29/8/11

"Sarah Palin publicó un mapa en su página web marcando con dianas a los congresistas que había que "eliminar", entre otros a Gifford"

"Una vez celebrados los funerales por las víctimas que Anders Behring Breivik asesinó en su cruzada para defender a Europa contra la supuesta invasión del islam, es preciso abrir una serie de debates. (...)

Breivik impactó contra el Partido Laborista, al que culpa de la presencia de inmigrantes en Noruega. Es un caso extremo por el uso masivo de la violencia, pero su crimen tiene un contenido cultural (frenar la inmigración musulmana supuestamente responsable de modificar la identidad noruega), racista, y político (castigar a los compatriotas que permiten la llegada de inmigrantes y refugiados).

La patología del asesino no oculta este triple carácter que refleja el discurso que mantienen ideólogos ultraderechistas y partidos populistas en ascenso en Finlandia, Austria, Dinamarca, Noruega, Holanda, Francia y España, entre otros. (...)

En enero pasado, un individuo sin pertenencia a ningún grupo político acabó en Arizona con la vida de seis ciudadanos, y dejó en estado grave a la congresista demócrata Gabrielle Giffords. Su acción se fundamentó en el clima de odio político que impera en Estados Unidos. (...)

Poco antes del atentado, Sarah Palin publicó un mapa en su página web marcando con dianas a los congresistas que había que "eliminar", entre otros a Gifford, quien había respondido: "Cuando la gente marca con una diana un nombre tiene que darse cuenta de las consecuencias de sus acciones".

La ultraderecha europea tiene en la diana a las sociedades multiculturales. Su mensaje violento es que la identidad cultural y religiosa de Europa corre el riesgo de verse destruida por la diversidad y la pluralidad; que los europeos serán minoría en una futura Eurabia; que los Gobiernos son cómplices o no responden con suficiente fuerza y que, por lo tanto, hay que actuar con determinación.

Como respuesta, diversos gobernantes se movilizan: la canciller Angela Merkel y el primer ministro David Cameron anuncian la muerte del multiculturalismo, tratando de complacer a posibles votantes que sufren el miedo a las transformaciones.

Algunos políticos saben que es más sencillo acusar al inmigrante musulmán o al refugiado negro de los cambios sociales y la crisis que explicar el impacto de la economía neoliberal, la especulación financiera, y la globalización de la producción y el consumo sobre las sociedades.

Al acusar "al otro", al "diferente", movilizan un nacionalismo primario, y evitan el debate público sobre la convivencia entre la sociedad local y las diferentes comunidades de inmigrantes.

El diálogo es sustituido, en el mejor de los casos, por "tolerar" a los otros, y en el peor, por tratar de que dejen de venir, limitar sus derechos, o expulsarlos." (MARIANO AGUIRRE: Los discursos del odio. El País, ed. Galicia, 22/08/2011, p. 21)

No hay comentarios: