30/10/23

El conflicto Israel-Palestina es de naturaleza colonial, aunque a menudo se describe en política y prensa como una disputa nacional... Es un conflicto de un Estado poderoso contra un pueblo colonizado. Es como si aceptáramos que el conflicto entre nativos americanos y colonos blancos era una disputa entre iguales... Nuestros tatarabuelos israelíes y palestinos no pensaban en términos nacionalistas, no estábamos en conflicto... es un fenómeno muy reciente. Coincide con el ascenso del nacionalismo... desde hace poco más de cien años, Israel se estableció, y se está apoderando de todo, absorbiendo y anexionando territorios continuamente, pero los palestinos todavía están allí, resistiendo... Es la naturaleza de la lucha en la que un grupo intenta reemplazar a otro, apoderarse de su tierra. Es lo que está pasando en Palestina, lo que el sionismo siempre pretendió hacer, pretende crear un Estado judío en un país árabe... El año pasado vimos la mayor cantidad de personas asesinadas en los territorios ocupados desde hace 15 años. Este año por ahora es peor. Es una señal de que el statu quo es insostenible... un sargento o un soldado puede acabar con la vida de alguien sin consecuencias... La ocupación israelí sigue creciendo y no sé dónde nos llevará. Desafortunadamente, hay llamamientos en el Gobierno israelí no solo para la limpieza étnica, sino también para la eliminación de poblaciones. Los fallecidos son solo la punta del iceberg, hay heridos, personas que se han quedado sin casa, personas que han sido saqueadas, es un proceso sistemático

 "Rashid Khalidi (1948) ha dedicado su vida a intentar entender por qué sólo existe la justicia para unos pocos. Historiador y escritor de origen palestino-libanés, describe su tierra a través de sus propias experiencias familiares. En 1899, su tío tatarabuelo Yusuf Diya al-Khalidi, alcalde de Jerusalén, escribió una carta al padre del sionismo, Theodor Herzl, cuestionando su llamamiento a crear una nación judía en Palestina. 

Khalidi desgrana en su trabajo los eventos que se sucedieron luego. La formación de un Estado y el continuo aislamiento y represión de la población palestina. Estructurado alrededor de seis declaraciones de guerra, el historiador publica Palestina, cien años de colonialismo y resistencia (Capitán Swing, 2023), un ensayo que coincide con los meses más mortíferos de los últimos 15 años para la población palestina en Cisjordania. 

En su libro insiste en que el conflicto Israel-Palestina es de naturaleza colonial, aunque a menudo se describe en política y prensa como una disputa nacional. ¿Cree que ambos enfoques son incompatibles?

Esta perspectiva perturba la realidad porque no es un conflicto de iguales. Es un conflicto de un Estado poderoso contra un pueblo colonizado. Es como si aceptáramos que el conflicto entre nativos americanos y colonos blancos era una disputa entre iguales, nunca lo fue. 

Existe una gran distorsión en cómo hablamos de este conflicto. Se trata como si ocurriera desde hace mucho tiempo; también es falso, es un fenómeno muy reciente. Coincide con el ascenso del nacionalismo, tanto el sionismo como el nacionalismo palestino y árabe. La llegada de los británicos a Palestina se produce en 1917, el primer congreso sionista en 1897, el primer periódico palestino en 1911… Nuestros tatarabuelos israelíes y palestinos no pensaban en términos nacionalistas, no estábamos en conflicto.

¿Cree que esta percepción de un conflicto iniciado hace muchos años genera una sensación de estancamiento y falta de soluciones? Como si siempre hubiera estado allí.

Sí, pero no se trata de una anomalía, hay otros proyectos coloniales que duraron décadas. Ahora estoy estudiando el pueblo comanche. Lucharon contra los españoles, contra otras tribus indígenas, contra el Gobierno mexicano y Estados Unidos. Fueron necesarios varios siglos para vencer su resistencia y apoderarse de sus tierras. Otros procesos coloniales como Nueva Zelanda, Canadá, Australia, también se alargaron durante décadas. Si lo miramos desde esta perspectiva vemos que el de Israel-Palestina es muy reciente, hace poco más de cien años. Israel está establecido, se está apoderando de todo, absorbiendo y anexionando territorios continuamente, pero los palestinos todavía están allí, resistiendo. 

Es la naturaleza de la lucha en la que un grupo intenta reemplazar a otro, apoderarse de su tierra. Es lo que está pasando en Palestina, lo que el sionismo siempre pretendió hacer, pretende crear un Estado judío en un país árabe. 

Señala que el sionismo fue definido en sus inicios como un planteamiento inofensivo y trata de rebatir este enfoque con la carta de su tatarabuelo a Hezl. ¿Cómo se concibe hoy en día?

Es falso que en sus inicios fuera una idea inofensiva, pero se presentó al mundo como la mejor de las soluciones. El sionismo solo se puede llevar a cabo mediante la subyugación de la población palestina, no hay otra alternativa. Se concibió como una respuesta al antisemitismo europeo, pero actualmente hay otras salidas. 

Funcionarios occidentales continúan insistiendo en la solución de los dos Estados. ¿Cree que es posible?

Israel ha hecho todo lo posible para que la solución de los dos Estados sea imposible. Ha hecho todo lo posible para reducir la soberanía de Palestina. No es como tener dos bandos y que uno quiera ser independiente del otro. Hay un bando, el palestino, que quiere independencia y autodeterminación. El otro bando, está decidido a apoderarse de todo el país. Israel nunca ha aceptado la idea de la plena soberanía del Estado palestino.  

¿Pero cree que es una buena idea? 

Ojalá hubiera una resolución como en Sudáfrica, donde el colonizador acepta y comprende lo que está haciendo y donde la población indígena obtiene sus derechos. No digo que la idea de los dos Estados sea mala, ni buena. Quiero remarcar que este proyecto ha sido sistemáticamente bloqueado desde 1967 por la anexión paulatina de lo que se habría convertido, quizás, en un Estado palestino. Si hablamos de la solución de los dos Estados, ¿cómo vamos a desmantelar las acciones sistemáticas de Israel de los últimos 55 años? Si no hablamos de esto, estamos diciendo solo tonterías, esto es lo que están haciendo diplomáticos estadounidenses y europeos.

¿Qué medidas tomaría a corto plazo para encaminar el conflicto hacia una posible solución?

Lo primero es dejar claro que Israel no puede hacer estas cosas con impunidad. Tomar acciones para detener los asentamientos ilegales, acciones para terminar con la ocupación. Hay tantas cosas que se pueden hacer, y si no las haces es que eres cómplice. Europa importando bienes de los asentamientos, Europa haciendo acuerdos comerciales con Israel. Estados Unidos está dando armas. 3.800 millones de dólares en armas cada año, que ayudan a mantener la ocupación.

Tenemos que reconocer que si dices algo pero haces otra cosa, la gente ve lo que haces, en lugar de lo que dices. No puedes decir que estás en contra de la ocupación y dar armas para mantener la ocupación. O que estás en contra de un acuerdo pero no lo sancionas, ni lo boicoteas. Israel es un país poderoso, tiene armas nucleares, ha bombardeado varias capitales árabes, aterroriza a sus vecinos, es un país fuerte con una economía enorme y vibrante. Aun así, depende fundamentalmente de Europa y Estados Unidos. Todo lo que necesitan hacer es usar esa dependencia para decir “no aceptaremos que sigas haciendo lo que estás haciendo”. 

Usted es bastante crítico con la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) y con Hamás. ¿Cree que Palestina necesita un nuevo liderazgo?

Ambos liderazgos se encuentran en una bancarrota intelectual, no tienen nada que ofrecer. Saben que han fallado. Controlan enormes redes de patrocinio. Los palestinos saben que han fallado. Controlan enormes redes de patrocinio, controlan a mucha gente, pueden comprar el silencio de muchos palestinos en Cisjordania y Gaza. La opinión pública es muy hostil con ambos, por buenas razones. Es absolutamente necesario un nuevo liderazgo, una nueva estrategia, una nueva visión. Una idea clara de lo que quieren los palestinos y cómo llegar allí; estos liderazgos son completamente incapaces de proporcionar tal visión.

¿De dónde puede venir este liderazgo?

De la sociedad civil palestina, de los jóvenes, de los intelectuales, de las iglesias, mezquitas, ya sabes… la gente que creó los movimientos de boicot. Va a ser muy difícil porque los movimientos poderosos son apoyados desde afuera. La AP (Autoridad Nacional Palestina) es apoyada por Israel, apoyada por los EEUU, que entrena a las fuerzas de seguridad palestinas para reprimir al pueblo palestino, no están entrenados para protegerlos. Están entrenados para proteger a los colonos israelíes, soldados israelíes. Eso es apoyo externo y hay otros tipos de apoyo externo. Lo mismo ocurre con Hamás, obtienen el apoyo de Turquía, obtienen el apoyo de Qatar, obtienen el apoyo de Egipto. Muchos países árabes los están apoyando. Muchos países están apoyando este liderazgo ilegítimo, corrupto y en bancarrota. Esto es parte de la lucha por la democracia en el mundo árabe. Nuestros gobiernos no son representantes de nuestro pueblo. El liderazgo palestino es muy similar a estos liderazgos. Corrupto, no representativo, antidemocrático, autocrático, con apoyo externo, sin legitimidad interna.

¿Percibe algún intento de organización desde la sociedad civil?

Muy a menudo los acontecimientos nos sorprenden. Todos estaban muy sorprendidos en 2011 cuando todos vieron multitudes de personas en contra de los regímenes autocráticos. En algunos casos llevó a la caída de los regímenes, en algunos casos los regímenes lograron controlar este malestar. Fue muy inesperado, nadie lo predijo, uno no sabe de dónde van a salir estas cosas. Está claro que en Palestina hay un enorme descontento con el statu quo entre los palestinos.

¿Cree que la normalización de relaciones entre Israel y países árabes como Egipto o Catar afecta a Palestina?

Tiene un efecto en Palestina, en primer lugar, tiene un efecto en la moral palestina. Los gobiernos árabes colaboran íntimamente con un régimen colonial que los está oprimiendo. Obviamente es un evento negativo. Al mismo tiempo tenemos que recordar que estos son gobiernos antidemocráticos. Cuando un general llega a un acuerdo con israel, lo hace en contra de la voluntad de su propio pueblo, que lucha contra los mismos generales, y todos nos sentamos y no decimos nada. Los mismos que defienden con sus consignas a Ucrania están apoyando regímenes militares en esta región. 

Cómo ve la escalada de tensión desde principios de 2023: al menos 80 palestinos han sido asesinados en lo que va de año, más de 140 el pasado año.

El año pasado vimos la mayor cantidad de personas asesinadas en los territorios ocupados desde hace 15 años. Este año por ahora es peor. Es una señal de que el statu quo es insostenible. Esta es la tercera generación que crece bajo la ocupación, donde no tienen absolutamente ningún derecho. Donde un sargento o un soldado puede acabar con la vida de alguien sin consecuencias. Cualquier soldado en la ocupación militar puede hacer lo que quiera sin consecuencias. 

La ocupación israelí sigue creciendo y no sé dónde nos llevará. Desafortunadamente, hay llamamientos en el Gobierno israelí no solo para la limpieza étnica, sino también para la eliminación de poblaciones. Los fallecidos son solo la punta del iceberg, hay heridos, personas que se han quedado sin casa, personas que han sido saqueadas, es un proceso sistemático. 

En los enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad israelíes vemos a jóvenes que son parte de la tercera o incluso cuarta generación que vive en esta situación. ¿Cómo perciben estos jóvenes el conflicto?

Las nuevas generaciones tienen menos miedo, están más dispuestos a sacrificarse porque en la tierra que conocen han muerto muchos palestinos. Es trágico ver a esta juventud sacrificándose de esta manera. 

Esta generación, sus padres y abuelos crecieron bajo ocupaciones brutales con colonos que les robaron sus tierras. Está claro que hay otra generación que está harta. Israel responderá como siempre lo hace, con una fuerza masiva, no tienen nada más que el martillo. Mi sensación es que no hemos llegado al final de esto, desafortunadamente."             ( Entrevista a Rashid Khalidi, Lara Villalón, La Marea, 30/03/23)

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