7/12/15

En las clases bajas se observa un estancamiento absoluto del poder de compra... en cambio, el de los sueldos elevados está aumentando a una velocidad enorme

"Producto de la creciente desigualdad en los ingresos iniciada en la década de 1970, en la actualidad se asiste a una “sociedad cuadrista”, observa Gérard Duménil. Los cuadros –ubicados en la cima de la jerarquía salarial– manejan el sistema: definen dinámicas económicas, pautas culturales y normas sociales. 

Para el economista francés, la fracción más baja de los asalariados vive un fuerte estancamiento de su capacidad de consumo, mientras que los cuadros concentran una cuota enorme de los ingresos totales. (...)

 -¿Qué tipo de alianzas de clase observa que se han establecido en esta etapa neoliberal, poniendo el foco en la etapa que se inicia con la última crisis económica mundial?

–Estamos en un capitalismo gerencial. Quienes llevan a cabo el trabajo de una organización, quienes manejan las empresas e, incluso, quienes crean e implementan las políticas públicas, son lo que yo denomino “cuadros”. Es decir que no es la clase capitalista la que maneja el sistema sino los cuadros.

-¿Quiénes son esos cuadros?

–Es la fracción superior de los trabajadores asalariados, tanto del sector privado como del sector público, gerencian las empresas y también organizan la Administración. Es tan alta su posición en la jerarquía salarial que controlan a otros grupos de empleados, tienen una formación superior y se reproducen como clase, procurando mantener esa posición social, para ellos y para sus hijos. (...)

-¿Por qué es tan importante el rol que asumen los cuadros en la etapa actual?

–Se puede ver de forma muy clara en los datos de ingresos. Por ejemplo, en Estados Unidos o en el Reino Unido, los cuadros han percibido un aumento desmedido de sus ingresos. Los salarios de la cima de la jerarquía –ubicados en el 5 ó 6 por ciento de los salarios más altos– concentraron una cuota enorme de los ingresos totales y, además, tienen una dinámica muy diferente de la que perciben los salarios del resto de la población.

-¿Qué rasgos podría identificar de la dinámica de los salarios de las jerarquías más altas en comparación con el grueso de los asalariados?

–En las clases bajas se observa un estancamiento absoluto del poder de compra, en Estados Unidos sobre todo; en Francia un poco menos porque siguen luchando. Pero si en Estados Unidos consideramos el 90 por ciento de los salarios pertenecientes a la franja de los ingresos menos elevados, vemos que hubo un estancamiento completo del poder de compra de estos grupos. 

En cambio, el poder de compra de los sueldos elevados, ubicados en la franja que contiene al 10 o al 5 por ciento superior de los asalariados, están aumentando con una velocidad enorme. También estos nuevos cuadros desempeñan un papel central en la manera de vivir y en la cultura. 

Ellos, más que las clases capitalistas, son los que definen los nuevos modos de vivir. Estamos en una sociedad cuadrista, ya que ellos marcan las nuevas normas culturales y sociales, son normas cuadristas.

-En esta nueva composición social, ¿a qué se refiere cuando afirma que asistimos a un proceso de hibridación?

–Encima de las jerarquías sociales tenemos a estos dos grupos en un nuevo tipo de alianza, que se volvió tan estrecha que ha devenido una suerte de hibridación. Los dueños de capitales van a las empresas y los cuadros con salarios muy elevados luego compran títulos en la bolsa. 

 Asistimos a una conversión de cuadros en capitalistas y de capitalistas en cuadros, a este tipo de hibridación me refiero. Esto es comparable al Antiguo Régimen del siglo XVII y XVIII, donde se daba una situación semejante: una nobilidad que tenía que entrar en el business para lograr más dinero y, al mismo tiempo, las nuevas clases capitalistas querían acercarse y parecerse a la nobilidad. 

Eso también representó un tipo de hibridación. Así, lentamente, los grupos antiguos fueron desapareciendo, pero hasta la Primera Guerra Mundial desempeñaron un papel político muy importante aunque después eso haya cambiado un poco.  (...)

-¿Por qué ilustra la configuración del capital actual basándose en la forma de un nudo de corbata?

–El centro del sistema capitalista mundial es un nudo donde se alojan las grandes empresas financieras que tienen las acciones de otras empresas. Las clases ricas colocan su dinero en las grandes empresas financieras para que les manejen su dinero. Significa comprar acciones que van a subir y bajar y así, maximizarán sus rendimientos.

 Se trata de un nudo porque estas grandes empresas financieras, fundamentalmente de Estados Unidos e Inglaterra pero también de otros países, tienen acciones de otras empresas y se controlan mutuamente, nadie de fuera les controla estas acciones. Pero además son propietarias del resto del sistema, que es la economía no financiera, por cuanto manejan las acciones de esas otras empresas.

Una empresa financiera encara a una empresa transnacional que tiene un rendimiento de sus capitales de un 12 por ciento y le dice: “nosotros queremos un rendimiento del 15 por ciento”. Y la trasnacional debe conformarse o le venden las acciones, con lo que bajarán sus cotizaciones bursátiles y, por ende, los ingresos de los cuadros que manejan las empresas no financieras disminuirán.

Es decir que, lejos de lo que se afirma, no es el sector financiero el que mantiene el sistema. Claro. Por ejemplo, en Estados Unidos u otros países, si consideramos el total de la economía y sumamos las empresas no financieras, observamos que no hay un flujo de capital que vaya de la Bolsa hacia las empresas.

Este sistema ya no funciona de esta manera porque, de hecho, no se emiten acciones nuevas sino que las empresas recompran sus propias acciones. Una empresa que tiene dinero compra sus propias acciones en la bolsa.

Eso muestra que el sistema de la bolsa no sirve para colectar dinero que vaya a las empresas, por el contrario, las empresas ganan plata y tiene beneficios que usan para comprar sus propias acciones, esto lo hacen para lograr el alza de sus cotizaciones." 

          (Entrevista a Gérard Duménil, Natalia Aruguete, Página 12, en Jaque al neoliberalismo,02/12/15)

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