"¿Es posible convivir?
Tal fue la fundamental pregunta tratada en el seminario organizado en
Florencia por la Comunidad de San Egidio, con participación de
relevantes líderes religiosos musulmanes y católicos junto a
personalidades políticas y académicas de ambas culturas.
Estuvo presente
la más alta autoridad religiosa suní, el Gran Imán de la mezquita Al
Azhar en El Cairo, Ahmad al Tayyeb. También participaron cardenales
católicos, entre los cuales monseñor Lluís Martínez Sistach, arzobispo
de Barcelona, así como varios asesores papales y políticos europeos,
como Romano Prodi.
En el trasfondo del encuentro la violenta confrontación con el Estado
Islámico y los temores en Occidente de que la amenaza de un Califato
que llegue hasta Roma y Al Andalus se materialice en una guerra atroz.
También en las sombras proyectadas sobre la reunión oscureciendo el
esplendor del Palazzo Vecchio se percibía la oleada de islamofobia que
socava la convivencia entre vecinos.
El Gran Imán pronunció un clarividente discurso demostrando la
convergencia de valores entre las dos grandes religiones del planeta y
la necesidad de superar conflictos y malentendidos que están incendiando
el mundo.
Todos nos reconocimos en esas palabras. Sin embargo, la
cuestión es que, más allá de los valores compartidos, las prácticas de
odio y destrucción son crecientes. Por eso hace falta una serena
reflexión para identificar las raíces del odio y ayudar a extirparlo de
los corazones, allá y acá.
Se constató que en la historia ha habido formas de coexistencia
fructífera, así como que la intransigencia religiosa es tan cristiana
como islámica. Sin ir más lejos, la Córdoba del Califato fue un ejemplo
de tolerancia y multiculturalidad fecunda entre musulmanes, cristianos y
judíos.
Fue la conquista cristiana la que destruyó la coexistencia. Y
sobre esa conquista se configuró la Inquisición que impuso la
intransigencia totalitaria mediante el terror durante siglos en los
confines del imperio español y allá donde la Iglesia católica tuvo poder
incontestado. Nada de eso tuvo que ver con la incompatibilidad de las
religiones. Fueron designios de poder y bajos instintos de una humanidad
perversa los que alimentaron el odio.
Pero la verdadera raíz de la islamofobia moderna proviene de la
dominación colonial y poscolonial de Occidente sobre tierras musulmanas,
asentada en la supuesta superioridad de los valores occidentales.
Porque para civilizar a los otros es necesario afirmar la superioridad
de la propia cultura.
Como analizó Edward Said, la cultura occidental
creó la imagen del oriental, un ser subhumano, indigno de respeto,
privado de derechos que era necesario civilizar, y para eso dominar y,
en caso de resistencia, destruir. Esa fue la matriz colonial de donde
surgieron las sociedades musulmanas actuales. Y de ahí proviene la
humillación cotidiana de tantos millones de musulmanes estigmatizados
por su religión y costumbres.
Ahora bien, en el siglo XXI en realidad los gobiernos de los países
occidentales no han tenido como enemigos a gobiernos islámicos (salvo
Irán) sino a regímenes seculares como Iraq, Libia y Siria. Regímenes que
tradicionalmente han reprimido a los islamistas. De hecho, los
gobiernos occidentales tuvieron y tienen las mejores relaciones con los
regímenes verdaderamente islámicos, como Arabia Saudí y los Emiratos, y
apoyaron sin dudarlo dictaduras antiislámicas como Egipto y las del
Norte de África.
El enfrentamiento se produjo cuando los islamistas
lideraron la insurrección popular contra sus propios gobiernos y
tuvieron que enfrentarse al apoyo occidental a sus dictadores. Así, de
las ruinas de Iraq provocadas por la invasión estadounidense y de Siria
por la desestabilización de la sangrienta dictadura de El Asad ha
surgido el territorio del Estado Islámico.
Invasiones que no provienen
de una confrontación religiosa sino que obedecen a una estrategia
occidental de control del petróleo, protección de Israel como su cabeza
de puente en la región y de combate de influencia geopolítica con otras
potencias. En situación de desesperación los humanos siempre buscan
refugio en la religión. Y a partir de esa creencia identitaria surgieron
movimientos intransigentes que luchan contra sus opresores internos y
externos. Aunque eso les conduzca al delirio de violencia.
La cuestión es que la humillación en tierras musulmanas se combina
con la humillación cotidiana entre los musulmanes europeos, cuyos
jóvenes son de aquí. Más aún cuando en situación de crisis se recurre,
por los propios políticos europeos, al tradicional método del chivo
expiatorio, que llevó al Holocausto de judíos por los nazis.
Los males
vienen de los otros, que nos quitan el trabajo, huelen mal, son
criminales, maltratan a las mujeres (nosotros nunca, claro está) y
conforman el estereotipo moderno del Oriental por civilizar o expulsar
de nuestras vidas.
Por eso cuando surge un foco de resistencia total y totalitaria a la
humillación sistémica y a la imposición de una cultura mediante
bombardeos, los jóvenes de aquí van a morir allá para recuperar su
dignidad. O se preparan para regresar con su mensaje de muerte y
redención. Y resulta que no todos son árabes.
Se calcula que la mitad de
los combatientes son extranjeros, y un 25% occidentales, la mitad de
ellos conversos. En proporción a la población musulmana el país que más
combatientes aporta es Belgica. Son jóvenes en busca de una causa, por
absurdo que nos parezca. Y es entre esa juventud, en su reintegración a
la comunidad de ciudadanos donde se juega el verdadero combate contra la
perversión del islam que representa el Estado Islámico.
Porque
militarmente cuando se le destruya surgirán otras formas de violencia,
según consenso en el seminario. La raíz de la islamofobia y la
cristianofobia no está en la religión, sino en la marginación social y
las estrategias de poder. Pero como se expresan en forma religiosa, la
movilización espiritual de quienes oran juntos por la paz puede ser la
única forma de llegar a convivir en un mundo globalizado en vías de
autodestrucción."
(¿Es posible convivir?, de Manuel Castells en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 13/06/2015)
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