29/9/14

Anarquismo: es el pensamiento político de la crítica del poder y es la práctica política de la lucha contra el poder

"¿Qué tipo de movimiento es el anarquismo? ¿Qué le singulariza? ¿Eres capaz de darnos alguna definición para aproximarnos un poco? 

Aunque se pueden rastrear elementos precursores a lo largo de la historia, el anarquismo es, fundamentalmente, un movimiento social que se origina en la segunda mitad del siglo 19 al calor de las luchas suscitadas en Europa por la llamada revolución industrial. Le singulariza su negativa a disociar, en el seno del proceso emancipatorio, la dimensión política y la dimensión económica de la dominación.

 Ambas deben ser combatidas simultáneamente y por lo tanto la emancipación en la esfera económica requiere necesariamente la emancipación en la esfera política. En consecuencia el anarquismo se niega a aceptar cualquier modalidad de la forma Estado, ni siquiera transitoriamente, y manifiesta una sensibilidad exacerbada hacia cualquier forma de dominación. 

Con independencia de que no me gusta encerrar en el corsé de una definición lo que requiere más bien una explicitación matizada según cada contexto discursivo, resulta bastante difícil definir brevemente el anarquismo. Me arriesgaré a decir lo siguiente: el anarquismo es aquello que contradice en la práctica la lógica de la dominación, sea cual sea la forma que esta adopte

Se le puede considerar, por lo tanto, como el pensamiento político de la crítica del poder y como la práctica política de la lucha contra el poder. Añadiré que, en tanto que el anarquismo procura no separar las opciones políticas y las opciones de vida (es decir, con palabras tomadas de su tradición “las ideas” y las practicas), este representa un dispositivo donde se fusionan lo existencial y lo político. 

¿Dónde observas un mayor crecimiento del movimiento anarquista? ¿Por qué, de dónde ese impetuoso resurgir del anarquismo en el comienzo del siglo XXI al que haces referencia? 

El movimiento anarquista está creciendo de forma espectacular en varios países latinoamericanos, en Grecia, en Turquía, en algunos países de centro Europa, en Canadá y Estados Unidos, en Inglaterra y aparece hasta en Indonesia, por mencionar tan solo algunos ejemplos. Obviamente, cuando hablo de crecimiento espectacular es en relación a un punto de partida que reflejaba una presencia casi insignificante

Creo que este resurgir responde, entre otros factores, a la coincidencia entre algunas de las posibilidades creadas por el actual desarrollo tecnológico (las famosas NTIC) y ciertos aspectos del anarquismo. Pero también responde, en un plano más directamente político, al hecho que las luchas contra los nuevos dispositivos de dominación parecen requerir formas organizativas y contenidos ideológicos afines al anarquismo.  

¿Qué aspectos innovadores incorpora este resurgir anarquista? El neoanarquismo, el nuevo anarquismo, ¿en qué se diferencia del anarquismo más clásico? ¿Arraiga también entre las clases trabajadoras? ¿Qué tipo de activista es el militante de este neoanarquismo? 

Los antecedentes más inmediatos del resurgir del anarquismo se deben a la reinvención de algunos de sus principios y de sus prácticas en el seno y en el transcurso de los grandes movimientos de protesta que se iniciaron a finales de los años 1990 contra las cumbres del capitalismo internacional y que proliferaron en la primera década del presente siglo, dando paso ulteriormente a fenómenos como los del 15M, o Okupy Wall Street. Sin embargo, más remotamente, es en Mayo del 68 donde empiezan a fraguarse nuevas formas de hacer y de pensar la política que van a propiciar unos escenarios de lucha que constituirán un caldo de cultivo para la revitalización del anarquismo.

 El anarquismo resurge por lo tanto en un nuevo contexto que le va a imprimir algunas características diferenciadoras respecto del anarquismo tradicional, y que permiten hablar efectivamente de un neo-anarquismo.(...)

Se habla en la tradición de anarquismo y anarcosindicalismo. ¿Es uno y lo mismo? 

Ni lo uno, ni lo mismo, claro. El anarcosindicalismo constituye una de las variadas corrientes dentro del anarquismo, y muchos anarquistas no solo no se identifican con esa corriente, sino que incluso se muestran críticos con ella. 

Por otra parte, en el ámbito del anarcosindicalismo, no es infrecuente encontrar militantes que rechazan la etiqueta “anarquista”, me refiero por supuesto a militantes que asumen el anarcosindicalismo como una base ideológica clara, y no solamente como una opción estratégica circunstancial y oportunista… que también los hay, y que se sitúan a veces en las antípodas tanto del anarquismo como del anarcosindicalismo. 

¿Cuáles son entonces las diferencias entre uno y otro? 

El anarquismo, cuya definición ya he esbozado anteriormente es una opción (política, ideológica, existencial etc.)que cualquier ser humano puede adoptar con independencia de su condición social, o de su posición en la estructura social. Sin embargo, el anarcosindicalismo es un instrumento de lucha de las clases trabajadoras para defender sus intereses y para transformar radicalmente la sociedad. 

También es cierto que en determinadas circunstancias históricas el anarcosindicalismo ha trascendido su condición simplemente instrumental y se ha configurado como un modelo de organización social, y casi como una opción ideológica global. De hecho lo que resultaría más interesante sería establecer las diferencias entre el anarcosindicalismo y otras concepciones del sindicalismo, especialmente el sindicalismo revolucionario, pero nos saldríamos del tema. (...)

¿Crees que el 15M, sin ser un movimiento anarquista, es un movimiento que presenta un indudable aire de familia con él? ¿Por qué? ¿Y el 22M? ¿También en este caso? 

Los puntos de coincidencia son efectivamente múltiples. Por ejemplo, la apuesta por la acción directa, sin intermediaciones, la crítica de ciertas modalidades de la representación, la horizontalidad y la democracia directa, la suspicacia ante las diversas formas de la dominación (incluidas las que anidan en las filas subversivas).

 En definitiva, son efectivamente muchos los aspectos que justifican ese “aire de familia”, aunque también hay que decir que se sitúan básicamente en el plano formal (tipo de organización, procedimientos de toma de decisión, etc.) más que en el de los contenidos políticos substantivos. (...)

Por cierto, cuando hablas de dominación, de poder, ¿de qué hablas exactamente? ¿El comunismo libertario del siglo XXI es contrario también a topo tipo de poder? Citas en algún momento a Foucault y señalas que sus investigaciones han contradicho la “creencia anarquista en la posibilidad de eliminar radicalmente el poder, obligando a una reconsideración bastante profunda de esta problemática”. ¿Y cuánto de profunda es esta reconsideración?

No te sorprenderás si te digo que participo de una concepción del poder muy influenciada por Foucault. Entiendo el poder como el conjunto de las relaciones de fuerzas móviles y cambiantes que recorren el tejido social y las acciones que cada cual ejerce para incidir sobre las conductas de los demás. 

En este sentido el poder es consustancial con la vida social y el anarquismo debe evitar la trampa de lenguaje que conduce a pensar que el poder se puede erradicar por completo. La dominación es la cristalización de esas relaciones de fuerzas en estructuras estables y permanentes y es la unidireccionalidad de las determinaciones de las conductas. El anarquismo dejaría de ser anarquismo si renunciase a luchar contra la dominación. 

Es cierto que la confusión entre relaciones de poder y fenómenos, dispositivos, estructuras o relaciones de dominación, sigue induciendo a que buena parte del anarquismo siga hablando de una sociedad desprovista de relaciones de poder en lugar de pensar en mecanismos que impidan la cristalización de relaciones de dominación, y es cierto por lo tanto que la reconsideración de la problemática del poder aún tiene mucho camino por recorrer. Quiero precisar no obstante que esta reconsideración no pasa en absoluto por legitimar en el ámbito del anarquismo, algunos conceptos curiosos tales como el concepto de poder popular. 

Que sería una contradicción o algo así desde tu punto de vista y, por tanto, un concepto nunca vindicable, en ninguna circunstancia. 

El concepto de “poder popular” no constituye ninguna contradicción en términos, lo que resulta contradictorio es que determinados sectores del anarquismo reivindiquen ese concepto. 

Una cosa es trabajar para que los sectores explotados, discriminados, dominados adquieran tanta fuerza como sea posible para bloquear, neutralizar, desbaratar los poderes dominantes, e incluso conseguir eliminarlos, y otra, muy distinta es trabajar para constituir un poder popular en paralelo o sustitutivo del poder instituido. Construirlo, como está de moda decir actualmente, en “los intersticios” del poder establecido. 

El anarquismo siempre ha recelado de las tentativas de construir cualquier modalidad de poder, llámese “popular” u de otra forma, y resulta que las experiencias históricas nunca han desmentido esos recelos.

 En términos facticos, el poder popular no es el poder ejercido “por el pueblo” (sea lo que sea lo que se pone bajo el término “pueblo”), es el poder ejercido “en nombre del pueblo” por quienes tienen la capacidad de hacerlo.(...)"         (Entrevista a Tomás Ibáñez sobre "Anarquismo es movimiento", Salvador López Arnal, El Viejo Topo, en Rebelión 22/09/2014)

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