29/4/08

Empatía

“Cuando apareció el cadáver de Mari Luz Cortés, experimenté un síntoma físico peculiar. Fue como si la desolación vaciara mis huesos, porque los sentí repentinamente huecos mientras contemplaba las fotos de la niña, los rostros de sus padres, las imágenes de archivo del culpable. Mi cuerpo no respondía sólo al horror. También había rabia, impotencia, tristeza y, sobre todo, compasión en el sentido más clásico del término, el impulso de ponerme en el lugar de otra madre, de sufrir con ella, lo mismo que ella.” (ALMUDENA GRANDES: Insomnio. EL País, ed. Galicia, Última, 28/04/2008)

No hay comentarios: