31/10/16

Hay una derecha camaleónica que aparece como defensora del trabajador blanco y de la naturaleza para ocultar su racismo... los ecorracistas

"(...)  Dices que Las Vegas y Phoenix, quizá, son las ciudades más insostenibles del planeta.
 
Hay modelos con densidad de urbanización muy baja en Inglaterra... Pero Las Vegas, Phoenix y algunas ciudades de California están en medio del desierto y tienen un modelo de vida parecido al del norte de Europa. Ese tipo de casas se relaciona con el sueño de prosperidad de la clase media en Estados Unidos. 

Allí vemos enormes urbanizaciones que se extienden por el desierto con grandes casas unifamiliares y con vegetación parecida a la de Massachusetts o Michigan. Ello ha sido posible gracias a los grandes proyectos hidrológicos de mediados del siglo XX, cuando se crearon pantanos y presas con el río Colorado.

 Debido al cambio climático y al sobre consumo de agua de ese río, ha ido bajando el cabal de manera drástica y han aparecido islas de rocas en los pantanos. Además son ciudades que se basan en el uso del automóvil. Y eso acontece en el contexto de una larga sequía que desde hace más de diez años va afectando a diferentes partes del sureste de Estados Unidos.

 Los capítulos del desierto son un poco apocalípticos. Hay dos grandes retos para el país y no hay indicios de que el establishment político vaya a afrontarlos. Son la desigualdad y el cambio climático. 

Y en este entorno hablas de los ecorracistas…
 
Esto es una advertencia sobre gente con cierto nivel económico que ha optado por una vida a las afueras de las ciudades, más próxima a la naturaleza… y así camufla su xenofobia y protege su estilo de vida y su propiedad de los inmigrantes –en Estados Unidos, hispanos– y de las clases bajas. 

Y eso ha sido rentabilizado por la derecha. Hay grupos que elaboran informes que parecen del Partido Verde y llaman a frenar la explosión demográfica; de la que culpan a los mexicanos. También se les acusa de no respetar la naturaleza. 

Y hasta se ha llegado a culpar a los indocumentados de ensuciar el desierto cuando intentan llegar a Estados Unidos; y a los grupos solidarios de contaminar y atentar contra la naturaleza por las botellas de agua con las que los avituallan. 

 Esto tiene que ver con el neomalthusianismo: si permitimos la llegada de pobres habrá explosión demográfica y eso afecta al medio ambiente. Y no es así. Justo los pobres suelen vivir de forma más sostenible, en barrios más densamente urbanizados y tienen un hábito de conservación de agua mucho mayor que la clase media y alta. 

Es un discurso falso y perverso que varios grupos de derecha xenófoba han sabido utilizar para ganar apoyos. Es como cuando se acusa a los indocumentados, mano de obra barata, de bajar los salarios de los trabajadores en vez de culpar al empresario que no legaliza a sus trabajadores. Hay una derecha camaleónica que aparece como defensora del trabajador blanco y de la naturaleza para ocultar su racismo.(...)"                 (Entrevista a Andy Robinson, Iñaki Pardo Torregrosa , La Vanguardia, en Rebelión, 24/10/16)

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