30/5/23

Emigración española en Alemania: "Sinceramente, nunca he podido constatar esas exhibiciones de xenofobia tan evidentes e intolerables. La sensación de rechazo era simplemente silente"

 "El invierno era rudo, por utilizar un adjetivo antropomórfico, en Hannover. Tan rudo como saberte diferente de algún modo, en un sitio que no te corresponde, que no es el tuyo. Diferente cuando vas en el U-bahn, metro con una sola línea en aquella época, camino de Kröpcke, el centro social y neurálgico de la ciudad, y conversas en español. 

Diferente cuando quieres entrar en una discoteca hablando en español con tus amigos y simplemente te dicen despectivamente 'No se puede pasar'. 

Incluso me llegaron a decir que en algunas salas de baile aparecía un cartel indicando que la entrada estaba prohibida para animales y extranjeros. 

Todo esto, claro, a ojos de un niño de unos 15 años.

Sinceramente, nunca he podido constatar esas exhibiciones de xenofobia tan evidentes e intolerables. La sensación de rechazo era simplemente silente. 

En ocasiones soportaba estoicamente que, de camino a casa en el U-bahn, alguna respetable anciana -por razones bélicas obvias, en la Alemania de los 70 había más ancianas que ancianos- me dijera, al escuchar hablar otras lenguas, con complicidad y a media voz aquello de 'Que fastidio de gastarbeiter, desaliñados y hablando esas jergas'.

Asentía cobarde y desganadamente con la cabeza. Si no hablaba demasiado, mi pelo rubio y piel clara no desentonaba entra la masa poblacional autóctona."

 (José Antonio López Guerrero JAL: Virus, chicas y laboratorios. Memorias de un científico. Ed. Guadalmazán, Madrid, 2023, p. 48/9)

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