"No falla: cada vez que la Teoría Monetaria Moderna (TMM) hace
aparición en los medios, se inicia toda una cascada de intervenciones
que tratan de caricaturizarla y ridiculizarla utilizando mensajes
sacados de contexto. Es una falta de honestidad intelectual grave. Lo
explico:
La TMM señala que los Estados que emiten su propia moneda no están
constreñidos a la hora de financiar sus políticas económicas. Esto es
absolutamente incuestionable e irrefutable. Es sólo una descripción (fijaos que no se está diciendo que sea bueno o malo que así sea).
Sin embargo, muchos deducen erróneamente de esa frase que la TMM
propone que los Estados deben crear dinero sin ton ni son como si no
hubiese consecuencias. Muchos lo hacen a maldad para desprestigiar la
teoría; otros simplemente caen en el error por ignorancia; otros
repiten.
La TMM es muy consciente de que crear dinero puede tener
consecuencias. La aportación novedosa (que queda ocultada por los
deshonestos ataques) es que hay margen para crear dinero sin que se
generen desequilibrios económicos (como la inflación).
La enseñanza de la TMM es que un Estado debe aprovechar ese margen y
crear el dinero NECESARIO para crear empleo y dinamizar la economía. El
necesario; no más porque crearía inflación, y no menos porque crearía
desempleo y pobreza (como ocurre en la actualidad).
El mito de que si un Estado crea dinero automáticamente aparece
inflación es eso: un mito. Hay margen para crear dinero sin que se eleve
la inflación. Además, ¿por qué el dinero que crea el Estado debería ser
inflacionario pero el que crean los bancos no? Se les ve el plumero.
Nuestro sistema es trágicamente perverso: prohíbe a los Estados crear
dinero para financiar políticas, pero permite a los bancos que lo hagan
para que obtengan beneficio a través de créditos. La TMM ayuda a
quitarnos la venda de los ojos. Por eso la atacan tanto: le tienen
miedo." (Eduardo Garzón, blog, 24/08/19)
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