13/5/15

El colapso de un sistema socio-económico como el nuestro implica un escenario más abierto en el que es posible el surgimiento de múltiples nuevos órdenes

"Hemos entrevistado a Luis González, coautor del muy interesante libro En la espiral de la Energía, que en gran parte compendia un enorme trabajo de análisis de la actual situación ecológica y social y las apuestas y retos que el cada vez más constatable colapso civilizatorio plantea, para que nos explique las lineas fundamentales del trabajo y preguntarle sobre algunas de las implicaciones de tal análisis en las luchas globales, y también la antimilitarista.

Tras una lectura del texto y volviendo a su introducción, parece que las principales afirmaciones del mismo serían aproximadamente tres, cada una con una tremenda densidad y complejidad y que componen un argumento del siguiente modo: 

1) “La energía determina el marco del devenir histórico, junto al resto de las condiciones ambientales, pero son las sociedades quienes toman las decisiones.  

2) La humanidad ha transitado hasta ahora por dos grandes marcos civilizatorios: uno primero caracterizado por sociedades igualitarias, pacíficas y no jerárquicas y con una relación más armónica con el medio ambiente, y otro posterior, caracterizado por una mayor complejidad y un creciente incremento de la dominación, la guerra, la jerarquía y la depredación ambiental y que ha evolucionado hasta nuestro marco capitalista actual.  

3) El colapso de la civilización industrial es inevitable y el nuevo marco civilizatorio posterior está abierto, pero se basará en un metabolismo agrario, local, de energías renovables y que considerará los límites ambientales.” 

¿Sería esta la explicación correcta del trabajo? 

Podríamos decir que sí, que es una buena síntesis, aunque hay muchos más aspectos que abordamos.  (...)

Habláis en el libro de un escenario actual de gradual colapso y de los previsibles escenarios críticos y especialmente graves para las inmensas mayorías, pero también de la oportunidad que brindan de articular y construir estrategias emancipadoras. Háblanos de todo ello. 

De forma general, el colapso de un sistema socio-económico implica un escenario más abierto en el que es posible el surgimiento de múltiples nuevos órdenes. Esto es una norma en cualquier proceso de reorganización posterior a los colapsos en las sociedades humanas, y en los sistemas complejos en general.

En lo particular del colapso en el que nos encontramos se abrirán oportunidades para sociedades potencialmente (y subrayo lo de potencialmente, no necesariamente) menos basadas en la dominación. Algunos ejemplos:
  • Menos energía disponible significará menos dominación potencial (sobre este aspecto reflexionamos en profundidad en el texto).

  • Pero además, la energía sería mayoritariamente de fuentes renovables, que son de un acceso más universal y menos competitivo.

  • Sociedades menos complejas tendrán menos estratificación social.

  • Crecerán otros formatos económicos entre las ruinas del capitalismo global, alguno potencialmente más justo.

  • Sociedades más pequeñas se podrán gestionar mejor de forma democrática.

  • Las viejas fórmulas, adaptadas a un mundo “vacío” como el del siglo XX, no sirven en un mundo “saturado” como el del siglo XXI.

    Esto abrirá la puerta a nuevas ideas, entre ellas muchas de carácter emancipador. (...)"           
(Entrevista a Luis González, coautor del libro "En la espiral de la Energía", Utopía contagiosa, en Rebelión, 13/05/2015)

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