27/7/15

¿Cuáles son los marcadores del racismo?

"(...) Has hablado del racismo del Norte contra el Sur. En Europa aumentan los partidos de extrema derecha. En España no hay una Marie Le Pen, ¿crees que hay menos racismo?

Eso es una falacia. La extrema derecha española está en el Partido Popular. En el PP están todos los discursos de Marie Le Pen, pero camuflados, como si fuera la derecha clásica. Y si hay dudas, solo hace falta echar un vistazo a las políticas aplicadas en los últimos cuatro años. 

Ellos son la extrema derecha en la práctica; en sus políticas tienes racismo, austeridad, lógicas neoliberales salvajes, lo tienes todo. El PP camufla la extrema derecha y, en este sentido, es peor que los partidos de extrema derecha, cuyo discurso es directo.

¿Entonces cómo se manifiesta el racismo en la vida cotidiana de uno?

El racismo es siempre institucional. En las actuales sociedades, cuando se define el racismo, se piensa que es un problema de prejuicios y estereotipos. La idea de que el racismo se limita a un grupo de personas con prejuicios es muy problemática, porque reduce todo a unos extremistas minoritarios en la sociedad. 

De este modo, lo que hay que hacer es educar a estos extremistas para que cambien, pero el resto de la sociedad está bien. Y eso no es así.

El racismo es una práctica institucional. Es decir, para que haya racismo no basta con que haya gente con prejuicios, tiene que haber instituciones que lleven a la práctica estos prejuicios. 

 Cojamos por ejemplo a la policía: si hacen un examen de tolerancia, tal vez muchos policías pasen este examen. Pero cuando se aborda el funcionamiento de la policía como institución, uno detecta que, en función del barrio, utiliza distintos métodos de actuación.

El problema no es el extremista con prejuicios sino que las propias instituciones normativas de las sociedades occidentalizadas están construidas sobre prácticas racistas hacia inmigrantes o minorías. Estas prácticas las encuentras en el mercado de trabajo, en la ausencia de derechos ciudadanos, en la falta de acceso a recursos, etc. 

El racismo es un cáncer terminal de la civilización occidental, porque está organizando desde dentro y de forma transversal todas las formas de dominación de la existencia humana.

¿Cuáles son los marcadores del racismo?

El racismo tiene muchos marcadores. El color de la piel, la identidad religiosa, étnica, nacional... El color de la piel es el más habitual debido a la historia del secuestro masivo de africanos por parte de los imperios europeos y su desplazamiento forzado a las Américas para ser esclavizados. Pero el racismo no se relaciona solo con el color. 

Los grupos que padecen racismo institucional están sujetos en cualquier momento a la violencia o a políticas de despojo de recursos. La opresión de clase se vive también de forma diferente si se pertenece a un grupo afectado por el racismo o no. En una compañía de aviones de Estados Unidos o de Francia, un obrero gana unos 150 euros a la hora, trabaja ocho horas al día y, si hay un conflicto con la compañía, puede acudir a un Tribunal u organizar una marcha en la calle, y sabe que esa noche regresará a casa vivo a dormir. 

En cambio, los obreras de un grupo que sufre opresión racial, y digo obreras porque el 90% del proletariado mundial son mujeres del Tercer Mundo, ganan uno o dos dólares al día. Y no trabajan ocho, sino catorce o dieciséis horas al día. Estas mujeres, si intentan hacer una huelga o llevar a esta compañía a un Tribunal, saben que se juegan la vida porque en las “zonas del no-ser” el sistema gestiona los conflictos con violencia y desposesión. 

Por ejemplo, las maquiladoras en Estados Unidos o en Asia. Pero eso no pasa solo en México, en Marruecos o en el llamado Tercer Mundo. Eso pasa dentro del mundo occidental, en sus ciudades globales, donde hay zonas de manufactura con mano de obra migrante que intenta reproducir los costes de China.  (...)"             (Entrevista a Ramón Grosfoguel, Público, 23/07/2015)

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