"Se acaban de publicar las estadísticas salariales de los Estados Unidos de 2012
y los resultados no pueden ser más preocupantes. Nunca antes la brecha
entre los ricos y los pobres había sido tan amplia y jamás en la
historia del país norteamericano habían ganado tantas personas,
concretamente 166, más de 50 millones de dólares al año.
Sin duda
alguna, la fuente de este catalizador para el malestar en la sociedad ha
sido la Reserva Federal (FED). La incesante expansión
del crédito de la Fed ha creado disparidades artificiales basadas en el
privilegio político y el poder económico. Esta dinámica es aún peor en
nuestra querida España.
La FED, y en líneas generales los Bancos Centrales de medio mundo, están transfiriendo una inmensa riqueza de las clases medias a los más ricos, de los más desfavorecidos a los más privilegiados.
Esta redistribución coactiva ha sido una fuente mucho más atroz de la
disparidad de renta y riqueza que una fiscalidad injusta, que castiga
sobre todo a la fuerza del trabajo, o los efectos perversos que
acompañan a toda desregulación.
Los datos oficiales simplemente corroboran lo que ya decían otros estudios que en su momento presentamos. Por un lado, el profesor de finanzas de la Universidad de Chicago Amir Sufi recogió para Estados Unidos
la distribución del dolor económico de la crisis actual según niveles
de renta.
Las cifras no dejan lugar a dudas. Para los hogares más pobres
y para las clases medias, la actual crisis económica sistémica borró 20
años de acumulación de patrimonio neto. En cambio el descenso para los
más ricos es apenas marginal.
Por otro lado, los resultados de otro estudio, con datos actualizados hasta 2012, realizado por los profesores Emmanuel Saez y Thomas Piketty de la Universidad de Berkeley y de la Paris School of Economics,
respectivamente, aún son más demoledores.
El 10 por ciento de las
personas de mayor renta se llevó más de la mitad de los ingresos totales
del país en 2012, el nivel más alto registrado desde que el gobierno
estadounidense comenzó a recopilar los datos pertinentes hace un siglo.
El 1 por ciento más rico se llevó la quinta parte de los ingresos
obtenidos por los estadounidenses, uno de los más altos niveles en el
registro desde 1913, cuando el gobierno instituyó un impuesto sobre la
renta.
La Reserva Federal de los Estados Unidos desde el
estallido de la burbuja tecnológica y, especialmente desde el 2008, con
la explosión de la burbuja inmobiliaria y las quiebras bancarias, viene aplicando la hoja de ruta de Bernanke recogida en su discurso ante el Club Nacional de Economistas, el 21 de noviembre de 2002: “Deflation: making sure it doesn’t happen here”.
Se trata de la percepción errónea de que inundando de dinero al sistema
se reactivará el ciclo económico. Sobre ello ya hemos hablado largo y
tendido.
Pero uno de los efectos macroeconómicos más importantes de esta política monetaria, y que analizaré brevemente, es que es tremendamente injusta. Activa un problema de riesgo moral, el papel de la política monetaria como elemento incentivador de la toma de riesgos excesivos.
Los inversores, especialmente los bancos, asumen importantes riesgos en
sus apuestas a sabiendas de que si al final las cosas iban mal, las
autoridades monetarias los rescataran, como así ha ido sucediendo. De la
generación de burbujas o creación temporal de riqueza sólo se
benefician las clases de renta más alta, abriéndose aún más la brecha entre ricos y pobres. (...)
Por lo que nos toca, esto mismo está pasando en nuestra querida España. Dos botones de muestra. En el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas la pobreza severa, menos de 307 euros al mes, alcanzaba ya a 3 millones de personas.
El periódico inglés 'The Independent' publicó este 4 de noviembre un artículo cuya traducción literal del título que lo encabeza sería algo así: “El gran robo España: los jubilados protestan cuando ven sus ahorros desaparecer en el agujero negro de los bancos”.
Son dos muestras de cómo mientras se rescata con dinero público a una
casta financiera y política quebrada, se somete a la ciudadanía al
mayor empobrecimiento de los últimos cuarenta años. España desde 2011 se ha convertido en el país de los Veintisiete donde hay una mayor distancia entre las rentas altas y bajas. Desde que arrancan las series estadísticas de Eurostat, en 1995, dicha brecha se mantenía estable, hasta que la crisis atacó con virulencia." (Juan Laborda, Vox pópuli, 06/11/2013)
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