"Hemos entrevistado a Luis González, coautor del muy interesante libro En la espiral de la Energía,
que en gran parte compendia un enorme trabajo de análisis de la actual
situación ecológica y social y las apuestas y retos que el cada vez más
constatable colapso civilizatorio plantea, para que nos explique las
lineas fundamentales del trabajo y preguntarle sobre algunas de las
implicaciones de tal análisis en las luchas globales, y también la
antimilitarista.
Tras una lectura del texto y volviendo a su
introducción, parece que las principales afirmaciones del mismo serían
aproximadamente tres, cada una con una tremenda densidad y complejidad y
que componen un argumento del siguiente modo:
1) “La
energía determina el marco del devenir histórico, junto al resto de las
condiciones ambientales, pero son las sociedades quienes toman las
decisiones.
2) La humanidad ha transitado hasta ahora por dos
grandes marcos civilizatorios: uno primero caracterizado por sociedades
igualitarias, pacíficas y no jerárquicas y con una relación más
armónica con el medio ambiente, y otro posterior, caracterizado por una
mayor complejidad y un creciente incremento de la dominación, la guerra,
la jerarquía y la depredación ambiental y que ha evolucionado hasta
nuestro marco capitalista actual.
3) El colapso de la
civilización industrial es inevitable y el nuevo marco civilizatorio
posterior está abierto, pero se basará en un metabolismo agrario, local,
de energías renovables y que considerará los límites ambientales.”
¿Sería esta la explicación correcta del trabajo?
Podríamos decir que sí, que es una buena síntesis, aunque hay muchos más aspectos que abordamos. (...)
Habláis en el libro de un escenario actual de gradual colapso y
de los previsibles escenarios críticos y especialmente graves para las
inmensas mayorías, pero también de la oportunidad que brindan de
articular y construir estrategias emancipadoras. Háblanos de todo ello.
De forma general, el colapso de un sistema socio-económico implica un
escenario más abierto en el que es posible el surgimiento de múltiples
nuevos órdenes. Esto es una norma en cualquier proceso de reorganización
posterior a los colapsos en las sociedades humanas, y en los sistemas
complejos en general.
En lo particular del colapso en el que
nos encontramos se abrirán oportunidades para sociedades potencialmente
(y subrayo lo de potencialmente, no necesariamente) menos basadas en la
dominación. Algunos ejemplos:
- Menos energía disponible
significará menos dominación potencial (sobre este aspecto
reflexionamos en profundidad en el texto).
- Pero
además, la energía sería mayoritariamente de fuentes renovables, que
son de un acceso más universal y menos competitivo.
- Sociedades menos complejas tendrán menos estratificación social.
- Crecerán otros formatos económicos entre las ruinas del capitalismo global, alguno potencialmente más justo.
- Sociedades más pequeñas se podrán gestionar mejor de forma democrática.
-
Las viejas fórmulas, adaptadas a un mundo “vacío” como el del siglo
XX, no sirven en un mundo “saturado” como el del siglo XXI.
Esto abrirá la puerta a nuevas ideas, entre ellas muchas de carácter emancipador. (...)"
(Entrevista a Luis González, coautor del libro "En la espiral de la Energía", Utopía contagiosa, en Rebelión, 13/05/2015)
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