4/9/09

El stalinismo, el nazismo... y la izquierda

"P. ¿Cuál es su percepción fundamental?

R. Mi problema es el siguiente: nosotros, la izquierda, aún no disponemos de una buena teoría sobre lo que fue el estalinismo. La Escuela de Francfort, Jurgen Habermas, todos estaban obsesionados con el marxismo y con el antisemitismo, pero no dijeron nada del estalinismo. Existe un libro de Herbert Marcuse, ya lo sé, pero no es más que una interpretación de los textos de los congresos del PCUS. Si lee usted a Habermas no podrá adivinar que mientras el filósofo escribía, había dos Alemanias. Un amigo de la Escuela de Francfort me explicó que no abordaron el estalinismo para no parecer anticomunistas. ¿Cómo? ¡Pero si eran abiertamente anticomunistas! ¡Algunos apoyaron la intervención estadounidense en Vietnam! ¿Cuál es la percepción fundamental de la Escuela de Francfort? Lo que llaman la dialéctica de la Ilustración, es decir, que existe un potencial opresivo totalitario en la Ilustración moderna europea.

¿Hay mejor ejemplo de ello que el estalinismo? Mientras el fascismo estaba abiertamente en contra de la Ilustración, el estalinismo constituía una Ilustración radical. No digo que el estalinismo fuera mejor que el nazismo, digo que hay en él algo realmente enigmático y desconocido. Un detalle revelador: los presos del Gulag tenían la obligación de enviar a Stalin telegramas de felicitación por su cumpleaños. ¿Se imagina a los judíos de Auschwitz felicitando a Hitler? Por la misma razón, los nazis no organizaron juicios para que los judíos confesaran que participaban en una conspiración mundial contra Alemania. Los estalinistas, en cambio, necesitaban confesiones y arrepentimientos, porque consideraban que incluso un traidor formaba parte de la razón universal y podía ver su propia mentira.

P. El nazismo y el estalinismo desembocan igualmente en un antisemitismo brutal.

R. Es la modernidad. Hasta la Revolución Francesa, el objetivo consistía en bautizar y cristianizar a los judíos. Se creía en la emancipación. Después decidimos que el problema radicaba en su naturaleza y por tanto sólo cabía matarlos. Es curioso, los modernos creemos ser más "liberales" que los premodernos y no es así." (Slavoj Zizek: "Si un fármaco puede hacerme más valiente, más lúcido y más generoso, ¿en qué queda la ética?". El País, babelia, 25/03/2006, p. 2/3)

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