30/9/14

Los megaricos del mundo emigran en masa para huir del fisco

"Lloran y también emigran. Durante la última década, millonarios de todo el planeta han abandonado en masa sus países huyendo del fisco, de la mugre y de la violencia. Los 'visados-ganga' de Rajoy no han logrado atraerlos hasta España. Gran Bretaña y Singapur son sus destinos favoritos. (...)

De acuerdo al último informe anual del New World Wealth, más de 260.000 millonarios han abandonado sus mansiones oficiales durante la última década en pos de una vida mejor. 

Al igual que Depardieu, buena parte de ellos se han echado los baúles Gucci a las espaldas acuciados por las “despiadadas” políticas fiscales de sus países de origen. Otros, como los “megaricos” mexicanos, dicen huir de la violencia y de la mugre. En España han recalado cuatro gatos, pese a que el Gobierno de Rajoy lleva ya varios años voceando “visas de oro” de saldo en el mercado de los permisos VIP de residencia.

El detallado análisis demográfico de los movimientos de este privilegiado grupo de población indica, por un lado, que se trata de un fenómeno global. Y por otro, que afecta a un porcentaje muy significativo del total de gente acaudalada. ¿A dónde se dirigen de manera preferente los nómadas del capital? 

Durante el periodo comprendido entre 2003 y 2013, los países que han recibido un mayor número de millonarios son, de más a menos, el Reino Unido (114.000), Singapur (45.000), Estados Unidos (42.000), Australia (22.200), Hong Kong (19.700), Canadá (13.600) y los Emiratos Árabes Unidos (10.100).

El país que ha sufrido una sangría más significativa de su población pudiente es China, que ha perdido a 76.200. Le siguen la India (43.400), Francia (31.700), Italia (18.600), Rusia (14.000) y Suiza (10.600).

En definitiva, sabíamos que lloraban y ahora hemos descubierto que también emigran en masa. ¿Qué es lo que les alienta a echarse sus baúles de La Prune a las espaldas y a salir volando en Gulfstream? Buena parte de estos desertores europeos son exiliados fiscales a los que les produce sarpullidos renunciar a un pedacito de sus beneficios colosales en el nombre de conceptos tan ampulosamente etéreos como “redistribución de la riqueza” o “bien común”. “Este señor ha desertado en plena lucha contra la recesión”, dijo de Depardieu la ministra de Cultura gala, Aurelie Filipetti.

Y en efecto, así era. La mayoría de los norteamericanos ricos que han abandonado su país o han renunciado a su nacionalidad en el transcurso de los últimos diez años lo han hecho por idénticos motivos. Se da también la circunstancia de que a muchos millonarios ha dejado ya de compensarles el fijar su residencia en paraísos fiscales.

 La vigilancia internacional se ha estrechado y aquellos buenos tiempos de la “cuasi” impunidad han pasado a la historia. Puestos a buscar un lugar que los reemplace, Singapur se lleva el gato al agua. Este pequeño estado se halla en disposición de ofrecer ventajosas políticas tributarias en un entorno financiero muy sofisticado y, a diferencia de los paraísos fiscales, no está contaminado por actividades ilegales como el blanqueo de dinero.

Paradójicamente, Estados Unidos es un país tanto emisor como receptor de millonarios. Durante los últimos siete u ocho años, han comenzado a crecer las urbanizaciones “exclusivas” para hispanos en ciudades sureñas como Dallas, San Antonio, El Paso o San Diego. 

En este caso, y en el de los migrantes procedentes de otras potencias emergentes como Brasil, lo que la gente acaudalada busca es un lugar más socialmente saludable, lejos de la pobreza y sobre todo, de la inseguridad, la extorsión y los secuestros. Sus compatriotas se refieren a ellos como los “migrantes fresa”. (...)

¿Es esta migración global de millonarios un fenómeno coyuntural y efímero? Todo apunta a que no. Dos de cada tres ricos de China -el mayor exportador mundial de potentados- han asegurado en una encuesta reciente que van a abandonar el país tan pronto como se presente la oportunidad.

 Lo que les mueve, aseguran, es el deseo de proporcionar a sus hijos una educación mejor. Asimismo, muchos dicen huir de la polución y sobre todo, de la inseguridad que les produce haber amasado su fortuna en un país supuestamente comunista. En otras palabras, temen que el marco legal pueda modificarse de un día para otro y desean poner a buen recaudo su dinero.

Análogas razones han movido a muchos rusos a concentrarse en barrios de la capital británica como el popular Londongrado. El mismo Gobierno que lleva años advirtiendo de los horrores de una eventual invasión de búlgaros y de rumanos pobres ha puesto bajo los pies de los ricos moscovitas una alfombra legal que les ayude a aterrizar en el país y a quedarse para siempre. 

Derribar los muros de Fortaleza Europa es un proceso burocráticamente sencillo, a condición de que se tenga el dinero necesario para adquirir un visado VIP de residencia. A los oligarcas rusos que se han mudado al Reino Unido viene a costarles un millón de libras.

Euro arriba o euro abajo, pocos son los Gobiernos europeos que no han puesto sus ciudadanías a la venta, mientras reciben a balazos (de goma) a los parias que se encaraman por las vallas. (...)"            (Público, 18/09/2014)

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