"Algo más de 16 de cada 100 habitantes del mundo, exactamente 16,3, no
se identifican con ninguna de las religiones existentes. Son el tercer
grupo de población en el paisaje religioso global que ha diseñado el think tank estadounidense Pew Center.
Se trata de un mapamundi con el tamaño y la distribución de decenas de
confesiones que van desde el cristianismo o el islam —las dos
principales, en ese orden— hasta los zoroástricos (o parsis), los
jainistas y los seguidores de Tenrikyo, la secta más influyente de
Japón, pasando por yazidíes, rastafaris o cienciólogos: en el informe
Pew hay sitio para todos.
Los 1.100 millones de descreídos que hay en el mundo, casi tantos
como católicos, no son necesariamente ateos, subraya el estudio, sino
simplemente individuos que pueden albergar sentimientos espirituales o
de trascendencia pero no se identifican con ninguno de los sistemas
existentes.
“Los límites entre creyentes, personas que se adhieren a los
dogmas, los aceptan, y religiosos, gente con sentimientos espirituales o
una cierta dimensión de profundidad, son difusos”, señala el teólogo y
filósofo Manuel Fraijó, que imparte Historia de las Religiones en la
UNED.
Abunda en la idea Juan José Tamayo, teólogo y profesor de la
Universidad Carlos III de Madrid:
“Se trata de una desafección
institucional; no supone una renuncia a las creencias, la experiencia
religiosa personal o las opciones éticas. Ese 16% de desafectos
institucionales pueden experimentar sentido de la trascendencia,
espiritualidad, actitudes religiosas y valores éticos de manera
espontánea y gratuita, es decir, al margen de las instituciones, que son
el fracaso de la religión porque dogmatizan mensajes éticos y los
mercantilizan”. (...)
Aunque el informe Pew no precisa si los “no adscritos” son desencantados
de alguna fe o si esta es su primera opción, Fraijó aventura la
procedencia de parte de ellos: “Del islam no se sale nadie, porque es
una forma de vida; salirse implica abandonar la sociedad. Pero del
cristianismo sí se van muchos, hay una secularización muy fuerte.
La
religión donde más movimiento hay en Europa es el cristianismo”. Un
ejemplo: del 18% de españoles sin adscripción religiosa, según un
estudio de 2008 de la Fundación Bertelsmann, “el 87% de ellos habían
tenido una educación católica”, subraya Fraijó.
“Independientemente de
lo que diga el informe, yo creo que el mayor grado de desafección se
produce en Occidente y, más concretamente, en el catolicismo, una
religión con una estructura jerárquica patriarcal inamovible”, coincide
Tamayo. (...)
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