5/6/11

Indignados con el Sur. La crisis y el populismo alientan tensiones entre los vecinos europeos

"Sin el miedo al populismo que recorre Europa, no se explica la resurrección de rancias ideas que pretenden ahondar la diferencia entre el sur y el norte del continente, y que en estos momentos abonan la cizaña entre Alemania y España.

La tensión comenzó con un comentario de la propia canciller alemana, Angela Merkel, sobre las muchas vacaciones que ella supone que se toman los españoles (y otros trabajadores del sur de Europa). Solo faltaba la crisis del pepino para completar el súbito cuadro de desconfianza hacia el país más grande de la Unión Europea. (...)

Es difícil explicarse lo ocurrido sin tener en cuenta las tendencias aislacionistas que se advierten en Alemania. Una actitud que parece tentar a la propia canciller y a su partido, muy afectado por problemas electorales.

Los democristianos de Angela Merkel quedaron relegados a la tercera posición en las elecciones de Bremen del 22 de mayo. Un poco antes habían sido apeados de seis décadas de poder en el Estado de Baden-Württemberg, el más industrializado de Alemania, donde han sido ejecutados por una coalición entre Los Verdes y el SPD. (...)

La canciller y su entorno argumentan que Alemania es el principal beneficiario del euro y que por eso interesa a su país ayudar a los países en dificultades, pero los golpes electorales están ahí, explicados por algunos observadores en función del malhumor ocasionado por los miles de millones de euros acordados en ayudas a Grecia, Irlanda y Portugal, con los temores sobre España al fondo.

"No se puede gobernar el euro con líderes políticos enfrentados constantemente a elecciones parciales", comentaba recientemente a este periódico una autoridad europea. El resto, las muestras de menosprecio por los socios del sur, constituyen la música que adorna la partitura esencial.

Se descubre así que tantos años de cooperación entre los Estados europeos, y de intercambios culturales y turísticos masivos entre sus pueblos, no sirven para borrar las ideas heredadas del pasado. (...)

Mientras que en España y en Grecia se multiplican las protestas ciudadanas contra la falta de perspectivas de futuro, los alemanes parecen muy dubitativos sobre la relación que deben mantener con los países del sur, a los que imputan haber vivido a crédito.

Desentrañar las soluciones a todo este delicado problema ya es suficientemente complicado como para enzarzarse en ocurrencias de trazo grueso. Como la sugerencia hecha a los griegos por dos diputados de la mayoría en el poder en Alemania, el liberal Frank Schäffler y el cristianodemócrata Josef Schlarmann: ¡si los griegos tienen problemas de tesorería, que vendan sus islas!" (El País, 04/06/2011, p. 34/5)

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