19/8/11

" El miedo existencial al otro siempre va acompañado de un proceso de "demonización" de ese otro. La demonización se alimenta del miedo y del odio"

"El miedo no precisa de definición. Es el padre de la violencia. Quizá por eso un autor como Montesquieu lo considerara una "pasión tiránica". Pero lo peligroso del miedo es que es una enfermedad contagiosa: otros pueden contraerla.

El miedo existencial al otro siempre va acompañado de un proceso de "demonización" de ese otro. La demonización se alimenta del miedo y del odio. Y cuando se convierte en algo aceptable, en parte del discurso político ortodoxo, crea un clima que propicia la violencia. (...)

En Occidente, el miedo al islam se ha convertido en un fenómeno social y el 11 de septiembre de 2001 convirtió la imagen del musulmán invasor en la de un musulmán terrorista. (...)

En el mundo contemporáneo, la islamofobia arranca de una concepción culturalista y esencialista del islam, que no ve en él una forma de espiritualidad, sino una cultura totalitaria que comporta una amenaza para el universalismo occidental. (...)

Esta representación errónea del islam va de la mano de otra relativa a Occidente. De este modo, la "islamofobia" o miedo a la corriente islámica se ve contrarrestada, al otro lado, por la "fobia a Occidente".

En realidad, la representación errónea del islam convence a los musulmanes de que ni siquiera los occidentales razonables pueden comprender su credo y de que existe realmente un odio muy arraigado contra ellos. Esa fobia a Occidente crea una imagen especular: todo lo que viene de Occidente se pasa por el filtro de la sospecha y el odio.

Llevada a su extremo, esa fobia antioccidental hace que los talibanes afganos agarren sus armas y disparen a las televisiones porque para ellos representan todo lo que hay de sexo y violencia en Occidente.Estereotipar es típico de los musulmanes extremistas, que poca atención prestan al carácter heterogéneo del mundo occidental. (...)

Queda por dilucidar cómo podemos ir más allá de este choque de intolerancias. (...)

Muchos musulmanes del mundo han alzado realmente su voz contra la violencia, defendiendo igualmente soluciones espirituales y no violentas como el diálogo y la paz.

Pero no han logrado contener la marea. Son voces que es preciso escuchar, amplificar y enseñar, tanto en Occidente como en el mundo musulmán.

Más que nunca, ha llegado el momento de que el islam y Europa vuelvan la vista a su legado común y comiencen un nuevo diálogo." (RAMIN JAHANBEGLOO: Europa, el islam y la política del miedo. El País, ed. Galicia, 13/08/2011, p. 23)

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