"(...) Dices que Las Vegas y Phoenix, quizá, son las ciudades más insostenibles del planeta.
Hay
modelos con densidad de urbanización muy baja en Inglaterra... Pero Las
Vegas, Phoenix y algunas ciudades de California están en medio del
desierto y tienen un modelo de vida parecido al del norte de Europa. Ese
tipo de casas se relaciona con el sueño de prosperidad de la clase
media en Estados Unidos.
Allí vemos enormes urbanizaciones que se
extienden por el desierto con grandes casas unifamiliares y con
vegetación parecida a la de Massachusetts o Michigan. Ello ha sido
posible gracias a los grandes proyectos hidrológicos de mediados del
siglo XX, cuando se crearon pantanos y presas con el río Colorado.
Debido al cambio climático y al sobre consumo de agua de ese río, ha ido
bajando el cabal de manera drástica y han aparecido islas de rocas en
los pantanos. Además son ciudades que se basan en el uso del automóvil. Y
eso acontece en el contexto de una larga sequía que desde hace más de
diez años va afectando a diferentes partes del sureste de Estados
Unidos.
Los capítulos del desierto son un poco apocalípticos. Hay dos
grandes retos para el país y no hay indicios de que el establishment
político vaya a afrontarlos. Son la desigualdad y el cambio climático.
Y en este entorno hablas de los ecorracistas…
Esto
es una advertencia sobre gente con cierto nivel económico que ha optado
por una vida a las afueras de las ciudades, más próxima a la
naturaleza… y así camufla su xenofobia y protege su estilo de vida y su
propiedad de los inmigrantes –en Estados Unidos, hispanos– y de las
clases bajas.
Y eso ha sido rentabilizado por la derecha. Hay grupos que
elaboran informes que parecen del Partido Verde y llaman a frenar la
explosión demográfica; de la que culpan a los mexicanos. También se les
acusa de no respetar la naturaleza.
Y hasta se ha llegado a culpar a los
indocumentados de ensuciar el desierto cuando intentan llegar a Estados
Unidos; y a los grupos solidarios de contaminar y atentar contra la
naturaleza por las botellas de agua con las que los avituallan.
Esto tiene que ver con el neomalthusianismo: si permitimos la llegada de
pobres habrá explosión demográfica y eso afecta al medio ambiente. Y no
es así. Justo los pobres suelen vivir de forma más sostenible, en
barrios más densamente urbanizados y tienen un hábito de conservación de
agua mucho mayor que la clase media y alta.
Es un discurso falso y
perverso que varios grupos de derecha xenófoba han sabido utilizar para
ganar apoyos. Es como cuando se acusa a los indocumentados, mano de obra
barata, de bajar los salarios de los trabajadores en vez de culpar al
empresario que no legaliza a sus trabajadores. Hay una derecha
camaleónica que aparece como defensora del trabajador blanco y de la
naturaleza para ocultar su racismo.(...)" (Entrevista a Andy Robinson, Iñaki Pardo Torregrosa , La Vanguardia, en Rebelión, 24/10/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario