgieron a la
Oficina de Protección Ambiental a que investigara la contaminación
hídrica y proporcionara acceso al agua potable a los residentes de
Dimock. La Oficina de Protección Ambiental intervino y proveyó agua a
varias familias mientras realizaba investigaciones en los pozos del
área. Los datos recogidos pusieron de manifiesto la presencia en el agua
de altos niveles de arsénico y de otros elementos químicos.
Existe
actualmente una moratoria en la excavación de pozos en la zona de
Dimock, pero la ciudad continúa soportando el legado de su destrucción
ambiental. Dimock se ha convertido en una de las muchas ciudades que en
los EE.UU. están sufriendo el rápido aumento del fracking.
Esta
nueva tecnología se ha vendido como una forma de producir energía
“verde” y “limpia”. Ha llegado el momento de prohibir el fracking
en todo el mundo alertando a la gente sobre sus terribles consecuencias
y por el hecho de que tanto en el corto como en el largo plazo su costo
es demasiado alto." (The Gaia foundation
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