2/10/17

Es cierto que desde la derecha (por ejemplo, gobierno de Finlandia), se va a querer aprovechar de la Renta básica para seguir desmantelando el Estado de bienestar

"Me resulta difícil entender la oposición desde determinadas posiciones a la propuesta de implantación de una renta básica, de una renta mínima garantizada con carácter universal y automático.

 Por ejemplo, quienes la contraponen al objetivo del pleno empleo, como se ha recogido en CTXT en los últimos meses y recientemente (30 de agosto de 2017) en un artículo de Stuart Medina y Andrés Villena (en adelante, MyV). Como señalaban, se trata de un debate que se debe realizar con profundidad y honradez, y a ello pretendo contribuir.  (...)

Comparto su reflexión inicial sobre “la supremacía ideológica neoliberal sustentada en una doctrina con fundamentos teóricos acientíficos, que han propiciado niveles sin precedentes de pobreza y desigualdad en la distribución de las rentas y de la riqueza”. 

Es precisamente esa situación la que hace urgente aplicar medidas que solucionen la grave situación en que se encuentran tantas familias, uno de cada tres menores en España. La situación de exclusión social de una cuarta parte de la población obliga a poner en marcha ya esa renta mínima garantizada automática.  (...)

¡No pongamos en marcha la renta básica porque a largo plazo conseguiremos el pleno empleo! Ya sé que desearíamos que éste se alcanzara a corto plazo; pero me temo que todos esos hogares en situación de pobreza se sentirían bastante más tranquilos si, mientras tanto, se les da alguna solución que garantice unos mínimos de dignidad.   (...)

Evidentemente, luchar contra la desigualdad sangrante y la pobreza y la exclusión social exige actuar sobre sus causas, sobre las bases del sistema, sobre las condiciones del mercado de trabajo, sobre la financiarización depredadora de la economía real, sobre los oligopolios y, en definitiva, sobre el propio modelo neoliberal.

 Pero no es menos evidente que el éxito en ese intento va a llevar bastante tiempo. Y, hasta entonces, ¿no hacemos nada? A largo plazo, ya sabemos, todos muertos.  (...)

Los subsidios actuales contra la pobreza no es solo que humillen a los perceptores. Es que conllevan una brutal carga administrativa (para las Administraciones Públicas y para los afectados), sufren retrasos de hasta doce meses de media (según datos de EAPN), no llegan a una gran parte de sus teóricos destinatarios, son tremendamente desiguales, ineficaces e ineficientes…  (...)

Además, y esto es muy importante en relación con los argumentos de MyV, sí pueden generar a menudo la denominada trampa de la pobreza. Al ser habitualmente incompatibles con otra retribución, se pierden cuando se acepta una oferta de trabajo.  Dada la proliferación de empleo basura, son muchas las ocasiones en que trabajar supone perder dinero. O la mejora es ínfima. 

El incentivo es claro a optar por mantener la situación subsidiada o ingresar en la economía sumergida. 

La renta automática e incondicionada suprime ese efecto al ser compatible con otros ingresos. Y reduce por ello también los hipotéticos incentivos a la vagancia. Cualquier ingreso adicional que se consiga incrementa la renta personal, con lo que el atractivo a aceptar una oferta laboral es evidentemente mayor.  

¿Por qué, dicen los detractores, va a aceptar un trabajo si ya tiene una renta garantizada? Porque, coincidimos, difícilmente un nivel realista de renta mínima permitirá una vida de muchos lujos. Sus perceptores preferirán normalmente buscar formas de incrementar sus recursos. Así lo demuestran todos los estudios disponibles sobre experiencias semejantes o asimilables. 

Así lo demuestra la propia existencia de horas extraordinarias o la búsqueda de trabajos complementarios porque se desea incrementar la renta…, trabajando más. En todo caso, hay muchas más probabilidades de que se acepte el trabajo con un sistema de renta básica universal que con los sistemas actuales.   (...)

¿Supone ello una subvención a las malas prácticas empresariales, como dicen MyV? No diré que la renta básica vaya a solucionarlo (es en la legislación laboral y en la potenciación de la inspección donde hay que discutirlo), pero es evidente que la existencia de esa renta otorga al trabajador un mayor grado de libertad a la hora de rechazar empleos basura y de luchar por sus derechos.

Argumentos generalizables respecto a los colectivos que más dificultades tienen para encontrar trabajo (mujeres, minorías raciales, personas con antecedentes penales o con minusvalías…). Es obvio que la renta básica no es panacea para todos los problemas sociales. Ninguna medida lo es. Pero es evidente que ganan en libertad y en recursos respecto a la situación actual. (...)

Es cierto que desde la derecha (por ejemplo, gobierno de Finlandia), se va a querer aprovechar para seguir desmantelando el Estado de bienestar. Ya lo están haciendo, en nuestro país y en muchos otros, sin necesidad de la renta básica. 

Ese es uno de los criterios claros para diferenciar las propuestas de renta básica. La coherente es la que propone esta renta como sustitución de subsidios asistenciales y como garantía de mínimos de los contributivos. 

Pero sin tocar para nada el resto de las prestaciones sociales. Quienes pretenden aprovechar para defender recortes, son los mismos que se escudan en la crisis o en imposiciones exteriores para aplicar las políticas regresivas que están en su ideario. 

Cambiar las relaciones de poder es la misma lucha que necesitamos tanto para implantar la renta básica correcta como para implantar políticas de pleno empleo, defender la igualdad y los derechos de los trabajadores, etc.  (...)

Para MyV, demostrar la viabilidad de la financiación de la renta básica es una obsesión que delata las bases neoclásicas de la propuesta por tener una visión del Estado constreñido financieramente. O sea, ¡que pueden hacerse propuestas sin preocuparse de si son viables porque el Estado tiene dinero para todo!

 Demostrar que la renta básica es viable financieramente es un requisito elemental de cualquier propuesta seria. Y los estudios aportados lo demuestran y subrayan el carácter redistributivo del juego conjunto de la renta básica y de su financiación. 

Algunos incluso demostramos que podría hacerse sin incremento de gasto y preconizamos una paralela reforma fiscal que solucione la inadmisible desigualdad de trato de las rentas del capital financiero respecto a las del trabajo. 

Hablemos de macroeconomía y el peligro inflacionista de la renta básica. Es cierto que la redistribución en favor de los hogares con menores niveles de renta probablemente conlleve un incremento en el consumo global de los hogares. Ese incremento en la demanda provocaría inflación si no hubiese un correlativo aumento de la producción de bienes y servicios. 

Pero lo normal, keynesianismo puro, es que ocurra precisamente lo contrario: que el efecto sea una mayor producción y una reducción de las cifras de desempleo. La renta básica, lejos de ser una rendición, jugará a favor de mayor empleo. Y en caso de fase depresiva, al asegurar un colchón mínimo de consumo, la renta básica atempera la caída de la demanda y el crecimiento del desempleo.(...)

MyV dan por hecho el efecto inflacionista porque, ya hemos visto, suponen que con la renta básica ya nadie querrá trabajar. Aunque la lógica y las evidencias disponibles nos digan lo contrario. 
La defensa de la renta básica se fundamenta en la defensa de la dignidad de las personas, de todas las personas. Por supuesto que es deseable crear empleo para todos.

 Por supuesto que sabemos que no es una medida que solucione todos los problemas (¿lo hace el pleno empleo?). Por supuesto que hace falta actuar sobre las raíces de la desigualdad. Por supuesto que son necesarias muchas más medidas. 

¿No sería mejor unir fuerzas en favor del ideal de la dignidad y la justicia para todos, en vez de enfrentar artificialmente propuestas perfectamente complementarias que van en la misma dirección?"                 (Juan A. Gimeno Ullastres, CTXT, 27/09/17)

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