“¿Cuándo se originó el lenguaje? ¿Por qué los humanos tenemos esta capacidad, quizá una de las más importantes? Hablamos desde hace miles de años, pero no existen todavía respuestas rotundas. Un grupo de expertos debatió recientemente en Cosmocaixa sobre los orígenes del lenguaje y los últimos hallazgos científicos.
Muchos investigadores hablan del papel de las neuronas espejo, que vinculan percepciones con acciones. Los monos apenas tienen neuronas espejo y hasta los niños pequeños son mejores para imitar y repetir palabras. ¿Cuál es el mecanismo? "Debe de ser una unión entre lo percibido y las representaciones: el sonido de la palabra y los movimientos de la boca, la articulación, deben de estar unidos. Y esto debe suceder miles de veces", añade. Cuando se entiende una palabra, primero se activa la parte del cerebro que escucha y luego la parte motora de forma automática, "aun cuando no sea necesario producir el sonido, porque la representación se esparce por el cerebro".
Las redes neuronales vinculan las redes de información de percepción y las motrices. Con técnicas como la magnetoencefalografía "hemos visto que bastan 20 milisegundos para que esta activación se produzca". También defiende, a través de pruebas neurofisiológicas, la existencia de reglas sintácticas presentes en el cerebro. (…)
"Lo que hace interesantes a los humanos no es el hecho de las palabras en sí mismas, sino poder aprender y crear nuevas palabras", explica Gary Marcus, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York. Claro que, para Marcus, el lenguaje es imperfecto, con fallos de diseño como "las frases ambiguas" o el empleo de la memoria. Según menciona en un libro de próxima publicación, el lenguaje es un parche similar a la columna vertebral, "un mal diseño de la evolución para soportar el peso del cuerpo", asegura. (…)
La eterna pregunta: ¿hablaban los neandertales? "Tuvieron comportamientos que nos lo hacen pensar, aunque fuera de manera distinta al hombre moderno". Crearon sepulturas, emplearon pigmentos oscuros para la piel y útiles óseos. También parecen corroborarlo los últimos descubrimientos antropológicos realizados por otros investigadores, como huesos que sugieren un aparato fonatorio, o la presencia en los restos de la cueva El Sidrón, en Asturias, del gen FoxP2, crucial en el desarrollo del lenguaje. "Si hablaron, esto favorecería la hipótesis multigenética de los idiomas; los idiomas han podido desarrollarse en varios momentos y también desaparecer", concluye D'Errico.” (El País, ed. Galicia, Futuro, 02/04/2008, p. 40)
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