"Los contenedores amarillos se han convertido en parte del paisaje urbano de prácticamente todos los municipios del Estado. Echamos nuestros envases y nos despreocupamos. También se despreocupan las empresas que crean esos residuos, los ayuntamientos e incluso el Gobierno de España frente a las exigencias europeas gracias a las cifras de porcentaje de reciclaje que muestra Ecoembalajes España S.A., también conocida como Ecoembes, gestora de dichos contenedores. Pero son muchas las organizaciones ecologistas, gobiernos regionales e investigadores medioambientalistas los que denuncian que el negocio de Ecoembes se basa más en librar a las empresas que forman parte de su accionariado de su responsabilidad de reciclar que en cumplir con Europa y cuidar el medioambiente.
Desde que en 2010 Alberto Vizcaíno, ambientólogo y experto en la gestión de residuos, empezara a criticar el sistema de recogida de Ecoembes en su blog Productor Sostenible, ha sido víctima de campañas de desprestigio contra su persona y de ataques de SEO negativo contra su blog, queriendo borrarlo de las búsquedas de Google. El monopolio privado del reciclaje prefiere “matar al mensajero” que mostrar los datos que oculta su gestión y que organizaciones como Greenpeace han denunciado en su reciente campaña “Ecoembes miente”. Vizcaíno ha unido todo ese conocimiento e investigación que lleva realizando durante años sobre la industria del reciclado y sobre Ecoembes y lo ha plasmado en su libro recientemente publicado Contenedor amarillo S.A. (Fuera de Ruta, 2020).
En tu libro defiendes que apenas se recicla el 25% de los envases que
se usan en España. Esta misma semana, el Govern de Baleares ha
denunciado que efectivamente solo se recicla uno de cada cuatro envases
en Baleares. ¿Tenías una bola de cristal o cómo has llegado a estas
cifras?
Esas cifras son fáciles de conseguir si en vez de
creernos las cifras que nos da la industria del envase de usar y tirar
nos remitimos a los datos oficiales, a los de las plantas de
tratamientos de residuos y de envases. Hace años que esas cifras no
coinciden con las cifras que salen en los anuncios de televisión que nos
invitan a reciclar. Además si comprobamos los datos de residuos de los
ayuntamientos se ve que estamos muy lejos de esos datos tan
complacientes que nos dan. A partir de ahí, conocer la cifra exacta es
difícil pero sí que se puede aproximar a ese 25%.
Estas cuentas que parecen falseadas chocan mucho con las exigencias que nos vienen desde Europa.
Sí,
estamos muy lejos de las exigencias que nos piden desde la Unión
Europea (UE). Hemos estado haciendo un maquillaje y enjuague de cifras
que resulta complaciente para todos, para las autoridades públicas y
para las empresas que tienen responsabilidades en materia de residuos,
pero nos alejan mucho de la realidad. De hecho la UE ya está tras la
pista y ya ha dicho al Gobierno de España que debe ser más serio en
cuanto a los datos que ofrece.
¿Qué consecuencias tiene que sigamos sin ser serios?
Pues
sanciones. España es el país líder en sanciones medioambientales de la
UE. Venimos arrastrando algunas en cuanto a los vertederos, ya que
llegan materiales a ellos que no deberían de llegar, y posiblemente las
siguientes sean por alejarnos de los objetivos europeos de recuperación
de materiales.
Hay varias cuestiones. Desde hace tiempo vemos en prensa, cada vez con más frecuencia, titulares sobre incendios en instalaciones de gestión de residuos, no solo vertederos. Eso llamó la atención de varias personas, como de Pepe Galindo que hizo un listado de esos incendios en un blog llamado Blog Sostenible, otra es Fernando Foyos que es consultor en seguridad industrial y también hizo un análisis de esos datos. Entonces yo me puse a analizar cuáles de esos incendios estaban relacionados con tratamientos de residuos domésticos. Llama mucho la atención de que el ritmo es creciente, actualmente tenemos una media de un incendio a la semana, y que algunos de ellos ocurren en plantas de gestión de residuos homologadas por el sistema de recogida de residuos de envases. Por lo que es posible que una parte de los residuos que estamos contabilizando como reciclados acaben en esos incendios.
¿Qué gana alguien prendiendo fuego a un vertedero?
Si es un
vertedero ilegal, lo único que ganamos es eliminar la prueba de que
estamos gestionando mal los residuos, como ocurrió en el vertedero
ilegal de neumáticos de Seseña que fue, en cierto modo, el que abrió la
veda para informar de estos incendios. El problema es que algunos
ocurren en gestores de residuos que son pequeñas empresas, que sufren
mucho económicamente si se pierde esa empresa y la inversión histórica,
muchas veces empresas familiares. Pero para la gestión de residuos les
sirve para perder un material al que se le tendría que encontrar salida y
que actualmente no se le está encontrando.
¿Qué opinión tienes de la nueva Ley de Residuos que está preparando el Gobierno?
La
nueva Ley debería acercarnos a los objetivos europeos y debería
ayudarnos a reducir el impacto de los envases de usar y tirar, pero el
texto del borrador que se publicó es muy benevolente con los que causan
el problema. De hecho uno de los problemas es la falta de transparencia a
la hora de conseguir datos sobre ese reciclaje y esa ley blinda esa
opacidad en los datos. Tiene dos artículos que blindan que no se tenga
que dar la información sobre la cantidad de materiales que entran al
mercado. Si yo no sé esa cantidad, difícilmente podré planificar la
recogida cuando esos materiales se conviertan en residuos y difícilmente
voy a tener un dato real de reciclaje final de todos los materiales.
Cuando hablas de esos que causan el problema, ¿te refieres a Ecoembes?
Sí,
unos de los principales actores que pervierten el desarollo
legislativo, efectivamente me refiero a Ecoembalajes España S.A.,
también conocida como Ecoembes.
Entonces estos dos artículos de
la nueva Ley de Residuos a los que te refieres evitan específicamente
que Ecoembes tenga que dar datos de los residuos que se emiten.
Efectivamente,
estos dos artículos impiden que un periodista, una organización
ecologista o un técnico medioambiental público tenga el dato básico para
saber el porcentaje de reciclaje, que es la entrada de material en el
mercado.
¿Qué sentido tiene que el Gobierno blinde algo tan
importante como el reciclaje, cuando lo gestiona una empresa que no es
pública?
No tiene ningún sentido. Yo pienso que son artículos que
se han colado de alguna manera, pero me cuesta creer que el Gobierno
pretenda que eso quede en la ley. Porque va en contra de la
transparencia y alguien que quiera hacer esos cálculos podría pensar que
hay connivencia del poder público con la empresa privada y que se está
tomando una decisión a sabiendas de que es injusta. No creo que ningún
cargo público español esté avalando artículos de una ley que blinda la
opacidad en España.
Hace tan solo unos días, Greenpeace publicaba un informe bajo el
título “Ecoembes miente” y hace un par de semanas se publicaba otro
realizado por varias organizaciones a nivel internacional, que en España
señalaba a Ecoembes como “el lobo que cuida de las ovejas”.
Claro,
Ecoembes es una sociedad anónima creada por las principales empresa que
ponen en el mercado y para cumplir un requisito legal que deben
cumplir. Ecoembes lo que hace es gestionar ese requerimiento legal que
se materializa en un importe que pagamos cada vez que compramos un
envase para que ese envase se recicle. Esas empresas tienen la
obligación de reciclar ese envase. Entonces, podría aceptar que ese
envase se lo devolvieran o pueden montar un sistema financiero como es
Ecoembes en el cual repercute el coste al consumidor y luego, también a
través de esta sociedad, devuelve a los ayuntamientos el coste de
recoger esos envases en el sistema público de recogida de envases con
los contendores amarillos. ¿Qué ocurre? Pues que todos los problemas de
opacidad que tenemos en cuanto a los residuos nacen de la opacidad de
Ecoembes. Se dice que Ecoembes es el lobo cuidando de las ovejas porque
tenemos un problema de reciclaje de residuos pero hemos puesto a una
empresa al cargo que su negocio es que cada vez se vendan más envases de
usar y tirar.
¿Qué hay detrás de Ecoembes?
El accionariado de Ecoembes son
las grandes empresas envasadoras, como Nestle, Procter & Gamble o
Coca-Cola mediante otras organizaciones de las que forma parte. O sea,
tenemos las que crean envases, las que envasan y luego también tenemos
las grandes distribuidoras de esos envases, como Mercadona, Carrefour o
DIA. Todas forman parte de esa Sociedad Anónima sin ánimo de lucro que
gestionan y toman las decisiones de todo lo que tiene que ver con el
contenedor amarillo, en cosas tan clave como qué importe se repercute al
consumidor para esa recogida. Los mismos que tendŕian que costear la
recogida deciden qué parte de su capital dedican a esa recogida.
También denuncias en el libro que, más allá de ese monopolio que tienen, funcionan como un lobby financiando todo tipo de campañas y acciones.
Cuando
empezó el sistema hace veinte años había que hacer una inversión muy
fuerte en instalaciones, contenedores para la clasificación, plantas y
camiones específicos, etc. Todo ese dinero se reclamaba al Sistema
Integral de Gestión (SIG), a Ecoembes. Cuando la gente empezó a
participar más y reciclar más en esos contenedores amarillos, pues esos
ayuntamientos necesitaban cada vez más dinero. Hubo un momento donde en
vez de seguir dando más dinero a los ayuntamientos, Ecoembes decidió
hacer como que ese sistema funcionaba perfectamente. En vez de devolver
más dinero a los ayuntamientos y aumentar las tasas que pagan los
envasadores para hacer esa recogida efectiva, empezaron a invertir en
publicidad. Si la gente cree que el sistema funciona, nadie va a
reclamar más dinero. O sea que el sistema se nos ha vuelto en contra, lo
que dice es que somos las personas las que no lo hacemos bien si no lo
depositamos en el contenedor amarillo. Esa es la presión de lobby que
ejerce Ecoembes. Hace campañas de educación en colegios, campañas de
publicidad ligadas a administraciones públicas donde sale su logo al
lado del de ayuntamientos, y se hace la foto con los mismos políticos
que deberían estar solucionando el drama de los envases de usar y tirar.
Entonces, claro, esos políticos ven un aliado verde en Ecoembes en vez
de tomar medidas drásticas como obligar a los establecimientos a que
utilicen envases reutilizables o otras menos drásticas como fomentar el
consumo de proximidad con venta de productos a granel o con envases
reutilizables.
¿Qué poder y qué margen tendría un municipio para no depender del monopolio de Ecoembes?
Lo
primero que tendría que hacer un municipio que no quiera depender de
ese monopolio es revisar muy bien el convenio que tiene firmado con
Ecoembes. Todos esos municipios donde hay contenedores amarillos
funcionan con estos convenios que suelen ser un modelo típico con un
montón de clausulas muy complejas. Posiblemente muchos de esos
municipios verían que apenas tienen capacidad para recoger un 30% de los
envases que se ponen en el mercado. Actualmente muchos municipios están
perdiendo dinero porque muchos de esos envases se están depositando en
otros lugares que no es el contenedor amarillo. Y el único sistema que
les ingresa dinero es el del contenedor amarillo, por lo que tendrían
que pedir dinero a Ecoembes por todos los envases que se recogen, no
solo por los de ese contenedor.
A partir de ahí, cambiar el sistema de recogida. Si el ayuntamiento le cobra a Ecoembes por todos los envases, podría invertir en sistema de recogidas más selectivos. Reducirían muchos costes si se separa bien todo y se reutilizaran algunos materiales que tienen mucho valor.
¿Y
qué margen tienen las comunidades autónomas? En la Comunidad Valenciana
se propuso el Sistema de Devolución, Depósito y Retorno (SDDR), pero
parece que hubo presiones para que no saliera adelante.
Las
comunidades autónomas tienen margen en el sentido en el que, aunque haya
un marco estatal, son competentes en su territorio. O sea que pueden
aplicar diferentes modelos en los que pueden profundizar que se
encuentran en esa legislación estatal. La Comunidad Valenciana empezó a
experimentar el SDDR, que está previsto en la Ley de 1997, y Ecoembes se
le echó en contra. Hizo su valer su fuerza de lobby mediante las
empresas que tiene detrás y que tienen fuerza en la comunidad para
boicotear el desarrollo de la normativa que quería impulsar el SDDR
frente al sistema de contenedor amarillo.
Tenemos la nueva Ley
de Residuos encima de la mesa, Europa obliga a la trasposición de la
directiva europea y el tema de la Economía Circular también está muy de
moda. ¿Crees que estamos en un buen momento para que se impulse el SDDR?
Estaríamos
en un buen momento, de hecho la UE lleva varios años recomendando
encarecidamente que explore nuevas formas de recoger residuos, en
particular aconsejando que se explore el SDDR y que fomente los envases
renovables y el retorno. Por lo que la ley debería ir en esa línea. ¿Qué
ocurre? Que Ecoembes no deja de boicotear otros tipos de recogida de
residuos, tal y como lleva boicoteando desde 1997. En particular lo hace
con inventos como el sistema de recompensa y devolución, que han
llamado Reciclos, en los que no cambia nada del sistema, o sea que no se
van a mejorar los ratios de recogida, pero sí que consiguen un lavado
de imagen de su contenedor amarillo con una capa tecnológica.
¿Esa campaña es la primera arma que pone Ecoembes en la mesa en su nueva lucha contra el SDDR?
Claro,
Ecoembes está entrando a los gobiernos de las comunidades autónomas con
un sistema que no se entiende muy bien y está formando a personas a las
que se les está capacitando con soluciones que son erróneas. No es una
novedad ni un cambio significativo al sistema anterior, pero los
ayuntamientos y las comunidades sienten que ya están haciendo algo,
cuando lo único que hacen es retrasar la toma de otras medidas más
efectivas para la recogida de envases. Ecoembes lo que está haciendo con
reciclos es fomentar la compra de más envases, porque el consumidor
gana puntos cuantos más envases compre. No gana puntos por devolver,
solo con escanear el código de barras ya gano puntos.
¿Qué harías con Ecoembes? ¿Qué harías con un monopolio con tanto poder?
El
sistema de recogidas de envases no puede dejar de existir, salvo que
las empresas envasadoras y lso responsables de los residuos fijaran otra
forma de recogerlo. Creo que Ecoembes va a seguir existiendo y tiene
que seguir existiendo porque es un requisito legal, es una empresa
privada que cumple el requisito legal de empresas privadas. Además no se
podría nacionalizar por la normativa vigente de la UE. Por lo que creo
es que las empresas responsables de la recogida de residuos tendrán que
tomar medidas, como por ejemplo crear otros Ecoembes para otros
materiales. Por ejemplo, si el aluminio es muy valioso pues se tendrá
que hacer una recogida selectiva del aluminio que me permita trazar toda
la cadena del aluminio, para que podamos valorar todo el ciclo de la
economía circular. Si fuera un productor lo que haría sería señalar
cuales son mis materiales más valiosos y hacer sistemas de recogida más
selectivos mediante ese contenedor amarillo u otros, o con un Ecoembes
paralelo.
Dedicas un capítulo del libro, el último, a hablar de represalias personales por parte de Ecoembes.
Yo
empecé a compartir mis reflexiones sobre este tema en un blog y en
algún momento se me deslizó el nombre de Ecoembes. A partir de ahí
empecé a sufrir represalias por su parte. En vez de ofrecer respuestas a
lo que yo planteaba, se me empezó a acusar de mentir o tacharme de una
persona exaltada y de estar resentido contra Ecoembes. Esto empezó en
2010 y en 2015, por ejemplo, se pusieron en contacto conmigo porque
querían hablar de algunos contenidos conmigo, de hecho se ofrecieron a
facilitarme los datos, pero nunca lo hicieron. Ecoembes ha censurado
públicamente mis contenidos con campañas de SEO negativo contra mi blog
intentando que Google lo entierre en sus búsquedas. Me tacharon de
resentido en mi entorno, dejando mi capacidad de análisis y mi
conocimiento en la materia en entredicho. Una organización que mueve 500
millones de euros de presupuesto prefiere matar al mensajero que
mostrar los datos que puedan justificar que estoy mintiendo.
En tu libro dices que “lo único que tiene que oler mal en el
negocio de la recogida deben ser los residuos”, o sea que defiendes que
la recogida sí que debe ser un negocio. ¿Qué modelo defenderías en un
contexto como el actual de nueva crisis y pérdida del empleo? ¿Qué
modelo podría ayudar a la recuperación económica en la próxima década?
Tenemos
un cuello de botella que es la capacidad de nuestro país de convertir
los residuos en materias primas. Durante mucho tiempo, lo que no se
convierte se está transportando a países del sudeste asiático, hasta que
China ha dicho que ya no admite más residuos y que se exporta que sean
cosas que sean convertibles en materias primas. Por lo que creo que
podemos explotar esa industria. Las corporaciones tienen el deber legal
de cubrir el coste, por lo que es el momento de exigirlo. Actualmente se
dice que el reciclaje crea empleo, pero si lo que hace Ecoembes se
hiciera bien, el reciclaje generaría el triple de empleo.
Como motor económico y como responsabilidad social, estas corporaciones deberían dejar de escatimar su obligación legal y hacer transparente y visible que están recogiendo los residuos que deben. Si realmente lo estuvieran haciendo generarían mucho más empleo en el sector del reciclaje de residuos, tendríamos muchas materias primas que se quedarían en nuestro país para generar nuevos productos de consumo o se podrían exportar. En vez de ser importadores de materias primas, podríamos exportar productos reciclados a otros países, lo que también vendría genial para nuestra balanza comercial, en vez de pagarlo a alguien para que se lo lleve que no sabemos dónde lo va a tirar. Podría ser un motor económico muy interesante a cuenta de la responsabilidad social de las empresas, en vez de ser algo tan poco transparente donde no sabemos las cifras reales de reciclado.
Cuando dices
“escatimar” en costes, no lo entiendo muy bien. Porque yo pago al
productor, que lo suma al precio del producto, y luego pago mi tasa de
basuras. O sea, lo estamos pagando dos veces.
Sí que es cierto en
que ponen dinero para que los ayuntamientos, pero cuando digo escatimar
me refiero a que ahora mismo se recicla solo el 30% de los envases, por
lo que habría que invertir tres veces más para que se reciclara todo.
Algo que se exige en Europa, por lo que es el momento de hacerlo, no
solo por el material que se recicla, sino por todo lo que he comentado
en la anterior pregunta." (Entrevista a Alberto Vizcaíno, Yago Álvarez, El Salto, 03/11/20)
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