27/11/11

"Ningún ser humano es ilegal". Bajo ese lema, decenas de vecinos de Lavapiés comenzaron el verano encarándose a la policía en su barrio para evitar la detención de un joven senegalés

"En Madrid, con la desaparición del campamento de los indignados del kilómetro cero, el 15-M se trasladó los barrios. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
 
1. Recuperar la calle "Toma la plaza" 

En los pueblos en verano, al caer el sol, los vecinos sacan sus sillas a la calle y se sientan en la puerta. Para pensar, hablar o simplemente para mirar. En Madrid las calles son solo caminos que andar y desandar, normalmente al trote, para llegar a algún lugar. Solo lugares de paso.

Convertir las calles en un destino fue el primer éxito del Movimiento 15-M. Su primer lema: "Toma la plaza" caló entre los madrileños y el hormiguero de la Puerta del Sol se paró. Cayó la tarde y la gente se sentó para pensar, hablar o simplemente para mirar.

Cinco meses después, hasta el que mira con la mayor indiferencia habrá tropezado en las calles de su barrio con gente sentada, haciendo un corro. El Movimiento 15-M, que nació en Sol, crece ahora en las plazas de la ciudad.(...)

 Reuniones así, en plena calle y con una silla traída de casa, como hacen los vecinos en cualquier pueblo al caer el sol.

2. Lazos de barrio "La voz del pueblo no es ilegal" 

¿Y qué ha supuesto para ti el 15-M? Francisco Javier Garín reconoce que en 15 años como vecino de Malasaña nunca había saludado a tanta gente como ahora. "Nos tienden atomizar y el 15-M tiende a unir", explica el actor Pedro Miguel Martínez, que se enganchó al movimiento cuando empezaron las asambleas en la plaza del Dos de Mayo.

Para Pastor el 15-M se ha convertido en un "nuevo tipo de movimiento vecinal que trabaja sobre los problemas del barrio y que sirve de apoyo". Porque aunque asociaciones vecinales han existido siempre, el 15-M ha conseguido aunar esfuerzos en una dirección común, que a veces simplemente se traduce en una verbena callejera con el único objetivo de romper la individualidad y "de hacer barrio", dice Martínez.

3. Nuevas economías "Esta crisis no la pagamos"

El origen del 15-M en medio de una crisis sin precedentes hace que el discurso económico sea uno de los ejes sobre los que gira el movimiento. Aunque se les ha acusado de inoperantes y de no pasar a los hechos, hay grupos que ya se han puesto manos a la obra para "construir una nueva economía orientada a la creación de empleo", explica Arturo De Bonis, de 54 años, uno de los miembros de Sinergia Cooperativa.

La iniciativa, que se puso en marcha hace un mes, es un proyecto de la asamblea de parados. Unos 80 profesionales integran por ahora la cooperativa para ofrecer todo tipo de servicios, desde fontanería a clases particulares o diseño web.

El funcionamiento es sencillo: el cliente demanda un servicio, la cooperativa le asigna un profesional y se queda con un 5% del coste para mantener el sistema. "El objetivo es reunir a miles de trabajadores", dice De Bonis, que cree que "no solo hay que reivindicar sino hacer un nuevo sistema económico". (...)

Julia, estudiante de 19 años, explica que están empezando a crear bolsas de prácticas alternativas en pequeñas empresas u ONG "donde el estudiante no esté bajo unas condiciones de explotación laboral, como hacen las multinacionales".

Bolsas de trabajo aparte, el movimiento también da alas a las economías alternativas, sin intercambio monetario de por medio. Los mercadillos y trueques se multiplican en los barrios. Desde intercambios de libros de texto en Sol hasta de ropa y juguetes en la plaza del Dos de Mayo.(...)
 
4. Desahucios "No somos mercancía en manos de banqueros"

El movimiento cumplía su primer mes de vida con la imagen de un hombre saludando desde una ventana. Unas 500 personas se desplazaron al barrio de Tetuán para tratar de desafiar a jueces y bancos. Lo lograron. Evitaron el desahucio de Anuar, su mujer y su hija, y solo fue el principio.

En estos meses, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), con el apoyo imprescindible del 15-M, ha paralizado casi una veintena de desalojos en la región, el último este viernes en Carabanchel.  (...)


En estos casos el movimiento se activa con solo pedir ayuda. El afectado se pone en contacto con las asambleas de los barrios o la PAH para informar de la fecha de su desalojo y un grupo de personas acude para tratar de impedir que se ejecute la orden judicial.
Unas veces se logra y otras no, pero como Anuar desde la ventana, o desde la calle, los afectados ya nunca están solos.

5. Chabolismo "No somos antisistema, el sistema es antinosotros"

 En el poblado chabolista de Puerta de Hierro, en medio de ratas y escombros, se ha instalado una treintena de indignados para ayudar a las 53 familias que viven allí.
El Ayuntamiento de Madrid considera que las familias ocupan ilegalmente los terrenos y, después de derribar 51 casas, planea acabar por completo con el poblado antes de que acabe el año.

Los indignados han consultado el catrastro y luchan porque las familias, en la zona desde los años 60, se queden en sus casas. Lo logren o no, hasta el momento han contribuido a desescombrar y a limpiar los terrenos.


6. Defensa de lo público "Lo llaman democracia y no lo es" 

 Quiere una refundación del sistema económico y una democracia más participativa, pero también exigen al Gobierno regional que no se recorte en educación o que no se privatice el agua de Madrid, y se movilizan por ello.

"El movimiento va dando pasos de forma gradual y va introduciendo nuevos problemas en la agenda", dice el sociólogo Jaime Pastor, confiado en que el 15-M aún tendrá recorrido.


7. Extender el conocimiento "Menos policía y más educación"

"Es un movimiento de descontento y la gente quiere saber", explica el actor Pedro Miguel Martínez, de la asamblea de Malasaña. Multitud de expertos han cambiado, al menos por un rato, las aulas y los pasillos de las universidades para sentarse en las plazas a hablar de paraísos fiscales, de hipotecas, de medio ambiente o de cine. (...)


8. Un lugar al que llamar "Si tocan a uno, nos tocan a todos"

Juan José Millás se refirió al movimiento como "superhéroe colectivo". El 15-M, pese a ser como tal un abstracto, se ha convertido en alguien al que llamar o un sitio al que acudir para pedir ayuda.

Lo hizo Roque Marchal, un empresario arruinado de Fuenlabrada en cuanto recibió la notificación de la subasta de su casa el pasado mes de junio, y hasta se lo plantearon los trabajadores de Clesa, la empresa de la familia Ruiz-Mateos, que ante la orden de desahucio de la fábrica amenazaron a los propietarios con "avisar al 15-M para que eviten que se ejecute el desahucio".   (...)


9. Inmigrantes "Ningún ser humano es ilegal"

Bajo ese lema, decenas de vecinos de Lavapiés comenzaron el verano encarándose a la policía en su barrio para evitar la detención de un joven senegalés. Los agentes aseguraron que el hombre se había colado en el Metro, pero los vecinos consideraron que la detención solo respondía a que era un inmigrante sin papeles.

La escena se repitió a la semana siguiente con otro joven al que la policía acusaba de trapicheo de droga. La protesta, espontánea en ambos casos, cumplió su objetivo y paralizó las detenciones, siempre al grito de "ningún ser humano es ilegal".

10. Redes sociales "Nuestros sueños no caben en vuestras urnas"

Si el origen del movimiento fue Sol, su consolidación llegó a través de la Red. El 15-M demostró en sus primeros días de vida que en un par de horas era capaz de movilizar a miles de personas.

El movimiento llegó pegando fuerte al marcar tendencia en Twitter el día de la manifestación que le dio nombre. Solo dos días después, entre los temas más comentados de la red social estaban tres relacionados con el 15-M: nonosvasmos, acampadasol o spanishrevolution."                 (El País, 16/10/2011)

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