"Un tema que está acaparando gran atención en los centros políticos y
mediáticos de Estados Unidos es el notable crecimiento de las
desigualdades de renta y riqueza que ha ocurrido desde los años ochenta,
y que se ha acentuado todavía más durante estos años de crisis.
Es importante resaltar que el debate no es sobre si se han incrementado
las desigualdades, sino sobre las causas de este crecimiento. Nadie
cuestiona que haya existido este aumento. El debate se centra, pues, en
las causas y consecuencias del crecimiento de estas desigualdades. (...)
Las posturas conservadoras y liberales, bien reflejadas en los escritos
de intelectuales como James Q. Wilson, colaborador del “Washington
Post”, Charles Murray, Director del “American Enterprise Institute”, y
el columnista David Brooks, del “New York Times”, cuestionan que tal
crecimiento de las desigualdades se deba a las políticas públicas
iniciadas por el presidente Reagan (aunque algunos autores consideran
que tales políticas se iniciaron en los últimos años del mandato del
presidente Carter) y continuadas por los presidentes Bush, padre e hijo,
y también, por cierto, por el presidente Clinton.
Estas políticas
incluían una reducción de la carga fiscal de las rentas superiores
(aunque el presidente Clinton las aumentó al inicio de su mandato), una
desregulación de los mercados financieros (particularmente acentuada
durante el gobierno Clinton, con la eliminación de la Ley
Glass-Steagall) y una reducción del gasto público, incluyendo el gasto
público social, entre otras medidas que se han acentuado en estos años
de crisis. (...)
James Q. Wilson ha cuestionado esta tesis en varios artículos,
acentuando que el crecimiento de las desigualdades se debe
primordialmente al hecho de que hay un sector, el de la población con
elevada educación, que está recibiendo mayores ingresos, resultado de la
mayor rentabilidad que la educación tiene ahora en comparación con
décadas anteriores.
Este factor, junto con la entrada de la mujer al
mercado de trabajo, explica –según Wilson- este incremento de las
desigualdades. (...)
Los datos que James Q. Wilson aporta
(mostrando que las personas con educación universitaria han visto crecer
sus ingresos más rápidamente -un 20%- en los últimos treinta años que
las personas con sólo educación primaria) parecen confirmar sus tesis.
En realidad, los ingresos de estos últimos han disminuido un 31% durante
el mismo periodo.
Estos datos parecerían explicar por qué
las desigualdades han ido creciendo. Pero el error de Wilson es concluir
que la principal causa del crecimiento de las desigualdades en EEUU se
deba precisamente a estos factores.
El diferencial de educación puede
explicar el crecimiento de las desigualdades entre personas que tienen
educación universitaria y las que apenas tienen educación (digamos entre
el 30% de la población que tiene mayores salarios, y el 10% de la
población de renta inferior).
Pero, como señala el economista Lawrence
Mitchell, del “Economic Policy Institute”, de Washington, las mayores
desigualdades no ocurren entre el 30% de la población con mayores
recursos y el 10% con menores recursos, sino que existe entre el 1% de
la población que es más rica, y todos los demás.(...)
Estos ratios no se explican como consecuencia de los distintos niveles
de educación. En realidad, las elites financieras y empresariales que
constituyen este 1% (en realidad, el porcentaje es incluso menor, el
0,1%) no tienen los salarios e ingresos que tienen debido a una mayor
educación universitaria, sino gracias al sistema de control y poder que
la sociedad facilita para que los logren.
Y el hecho de que hayan visto
incrementar sus ingresos durante estos últimos años no se debe a que
hayan incrementado su educación o a que la rentabilidad de ésta haya
aumentado, sino a que las relaciones de poder dentro de la sociedad han
evolucionado facilitando esta concentración de poder dentro de la
sociedad y dentro de cada empresa. Y las políticas liberales han sido
determinantes en facilitar esta concentración de las rentas. (...)
Un tanto semejante ocurre con la
distribución de las riquezas. Desde 1980 (cuando la época neoliberal se
inició) hasta 2009, la práctica totalidad del aumento de la riqueza fue a
parar al 20% de la población que tenía mayor riqueza. El 40% de este
crecimiento fue al 1% más rico, y otro 41,5% al próximo 4% más rico
después del 1% anterior.
En otras palabras, el 5% recibió casi el 82% de
todo el crecimiento de la riqueza. Mientras, el 60% recibió menos en
2009 que en 1983, es decir, que la clase trabajadora y amplios sectores
de las clases medias se beneficiaron muy poco del crecimiento económico
al cual contribuyeron (durante este periodo, el output de bienes y
servicios por hora trabajada aumentó un 119%).
Frente a este crecimiento de las rentas,
tan acentuado en la cúspide, las propuestas conservadoras y liberales
basadas en que la solución pasa por una mayor educación en los sectores
más pobres de la sociedad (o, ironiza Lawrence Mitchell, que se casen
con gente más rica) es dramáticamente insuficiente." (Vincenç Navarro: ¿A qué se debe la polarización social? , www.vnavarro.org, 16/03/2012, Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 16 de marzo de 2012)
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