"(...) El
auge de Bernie Sanders, por ejemplo, revela un creciente movimiento
dispuesto a combatir el status quo neoliberal que ha llegado a dominar
la política estadounidense (y mundial).
Si la economía continúa su
camino actual, la distribución de la riqueza ya no será sólo una
cuestión moral sobre el nivel de desigualdad que como sociedad estamos
dispuestos a aceptar, sino una cuestión de estabilidad política y
económica.
La propiedad del capital en última instancia, determinará ese
futuro, pero hay otros movimientos e ideas políticas con ese futuro en
mente, como la renta básica universal, gracias a la cual a todos los
ciudadanos, una vez que llegan a cierta edad, se les proporcionaría un
ingreso, que permitiría probablemente sustituir las redes de seguridad
tradicionales.
Suiza puede ser el primer país en adoptar esta política, y
la votación probablemente tendrá lugar en 2016. El plan propuesto
proporcionaría un ingreso mensual garantizado de $ 2.600 o $ 31.200 al
año; en otras palabras, lo suficiente para que todo el mundo pueda
sobrevivir y llevar a cabo un trabajo que realmente le satisfaga.
Para
la derecha a punto de gritar la palabra que empieza con M, hay que
señalar que muchos conservadores e incluso libertarios, como FA Hayek,
han apoyado esta idea. [1] Tiene una sorprendente historia de apoyo
bipartidista, y podría, por lo menos, evitar la pobreza extrema en el
futuro, si los robots y la tecnología de la información continúan
sustituyendo empleos humanos.
La creciente desigualdad en todo el mundo ya no puede ser ignorada, y
hacer frente a este y a otros problemas del capitalismo, como la
degradación del medio ambiente, no sólo es moralmente correcto, sino lo
más pragmático que se puede hacer." (
Conor Lynch, Sin Permiso
, en Jaque al neoliberalismo,02/11/15)
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