12/1/10

A mis 94 años, creo que la religión es... alegría

"A mis 94 años he llegado a la conclusión de que todo tiene importancia y nada tiene importancia, porque la buena vida sólo consiste en saber aprovecharse tanto de las cosas buenas como de las malas. (...)

Sostengo que todo lo que has de creer, orar y practicar está contenido en el Padre Nuestro. Y me inspiro en los discípulos próximos a Jesús y en ese pequeño libro del siglo I, la Didajé, que se traduce por Enseñanza o Doctrina y que nos muestra que toda conducta positiva ha de basarse en la regla de oro: "No hagas a los demás lo que no quieras para ti". Igualmente, el Pastor de Hermás nos dijo en el siglo II que "todo el que está alegre obra bien y piensa bien".

La religión en la que creo no es cosa de tristes gruñones, sino apertura y ayuda mutua, que siempre repercutirá en un mundo mejor, sea cual sea nuestro pensamiento: por eso, con el tiempo, mi fe se ha vuelto más sencilla y más dependiente de lo interior y de una conducta abierta a los demás. Porque Dios, lejos de ser un amo exigente, es "poesía en la cual se cree". (Enrique Miret Magdalena: Porque Dios es poesía en la cual se cree. El País, ed. Galicia, opinión, 24/12/2009, p. 27)

No hay comentarios: