26/6/18

La pregunta prohibida: ¿qué quiere decir populista?

"Hay una pregunta que no se debe hacer nunca en las conferencias de los think tanks o en los consejos editoriales de los grandes medios corporativos: ¿Qué quiere decir populista?

 Porque conforme se va desmoronando el consenso de Washington/Davos/Fundación Rafael Pino, que disfrutó del monopolio de la verdad durante 30 años, todo es susceptible de ser tildado de demagogia populista: el término vale para  el nacionalismo ultraconservador post comunista de Víktor Orbán, el proteccionismo supremacista y nostálgico de Donald Trump, el socialismo democrático viejo y nuevo de Jeremy Corbyn o Podemos, el separatismo euroescéptico de Carles Puigdemont.

Para un ejemplo europeo de los múltiples usos de la palabra populista, fíjense en el nuevo libro de JM Martí Font y Christopher Barbier  La fortaleza asediada que, según el anuncio de su editorial Península, pretende analizar los populismos que amenazan el futuro de Europea e incluyen a Podemos, Ada Colau, Le Pen, Brexit, Amanecer Dorado, Movimiento 5 Estrellas, Independentismo en Cataluña, Beppe Grillo, Syriza, Geert Wilders. ¿Hay un denominador común más bajo (o más alto) allí? Habrá que leer el libro pero lo dudo mucho.

Al otro lado del Atlántico, tenemos otra aplicación de la versátil palabra P, sumamente útil para meter al adversario en la  misma caja que a Adolf Hitler o al menos Juan Perón. Ocurre en la campaña electoral mexicana donde Andrés Manuel López Obrador ya es oficialmente un “populista” peligroso. 

De ahí, la polémica levantada por la nueva serie Populismo en América Latina, seis documentales que retratan a supuestos líderes “populistas” latinoamericanos, uno de cuyos protagonistas es el veterano candidato de la izquierda, que encabeza las encuestas a dos meses de las elecciones del próximo uno de julio.

López Obrador, que se autocalifica como progresista y socialdemócrata, protagoniza uno de los mini documentales, titulado López Obrador, el redentor furioso. Los otros, según la productora, son sobre Hugo Chávez, Perón, Luiz Inácio Lula da Silva y –de forma algo incongruente dado el título de la serie–, Donald Trump y Vladimir Putin.

Llama la atención también la inclusión del expresidente brasileño Lula en la serie. A fin de cuentas  Lula  fue elogiado durante sus años en el gobierno por los inversores globales y el Fondo Monetario Internacional, y homenajeado  en la portada de revistas como The Economist. Pero, está claro, cuando la rentabilidad de la inversión disminuye, un buen gobernante técnicamente correcto se convierte rápidamente en populista. 

La serie no ha pasado inadvertida en la capital mexicana. La pasada semana han circulado autobuses con grandes anuncios  en los  que se veía  a López Obrador, luciendo los colores de la bandera  mexicana en primer plano y a los otros llamados populistas detrás.

 “Consultamos con historiadores, comunicadores, científicos sociales y todos coincidieron en que López Obrador encaja en el perfil del populista”, dice Javier García Mata , el productor de la teleserie que –según la campaña de AMLO–  fue financiado por el maquiavélico priista Carlos Salinas y otros  magnates del statu quo corrupto y neoliberal. 

Mario Vargas Llosa coincidió con el joven productor al afirmar en Madrid que la victoria de López Obrador convertiría a México en “una democracia populista y demagógica”, comparable con la Venezuela de Hugo Chávez.  “Es un invento; AMLO jamás ha tenido relación con los Castro ni con la revolución bolivariana”, afirma José Agustín Ortiz Pinchetti, cuya biografía de López Obrador acaba de salir a la venta. 

El término populista tiene un significado distinto según quién lo use. En América Latina –cuna del populismo de la vieja guardia de Perón o Getúlio Vargas en Brasil que a veces flirtearon con el fascismo– el calificativo suele identificarse ahora con prácticas corruptas, sistemas de gobierno clientelares, compra de votos, y un deseo de perpetuarse en el poder.

 “El populismo es un término maleable; sirve para atacar a tus adversarios”, dice  John Ackerman, doctor en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma  de México (UNAM), que apoya a López Obrador. “Yo le pregunté al corresponsal de Bloomberg en México qué quiere decir exactamente cuando dice que AMLO es populista. Me respondió que se basa en la definición de Wikipedia”.

La definición, quizás, menos subjetiva utilizada en el ámbito de las Ciencias Económicas, describe a un político que gasta más dinero público del que ingresa con el fin de lograr apoyo electoral. Podría aplicarse a muchos gobernantes. Pero no a López Obrador (conocido como AMLO)  que, en sus años al frente del Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), logró reducir el gasto, recortar los salarios de altos funcionarios y controlar la deuda de la ciudad. 

Asimismo, acabó con la impunidad de funcionarios corruptos. “Yo fui secretario de Gobierno en la Administración de AMLO y me recortó el número de asesores de 65 a cinco; es una persona muy austera que no toleraba la corrupción”, afirma Ortiz Pinchetti. López Obrador se ha comprometido a reducir el coste de la Administración federal y a eliminar gastos como las desorbitadas pensiones pagadas a los expresidentes.

El debate sobre el populismo tiene una larga historia en América Latina. López Obrador suele citar el ejemplo de Lázaro Cárdenas, el presidente mexicano que en 1938 creó la petrolera estatal Pemex, actualmente en fase de privatización, un proceso que AMLO pretende frenar. Con la reforma energética y la privatización de Pemex,“los gobernantes del neoliberalismo y el “neoporfirismo” (en referencia al corrupto dictador pre revolucionario Porfirio Díaz) echaron abajo casi 100 años de política petrolera y eléctrica independiente y soberana”, sentencia López Obrador en su libro La Salida. 

Tanto la creación de Pemex como la oposición de AMLO a su privatización, han sido calificadas como medidas populistas. “Cárdenas no fue populista, fue pragmático; AMLO es igual, su popularidad no viene del populismo sino de un compromiso con adoptar políticas sociales y combatir la corrupción”, dice Ackerman."            (Andy Robinson  , CTXT, 16 de mayo, 2018)

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