"Recientemente me encontré con un interesante artículo de Ian Wright, de la Open University, Reino Unido. Escrito en noviembre de 2016,
Wright considera que la causa del aumento de la desigualdad económica,
tan evidente en los últimos 30 años o más en la mayoría de las grandes y
pequeñas economías.
Wright rechaza las causas atribuidas por la teoría
económica convencional a la creciente desigualdad: es decir, la
distribución desigual de los beneficios y los salarios o la reducción de
impuestos a los ricos; o la automatización que habría reducido
relativamente los salarios de aquellos que no trabajan en las
industrias 'basadas en el conocimiento'.
En cambio, las causas del
aumento de la desigualdad deben encontrarse en la naturaleza misma del
modo de producción capitalista. Como Wright escribe, “el capitalismo es
un sistema en el cual una clase económica explota de forma sistemática a
otra. Y su explotación económica - no la vivienda, las políticas
fiscales o los bajos salarios - son la causa fundamental de la
desigualdad económica que vemos a nuestro alrededor”.
El original
análisis matemático desarrollado por Wright describe el capitalismo como
un sistema anárquico que genera lo que la física llama entropía: “la
actividad de intercambio del mercado actúa igual que una coctelera: todo
lo mezcla, asignando las cosas al azar, y la maximizando la entropía
del sistema”.
Como resultado, “podríamos pensar que las diferencias de
riqueza deben ser consecuencia de las circunstancias de nacimiento o de
la virtud personal. Pero el principio de maximización de la entropía nos
dice que hay un factor causal mucho más importante. Rápidamente
obtenemos una desigualdad extrema de ingresos, incluso en una economía
con individuos idénticos con dotaciones iniciales idénticas de dinero”.
Wright
desarrolla un modelo de capitalismo que se basa en este principio de
entropía en una economía de mercado, pero ademas, “al maximizar la
entropía con la única limitación de conservar el dinero se obtiene una distribución exponencial
de la riqueza. Que es bastante desigual. Así que la primera causa de la
desigualdad es lo que Adam Smith llamó el regateo del mercado.
Dado que
las personas son libres de comerciar, la entropía aumenta y la
distribución del dinero se hace desigual”. Pero Wright sostiene que “no
encontramos una distribución exponencial en las economías capitalistas
reales. Encontramos algo más complejo. Esto se debe a que las economías
capitalistas obedecen a restricciones adicionales sobre cómo el dinero
se mueve entre los individuos. Los mercados no son la única causa de la
desigualdad que vemos en el capitalismo”.
El otro aspecto es la
explotación de mano de obra para obtener un beneficio. Los capitalistas
acumulan beneficios como capital. “Las empresas siguen una ley potencial
de distribución por su tamaño. Y el capital se concentra de la misma
forma.
Un gran número de pequeños capitales explota a un pequeño grupo
de trabajadores, y un pequeño número de grandes capitales explota a un
gran grupo de trabajadores. Los beneficios son más o menos proporcional
es al número de trabajadores empleados. Por lo tanto, el ingreso
capitalista también sigue una ley potencial.
Cuantos más trabajadores explotan mayor ganancias obtienen.
Cuanto
mayores son las ganancia que obtienen, mayor el el número de
trabajadores que pueden explotar”. Esta es la razón de la creciente
desigualdad cuando no hay control de la acumulación de capital. Como
Wright resume: “la arquitectura social fundamental del capitalismo es la
causa principal de la desigualdad económica. No hay capitalismo sin
desigualdad: es una consecuencia ineludible y necesaria de las reglas
del juego económico”.
Este análisis matemático concuerda muy bien con la evidencia empírica. Por ejemplo, Simon Mohun, Profesor emérito de Economía, ha publicado un documento
que demuestra que el análisis de clase de Marx, que se basa en la
propiedad de los medios de producción (el propietario de los medios de
producción que explota a los que no poseen más que su fuerza de
trabajo), sigue siendo en general correcto, incluso en las economías
capitalistas modernas, como los EEUU.
Encontró que la clase trabajadora -
los que solo dependen de salarios para vivir - todavía constituyen el
84% de la población activa. Los gerentes constituyen el resto, pero sólo
el 2% (Qc en el gráfico) en realidad pueden vivir solo de sus rentas,
intereses, ganancias de capital y dividendos. Ellos son la clase
capitalista real. Y ese tanto por ciento ha cambiado poco en 100 años.
Por otra parte, este es el grupo que ha ganado más durante los últimos
30 años de creciente desigualdad. El ingreso de esta clase capitalista
(Qc) ha aumentado de aproximadamente 9 veces los ingresos promedios de
la clase obrera a 22 veces más, mientras que los gerentes (LPD) han
aumentado de 2,5 veces a 3,5 veces los ingresos de los trabajadores. Por
lo tanto el aumento de la desigualdad es principalmente resultado de
una mayor explotación, un aumento de la tasa de plusvalía, en términos
marxistas.
Ya analicé en 2013
la obra del padre de la investigación sobre la desigualdad, Sir Anthony
Atkinson, tristemente fallecido, que demostró que no eran la nueva
tecnología ni la globalización las causas del aumento de la demanda de
trabajadores cualificados en relación con los no cualificados y de sus
mayores salarios, como defiende la economía convencional. Atkinson
desestimó esta apología neoclásica. Los mayores aumentos en desigualdad
tuvieron lugar antes de la globalización y la revolución dot.com de la
década de 1990.
Lo decisivo para el capitalismo es la plusvalía
(ganancia, interés y renta), no las diferencias en los ingresos
salariales o el gasto. La principal característica de los últimos 100
años de capitalismo no ha sido la creciente desigualdad de ingresos que
como muestra Atkinson, no siempre ha aumentado.
La característica
principal ha sido la concentración y centralización de la creciente
riqueza, no de los ingresos. Y lo ha sido de la riqueza concentrada en
los medios de producción y no sólo de la riqueza de los hogares. Eso ha
generado una ley potencial de la desigualdad en la parte superior.
Un
estudio muestra lejos que ha llegado en los últimos tiempos. Tres
teóricos de sistemas en el Instituto Federal Suizo de Tecnología de
Zurich han desarrollado una base de datos de 37 millones de empresas e
inversores de todo el mundo y han analizado todas las 43.060 empresas
transnacionales y sociedades anónimas que las relacionan (147 las controlan).
Construyeron un modelo de quién posee qué y cuáles son sus ingresos,
haciendo un mapa de todo el edificio del poder económico.
Descubrieron
un núcleo dominante de 147 empresas a través de participaciones en
otras, que controlan el 40% de la riqueza en la red. Un total de 737
empresas controlan el 80% de todo. Esta es la desigualdad que importa
para el funcionamiento del capitalismo: el poder concentrado del
capital.
La implicación política de este análisis es evidente. Sí,
el aumento de los impuestos a los más ricos del 2%, en particular sobre
las ganancias de capital y las 'ganancias' del capital, supondrían
alguna diferencia. Atkinson lo demostró en un estudio.
Sin embargo, los
niveles extremos de desigualdad que la mayoría de las economías
capitalistas han alcanzado actualmente sólo disminuirían un poco. Lo que
se requiere es poner fin a la explotación (de la mano de obra) por su
plusvalía. Ahí es donde opera la ley potencial. Y eso significa poner
fin al modo de producción capitalista." (Michael Roberts
, Sin Permiso, 13/04/2018)
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