Francisco Javier, antes reparador de máquinas de coser, en el albergue de la Fundación San Martín de Porres, en Madrid
"Esperanza Aguirre, candidata a alcaldesa de Madrid, quiere ocultar a las personas que viven en la calle.
Sacar a las personas que duermen en el centro de la ciudad porque
"ahuyentan" a los turistas.
A veces, según la excondesa consorte de
Bornos y grande de España, ni siquiera están pasando dificultades
económicas, sino que están en la calle no solamente para sobrevivir,
sino para formar parte "de organizaciones" que buscan "tener un muy buen
vivir".
El experto en cartones y asfalto Francisco
Javier propone invitar a Aguirre o a cualquier político a vivir en la
calle: "Se volverían locos, muchos de ellos se suicidarían, no duraban
ni un día". Francisco Javier hasta el pasado octubre dormía en un cajero
en Villaverde con un par de mantas que le prestaron. Ahora ha cambiado
de vida.
Y mientras la candidata hace campaña, ¿en qué pasa el
tiempo una persona que vive en la calle? "Te levantas, aunque no sueles
dormir del tirón, y lo primero es ir a desayunar a algún comedor".
Andando, claro. O te cuelas en el metro. No es desayuno continental:
café con leche y un trozo de pan con mantequilla.
Luego, a dar vueltas hasta la hora de comer. Este 'paseo por la ciudad'
es distinto del 'dolce far niente' que sugiere Aguirre. "Vas pensando,
sin nada que hacer, sin un duro, bebiendo y sintiéndote culpable porque
has fracasado", dice Francisco Javier, que ahora vive en un albergue. Y
luego la comida.
A mesa puesta. Eso sí, con menú "de mili o de cárcel".
Haces cola, intentas no meterte en líos, buscas un sitio entre cientos
que quieren comer como tú y a los que no conoces de nada. Otra vez a la
calle.
Hasta ahí
el "buen vivir". Por la noche la cosa se complica un poco. "Hay que
estar muy espabilado. Como te pillen de pardillo vas listo, porque en la
calle estás vendido". Así que el alojamiento incluye peleas o golpes
por el mismo precio. A él le dieron una en el Retiro:
"Unos chavales me
llamaron con la mano, fui y ahí se acabó, me dieron por todo". Otros
chavales le dieron un botellazo en la cara sin mediar palabra en
Lavapiés. Como recuerdo, una brecha de boxeador que le cruza la nariz.
Así que el mejor hotel para sobrevivir es "encontrar un sitio apartado,
tranquilo".
Las cifras oficiales de Madrid capital
dicen que hay unas 700 personas viviendo en la calle, pero no salen las
cuentas. Si fuera así, las 1.478 plazas que dice tener el Ayuntamiento
en albergues darían de sobra y no haría falta sacar 543 extra en la
campaña de frío todos los inviernos.
"Hay muchos más", constata Daniel, trabajador social en la fundación
religiosa San Martín de Porres, que atiende a gente sin hogar. "Me hace
mucha gracia que se diga que el que está en la calle es porque quiere". (...)
Aguirre se dio cuenta de que llamar a todo eso buen
vivir era quizás demasiado y por la noche, en el canal 13TV, reculó
diciendo que construiría más albergues si hace falta para que no haya gente en la calle.
Una manera de reconocer que puede que no haya sitio para todos. Aun así
le han llovido las críticas, también dentro de su propio partido. Es el
caso de la candidata a la Comunidad del PP,
Cristina Cifuentes, o la delegada de Gobierno de Madrid, Concepción
Dancausa, que ha recordado que "no se puede prohibir a nadie que esté en
la calle, salvo que se apruebe una ordenanza".
Para
Francisco Javier, que estaba en lista de espera y se fue al albergue en
cuanto le llamaron en octubre, la presidenta del PP "vive en los mundos
de Yupi". Si pudiera sentarse en el chéster que la alcaldable ha montado para peticiones del oyente él pediría... "un bocadillo de calamares del Brillante".
Ahora ya no bebe y está aprendiendo a hacer su currículum. Entre sus
aficiones no está el golf, pero sí la micología, leer (está con Los renglones torcidos de Dios) o las películas. La última que vio en el cine fue la española Espérame en el cielo.
Es de 1988 y él tenía 27 años. Ahora tiene 54. Pero para entender
realmente bien cómo es vivir en la calle, recomienda a Aguirre o a quien
quiera la cinta Qué asco de vida, de Mel Brooks.
Pero no solo la candidata ha ondeado esta bandera: la actual alcaldesa,
Ana Botella, quería prohibir la mendicidad –muchas personas sin hogar
también piden en la calle– y planteó incluso multas de 750 euros, que
por supuesto no hubiera cobrado nunca. Lo que sí hizo para librarse de
los sintecho fue cambiar los bancos de las marquesinas de los autobuses
para que un reposabrazos en el centro les impida tumbarse.
El tiempo en la calle se pasa haciendo "nada, pensar, beber, dar
vueltas". Para sacar algo de dinero, Francisco Javier, que antes se
dedicaba a reparar máquinas de coser, buscaba cosas en contenedores y
luego las vendía en mercadillos ilegales. Nada que ver con el plácido
deambular para ganar dinero que Aguirre ha pintado. "Lo que haces en la
calle es sobrevivir".
¿Votará Francisco Javier a
Aguirre en las elecciones municipales? "Sí, claro, pero de una patada. Y
la mandaba a su planeta, a Saturno, a que baile en los anillos". (Raquel Pérez Ejerique
, eldiario.es, 28/04/2015)
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