Para Rouco, los males de esa dictadura laicista son evidentes. "El tratamiento legal dado al derecho a la vida, como si el Estado pudiera disponer ilimitadamente de él, constituye una prueba elocuente. Urge, pues, una respuesta cultural del Evangelio que, en un diálogo sincero entre fe y razón, haga presente en la vida pública la verdad de Dios Creador y Redentor del hombre: del Dios que es amor".
Rouco tomó la palabra el martes ante la asamblea sinodal y lanzó el reto de hacer que la Palabra de Dios luche contra "uno de los rasgos que más intensamente caracteriza la cultura moderna, sobre todo en el contexto euroamericano: la concepción inmanentista del hombre y del mundo, sin referencia ni explícita ni implícita a Dios Creador y Redentor del hombre". (El País, ed. Galicia, Socoiedad, 16/10/2008, p. 38)28/10/08
Rouco relaciona laicismo y nazismo
"La Iglesia debe ser fermento de las culturas modernas, y participar en la vida pública y los debates legislativos, afirmó Rouco, para oponerse al laicismo, esa gran fuente de peligros históricos: "El Estado moderno, en su versión laicista radical, desembocó en el siglo XX en las formas totalitarias del comunismo soviético y del nacional-socialismo", advirtió.
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