3/6/08

El fútbol, la infancia...

“Sin embargo, es en el interior del juego del fútbol donde, en definitiva, se decide su ser cultural; es al abrigo de sus entrañas donde tenemos que descender, ¡oh valerosos!, para encontrar esa cultura que se escribe con minúscula y que así se transforma en cercana, en posible, en nuestra. Porque, como avisa Joyce Carol Oates en su obligatorio Del boxeo, "es el ser ancestral y perdido lo que se busca, por vanos que sean los medios. Como esos residuos de sueños de la niñez, que año tras año continúan eludiéndonos sin ser nunca abandonados, y mucho menos despreciados".

Y en las entrañas de la vida está la infancia.”
(PABLO NACACH: Juego y cultura. El País, Babelia, 31/05/2008, p. 8/9)

Gonzalo Suárez y David Trueba reivindican el fútbol como símbolo y espectáculo. (…)

P. ¿Y por qué engancha el deporte a la gente?

D. T. Es que es de los pocos aspectos de la vida que concede la posibilidad de que el débil venza al poderoso. Por eso se engancha la gente. En la vida real es imposible: en la política, en la banca... El deporte concede esa pequeña ventanita de placer donde todos los débiles del mundo se alían o donde los débiles se hacen del poderoso porque les concede un domingo de poder. Luego termina el partido, cogen el metro y se vuelven al suburbio. (…)

D. T. Eso ya es entrar en para qué se utiliza el fútbol.

G. S. Como contrapartida habría que hablar de la descarga de adrenalina que se canaliza en los estadios. Algo que en otros escenarios ya sabemos qué resultado da. Pero me molesta saber que bastan unas circunstancias, una banderita, una camiseta, para que nos convirtamos en eso.

D. T. Hay una necesidad social de pertenecer a un grupo.” (El País, Babelia, 31/05/2008, p. 6)

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