"Supongamos por ejemplo que las crisis (o recesiones, o depresi ones o contracciones, o como queramos llamarlas, los sinónimos son abundantes) se producen por una tendencia general del sistema al estancamiento y por la falta de una política económica adecuada para contrarrestar esa tendencia (explicación keynesiana); o bien, que se deben a una mala política monetaria (explicación monetarista, a lo Milton Friedman y Robert Lucas); o bien que son causadas por «shocks» exógenos (como subidas del precio del petróleo, a lo James Hamilton); o que se producen porque los salarios han llegado a un nivel demasiado alto (explicación de Pigou y de muchos economistas «de derechas» y de seguidores de la teoría del «real business c ycle», como Lee Ohanian); o que son efecto de salarios demasiado bajos que hacen que no haya demanda suficiente para comprar lo que se produce (parte de la explicación keynesiana que aceptan muchos que no son economistas). Si las causas de las crisis son estas, es decir, si son causas exógenas pero modificables, las crisis serán evitables evitando la causa o causas
correspondientes.
Por el contrario, si las crisis económicas dependen de causas exógenas no modificables como fenómenos astronómicos que cambian el clima y los rendimientos agrícolas (como en las teorías de W. S. Jevons y H. L. Moore, que hoy ya casi nadie se cree) o si son consecuencia de la propia dinámica interna del sistema económico, es decir, si son endógenas, entonces hay poco que hacer, porque nada pueden hacer los seres humanos contra los astros. Y, por supuesto, el sistema económico tampoco puede cambiarse, estaremos de acuerdo en eso, ¿no?
Uno de esos raros economistas partidario de la endogenicidad del ciclo económico y que, a pesar de esa creencia, se pasó toda su vida estudiando las recesiones y las expansiones, intentando abrir paso a un mejor conocimiento de la realidad económica que quizás en el futuro permitiera evitar el sufrimiento causado por esos altibajos de lo que él llamaba la economía del dinero, «the money economy», fue el estadounidense Wesley Clair Mitchell.
Hace ya casi un siglo que se publicó su libro «Business cycles» (University of California Press, 1913), en el que Mitchell daba una apabullante información estadística sobre los ciclos comerciales en EE.UU., Alemania, Francia y Gran Bretaña y exponía su teoría causal sobre el ciclo.
En pocas palabras, para Mitchell las causas determinantes de la recesión se encuentran en los procesos propios de la expansión previa, mientras que las causas determinantes del retorno a la expansión vienen dadas por procesos propios de la recesión que la precedió. Frente a los economistas que aludiendo a las hambrunas de la Edad Media o a la hiperinflación del Imperio Romano decían que siempre ha habido crisis económicas en la historia, Mitchell afirmaba que los ciclos comerciales, las recurrencias expansión-recesión son un fenómeno específico de la moderna economía de mercado, en la que la producción se lleva a cabo mediante una serie de empresas cada una de las cuales actúa y se organiza para obtener ganancias monetarias.
Para Mitchell es precisamente esa ganancia monetaria empresarial la variable determinante del estado de expansión o contracción del sistema económico, que él denominaba también «profit economy», o sea, economía del lucro, o economía de la ganancia.
Lo que en castellano llamamos ganancias (o beneficios, o utilidades empresariales, o rendimiento, o rentabilidad comercial) en el esquema de Mitchell cumple una función clave en determinar el estado de expansión o contracción de la economía. Cuando las ganancias están en expansión, la inversión tanto en salarios como en materias primas e instalación crece, aumenta la demanda de trabajo y los salarios tienden a crecer.
La expansión se retroalimenta, dando también lugar a especulación financiera, hasta que por una serie de procesos imbricados el crecimiento de las ganancias empresariales comienza a flojear. Eso hace que se invierta menos, que haya quiebras de algunas empresas y a veces de bancos y que, de pronto, las ganancias empresariales en conjunto comiencen a disminuir, las quiebras y las bancarrotas menudeen, el desempleo aumente y se desate la crisis.
Durante la crisis los procesos que reducen la rentabilidad y la actividad económica en todos los sectores y generan quiebras y aumento del desempleo se
retroalimentan por un tiempo, pero finalmente dan paso a procesos contrarios que hacen que las ganancias empresariales vuelvan a aumentar, con lo que se crean buenas perspectivas para la inversión, de forma que da comienzo el siguiente periodo expansivo.
Mitchell presentó muchos datos estadísticos a favor de sus ideas, pero quizá porque puso más énfasis en presentar los datos que en la interpretación de los mismos, fue ac usado de ser un economista ateórico y sus ideas fueron básicamente olvidadas con el auge del keynesianismo.
Sin embargo, los datos parecen dar la razón a quienes piensan que las crisis económicas son una consecuencia endógena del sistema económico. Además, la idea de Wesley Mitchell sobre el papel clave de la ganancia empresarial en las crisis resulta ampliamente confirmada por los datos empíricos hoy disponibles." (SinPermiso - Madrid, José A. Tapia Granados: Causas de las crisis: burbujas, machismo y otras explicaciones económicas de nuestra penuria)
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