"(...) -¿En qué consiste básicamente la propuesta de Trabajo Garantizado?
Es una medida de política económica que consiste en que todo ciudadano
tiene derecho a un puesto de trabajo y el estado se lo ha de garantizar.
Hay actividades no remuneradas –como los cuidados, que realizan sobre
todo las mujeres- que de esta manera se podrían visibilizar.
El Trabajo
Garantizado permitiría garantizar necesidades que hoy no están
suficientemente cubiertas: educación, sanidad, cuidado de enfermos y
mayores, reforestación…). Que no haya empleo no quiere decir que no haya
trabajo.
-Una de las críticas previsibles a la propuesta
podría ser la siguiente: ¿Cómo se pagaría el empleo público, más aún con
el corsé de la Unión Europea, con un endeudamiento público que ronda el
billón de euros?
Si contáramos con una economía que
tuviera una moneda propia, no habría ningún problema de financiación.
Podrías crear todo el dinero, y por tanto todos los puestos de trabajo
necesarios, para realizar las actividades citadas. Es cierto que hay
limitaciones, pero no las que se nos dicen: el 3% de déficit público y
el 60% de deuda pública (son cifras sin rigor científico, limitaciones
absurdas incluso en una unión monetaria).
Los límites que podría haber
es que haya suficientes trabajadores que quieran trabajar, que tengan
los conocimientos y habilidades, o que se generen tensiones
inflacionistas. Hoy no existe ninguna de estas dificultades.
-¿Cuál es entonces el problema para desarrollar la idea del Trabajo Garantizado?
La propuesta sería de aplicación muy sencilla con una moneda propia. Y
aunque no la tuviéramos, con un Banco Central Europeo que nos respaldara
tampoco habría problema. Lo que ocurre es que se parte de una
concepción neoliberal de la economía que no acepta este planteamiento.
Tendríamos capacidad mediante una reforma fiscal progresiva, utilizando
recursos que hoy no obtiene la Hacienda Pública (según los técnicos
todos los años se podría recaudar en torno al 6,2% del PIB), equiparar
las rentas del capital a las del trabajo o incluso una tasa sobre las
transacciones financieras. Por otro lado, con el Trabajo Garantizado
reduciríamos mucho gasto público en ayudas, subvenciones o formación
para los parados.
-¿Se trataría de empleo público, con todos los derechos y garantías?
Sí, desde la propuesta de Minsky en los años 60 se trata de empleo
público. Son contratos indefinidos. Las condiciones laborales y los
derechos son los mismos que en cualquier puesto de trabajo del sector
público. Con una excepción, que es crucial en el Trabajo Garantizado y
que se puede considerar una desventaja: que no haya capacidad de
negociación salarial. El salario ha de ser fijo y además establecerse un
mínimo.
No puede establecerse, por ejemplo, un salario de 1.500 euros
ya que mucha gente podría salirse del sector privado, y ése no es el
objetivo propuesta. Nuestra propuesta salarial oscila entre 900 y 1.200
euros mensuales (en términos brutos con 12 pagas). Habría además tres
tramos en función de la diferente cualificación que requieran las
actividades.
-¿Qué competencias se les reserva a los municipios?
Toda. La financiación viene del estado pero la competencia es de los
municipios. La idea es que se decidan las actividades que van a
realizarse en asamblea, con asociaciones vecinales, ONG, cooperativas y
ciudadanos a título individual. Los vecinos son quienes mejor conocen
las necesidades de su entorno.
-¿Se ha fijado IU en algún referente para la idea del Trabajo Garantizado?
Nunca se han materializado propuestas de trabajo garantizado universal,
pero sí experiencias parciales. Por ejemplo en el “New Deal” de
Roosevelt. También encontramos prácticas de Trabajo Garantizado en Nueva
Zelanda, Corea del Sur, Sudáfrica y Suecia. En Argentina, en el año
2002, se llegaron a crear dos millones de puestos de trabajo en tres
meses para combatir la crisis derivada del “corralito”.
En IU hemos
tomado muchos elementos de la propuesta del gobierno griego. Han entrado
en contacto con economistas estadounidenses de la rama post-keynesiana,
que son los que estudian el Trabajo Garantizado. Pero en Grecia se han
encontrado con las limitaciones insalvables impuestas por la Troika.
-Oficialmente se achaca el desempleo a la falta de movilidad, de
emprendimiento, formación o incluso de una mano de obra escasamente
adaptada. ¿Cuáles son las causas reales?
La inmensa
mayoría de los problemas que hoy tienen los parados no son esos. La
cuestión de fondo es que el sector privado no es capaz de generar tantos
puestos de trabajo como parados hay demandándolos. Lo que sucede es que
nos topamos con la lógica de la rentabilidad. A las empresas no les
resulta rentable contratar y por eso no lo hacen.
La razón principal es
que no tienen suficientes clientes. Esto lo dicen hasta tres encuestas
diferentes sobre autónomos, pequeñas y medianas empresas. Si tuviéramos
mayor demanda agregada, aumentaría la capacidad adquisitiva, las ventas,
los ingresos y las contrataciones.
-Pensando en las dificultades de Syriza, ¿Hay margen de maniobra para aplicar el Trabajo Garantizado?
Grecia no está en la misma situación de España. Tiene un menor margen
de maniobra y más compromisos adquiridos con la Troika. Vivimos
ciertamente en una dictadura de la élite económica para impedir que
aumente la inflación o se les enturbie el negocio bancario.
Pero cuando
hablamos del Trabajo Garantizado, se trata de que la gente tenga armas y
diga: si no nos deja la Unión Europea, habrá que rebelarse contra ella;
porque si esta propuesta es posible y no nos dejan, es que hay un
problema…
-¿Por qué plantea Izquierda Unida el Trabajo
Garantizado y no la Renta Básica Universal? El trabajo es muy precario,
no hay empleo suficiente y además se consolida la categoría de
“trabajador pobre”.
Por muchos motivos. La Renta Básica
dice que no hay suficiente trabajo para todos y habla de la precariedad,
pero esto es según la lógica del sector privado. Preferimos el Trabajo
Garantizado a la Renta Básica por varios motivos. En primer lugar, es
más eficiente en la asignación de recursos.
A lo mejor un profesor o un
médico no necesitan la renta básica. Lo que querrán es que ese dinero se
destine a mejorar los servicios públicos o generar puestos de trabajo.
El segundo problema de la Renta Básica Universal es que los empresarios
lo saben. Pueden decir: si tienes asegurados 650 euros del estado, ¿para
qué te voy a pagar 800? Si te pago menos, incluso a lo mejor sales
ganando.
Es decir, a lo mejor se convierte en una subvención encubierta a
los empresarios. Si le damos dinero a la gente, vamos a hacerlo con una
cierta condicionalidad: hay responsabilidades que realizar en nuestras
sociedades. Si hay que cuidar a los niños o los bosques, vamos a animar a
la gente a que lo haga.
-En algún artículo has escrito sobre el potencial del Trabajo Garantizado como arma para combatir el capitalismo…
Sí, en el sentido de que fortalece lo público, que al final es lo que
escapa y hace daño al capitalismo. Por ejemplo en España defendemos y
valoramos la sanidad pública (incluso gente de derechas). Si con el
Trabajo Garantizado fortalecemos lo público y además nos permite
enseñarle a la gente que es lo importante y tiene utilidad (cuidados,
dependencia, servicios sociales…), la gente saldrá a defenderlo.(...)" (Entrevista al economista Eduardo Garzón Espinosa, Enric Llopis , Rebelión, 25/04/2015)
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