22/5/15

Las causas de nuestro fascismo

"(...) La novela La Ola de Todd Strasser está basada en un hecho real que se dio en un bachillerato de California en 1967. Ron Jones, un joven maestro de historia, quiso impartir una lección práctica a sus estudiantes sobre el tema del Tercer Reich e inició un experimento.

 Les dio a los estudiantes insignias y saludos, reglas estrictas, castigos severos e incluso implementó una fuerza policíaca secreta. Convirtió el salón de estudio en un movimiento bajo el lema: "Fuerza mediante disciplina. Fuerza mediante comunidad. Fuerza mediante acción. Fuerza mediante orgullo." [iii] Un entusiasmo increíble se dispersa entre los alumnos, el poder del movimiento aumenta y cada vez más estudiantes de otras clases se hacen miembros. Los introvertidos, los lentos, los don nadie, de repente son alguien. "La Ola" se convierte en el sentido de su vida. 

La violencia comienza a hacerse notar y en poco tiempo la situación se sale de control. Los miembros del grupo muelen a palos a los estudiantes que se oponen al movimiento. De un día al otro estudiantes normales se convierten en una turba fascistoide. De un día al otro padres de familia se convierten en verdugos de campos de concentración. 

¿Cuál es el origen de la fascinación que genera un colectivo emocional como este? ¿Quiénes de nosotros, que reflexionamos sobre nuestros actos, se hubiese preguntado "¿qué habría hecho yo en tal situación?" y podría estar totalmente seguro de su respuesta?  

Yo me uní al Movimiento Antifascista en Dresde después de que el Partido Nacionaldemócrata de Alemania entró al Parlamento Regional Sajón con casi el 10% de los votos. Quise dar un signo de oposición contra la escena nazi que se propagaba. 

En las manifestaciones contra los nazis se vive el potencial de la violencia que reside en nosotros mismos: el placer de rodear al enemigo, atacarlo y acabarlo - lo mismo si viene de un nazi o de un policía. Comencé a entender que durante la pelea en contra del fascismo me había vuelto yo mismo un fascista. Supe en ese momento que debía salir de esa escena si quería conservar mi integridad moral.

Esta experiencia también la han tenido muchos otros. ¿Qué es lo que reside en el ser humano que en ciertas excepciones rompemos con todos los límites de los buenos modales y la buena educación para volvernos monstruos y delincuentes?  (...)

" En lo que hace al carácter del ser humano, el 'fascismo' es la actitud emocional básica del ser humano oprimido característico de nuestra civilización mecanizada," [vi] escribe el estudiante de Freud y comunista austríaco Wilhelm Reich en su libro La psicología de masas del fascismo, publicado en 1933.

En el interior del ser humano crece un dolor y una ira indescriptibles que no encuentran salida si en la infancia les es negado expresar sus necesidades básicas; si son rechazados allí donde buscan seguridad y confianza; si son castigados con violencia cuando se dejan llevar por su impulso natural; si desde la escuela, pasando por la milicia hasta llegar al trabajo, nunca son reconocidos como seres humanos sino como meros súbditos.

Encontramos esta historia en las biografías de violadores y dictadores al igual que en padres de familia normales. ¿Qué diferencia hay entre un genocida y un ciudadano promedio? La psicóloga suiza Alice Miller descubrió en sus estudios biográficos que 'casi no la hay.' 

En ambos se presenta la estructura latente de la violencia. Si esta humillación es experimentada por toda una nación, el potencial asesino de odio y agresión reprimida crecerá en la sociedad y esta arremeterá con entusiasmo su ira contra el enemigo que se le presente, terminando esto finalmente en masacres y guerra.

Una canalización política de las energía vitales estancadas

Todos los sistemas imperiales conocen este trasfondo psicológico y lo emplean para sus intereses de poder (el Nacionalsocialismo al igual que los E.UU. en su propaganda de 'guerra contra el terror'). Los aparatos de poder no podrían mantenerse en pie si no fuese por la resonancia que tienen en el inconsciente de toda la humanidad.

 ¿Qué habría sido Hitler sin la proyección de millones de alemanes enfurecidos? Lo que llevó al empobrecido pintor de sobres de correos de Braunau a ser el 'Führer' de la 'raza aria' fue el poder endemoniado de la fuerza vital estancada de toda una población que encontró en la ideología nazi un canal común y una forma de expresarse.

 A Hitler y su gente no les interesaban los argumentos racionales sino que se enfocaban particularmente en una efectiva agitación emocional. En el inconsciente de Alemania había una bomba de tiempo y Hitler supo como hacerla explotar.  (...)

El nacionalsocialismo operó con arquetipos psicológicos cuya atracción difícilmente podría esquivar a las personas marcadas por lo autoritario. Estos arquetipos provenían del mundo interior neurótico en el que las personas se habían criado. Se subordinaron así al 'Führer' en un éxtasis casi místico y encontraron en él el papá grande y fuerte que ellos mismos nunca habían tenido. 

En la 'comunidad del pueblo ario' encontraron su hogar y su comunidad, la nación era, en el simbolismo místico nazi, el equivalente a la madre con la cual tenían una fijación neurótica debido a la prohibición sexual.

 La 'teoría de raza', la lucha fanática contra la 'contaminación de la sangre' de este pueblo ario fue lo que precipitó el miedo (pánico) a la impureza sexual y a la 'degeneración', que ya se escondía en ellos mismos como potencial desconocido de violencia sádica (de la cual se intentaron limpiar, paradójicamente, a través de la masacre de otras razas). 

La superficie moral y decorosa de la sociedad burguesa fue meramente el manto de apariencia moral extendido sobre un trasfondo perverso y borboteante.

En tanto el mundo esté lleno de caracteres quebrados, de personas que no puedan nunca desplegarse verdaderamente, las ideologías totalitarias encontrarán siempre suelo fértil. 

¿No muestra acaso el desarrollo del Estado Islámico en Medio Oriente la urgencia de este hallazgo? ¿Qué dice sobre la constitución interna de nuestras propias sociedades el hecho de que miles de jóvenes de Europa se sumen a las unidades tácticas del EI, un ejército que con su brutalidad, crucifixiones y violaciones en masa ha convertido una gran parte de Medio Oriente en un régimen terrorista?

Estas mismas estructuras las podemos encontrar de forma incipiente, aunque también en varios niveles sutiles, en nuestras sociedades 'libres democráticas' de hoy en día. En tanto que las personas vivan en sistemas sociales que los obliguen a mentir y adaptarse, existe siempre el peligro de brotes fascistas. 

En tanto la cohesión de una sociedad, comunidad o movimiento necesite la exclusión de minorías o elegir chivos expiatorios, significa que estos son en el fondo todavía fascistoides. Lo mismo cuando se ejerce violencia de autoridad sobre personas indefensas y las masas sumisamente actúan como espectadores pasivos.  (...)

Ni reclamos políticos ni la indignación moral pueden vencer al fascismo de forma estructural. No necesitamos voces de alerta, necesitamos una nueva dirección para las fuerzas de alta corriente del alma humana, una perspectiva para la disolución de la violencia interna latente. Die Ärtze, una banda punk Alemana, dice: "Tu violencia es solo un grito silencioso por amor, tus botas de batalla anhelan ternura... Porque le tienes miedo a las caricias - eres un fascista." [x]

  Y con ello encuentran un núcleo de verdad más profundo. ¿Se arrastrarían realmente los muchachos jóvenes al EI o hubiesen devenido nazis millones de alemanes si hubiesen tenido una perspectiva real en el amor? Si queremos un mundo sin crueldad, entonces debemos alcanzar formas de vida en las cuales ninguna persona deba compensar su anhelo de amor, sexualidad, reconocimiento, aventura y comunidad - con violencia.  (...)"

La matriz de miedo y violencia que ha dominado la Tierra durante varios milenios debe ser completamente reemplazada por un nuevo modelo de información de confianza y cooperación. 

Para hacer posible este cambio de sistema interior y exterior necesitamos modelos de futuro persuasivos que examinen nuevas formas de vida y las realicen de forma ejemplar. El cambio de modelo de violencia estructural a un modelo de participación y confianza no es un asunto de terapia grupal, sino de un nuevo y fundamental diseño de toda nuestra sociedad.  (...)"                (Martin Winiecki , Rebelión, 12/05/2015)

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