"A los 18 años se metió a monja católica, pero admite que era “una monja
muy mala”. En vez de seguir esa vocación, Karen Armstrong (Wildmoor,
Worcestershire, 1944), inglesa de ascendencia irlandesa, dedicó su vida a
conocer a fondo todas las creencias —cristianismo, islam, judaísmo,
budismo o hinduismo— desde fuera de los dogmas. Se alejó de la fe, pero
tampoco se define como agnóstica: su religión ahora es el estudio de las
religiones. (...)
Frente al activismo ateo, un laicismo que considera agresivo y los
crecientes recelos contra el islam, Armstrong defiende una visión
comprensiva del hecho religioso y, sobre todo, de la tendencia humana a
la búsqueda de la espiritualidad. (...) promotora de la ‘Carta por la Compasión’, un documento que aboga por el entendimiento entre culturas y credos.
PREGUNTA. Sostiene que las religiones hacen bien a la gente. Pero ¿están en lo cierto? ¿Existe un dios, un cielo?
RESPUESTA. En el mundo moderno, tenemos una
idea muy primitiva de Dios: que hay algo allá arriba que creó el mundo y
escribió un libro, que sabe las cosas y piensa como nosotros.. (...)
P. La religión ¿es una creación humana?
R. Sí.
P. ¿Y está perdiendo terreno según avanza la ciencia y el racionalismo?
R. Está perdiendo terreno en Europa, pero
Europa se está quedando muy pasada de moda en su secularismo. En otros
lugares la gente se está haciendo más religiosa, para bien o para mal.
En la religión hay de todo, como en el arte, el sexo o la gastronomía.
Hay excelente arte, o sexo, y muy malo. La idea de que la religión es
dañina no es muy inteligente. (...)
P. ¿El laicismo puede ser intolerante?
R. Sí puede serlo, como la religión, porque
somos gente agresiva. Hay quien dice que la religión está detrás de
todas las guerras, pero aquí en Occidente tuvimos dos guerras mundiales,
el Holocausto, el gulag, Hiroshima. La Revolución Francesa fue un gran momento en la historia europea pero causó miles de muertes.
P. Pero no es intolerante separar religión y política.
R. Creo que esa es una buena idea, y es una
buena idea para la religión. Porque una vez que la religión tiende lazos
con los aparatos del Estado pierde muchos de sus ideales. El problema
es que en muchas partes del mundo la secularización se hizo de forma
agresiva. El sha de Irán Reza Phalevi utilizaba a hombres armados para quitar el velo a las mujeres. (...)
Tenemos el caso de Egipto, que tuvo campos de concentración para los
Hermanos Musulmanes, o de Atatürk, relacionado con prácticas de limpieza
étnica. En muchas partes del mundo el secularismo no ha sido liberador. (...)
P. Dice que en ausencia de religión, la gente busca experiencias místicas en la música, el sexo o las drogas.
R. Buscamos experiencias trascendentes,
salir momentáneamente de nosotros mismos, en el arte, en la belleza, en
el sexo. Es algo que forma parte de la humanidad. Antes de que
existieran los museos o el disco compacto, la forma de buscar el arte
era la religión. Como el mejor arte, la religión da la posibilidad de
escapar del horror que nos rodea y buscar sentido para nuestras vidas.
P. Señala que el fundamentalismo es
un fenómeno muy moderno, una reacción a la colonización, el laicismo,
Darwin o la Ilustración. ¿De verdad nadie interpretaba literalmente los
libros sagrados en el pasado?
R. No.
P. Y dice que a los autores de la Biblia no le importaban las incoherencias. ¿De verdad no importan?
R. No. No podemos pensar que esos libros
descendieron del cielo. La Biblia es una biblioteca elaborada durante
siglos. No sabemos cuál fue el uso original de esos libros. Se
convirtieron en algo sagrado después de la caída del templo de Jerusalén
en el siglo VI antes de Cristo.
Los judíos hicieron de la Biblia su
templo. Cada vez que uno se enfrentaba a los textos sagrados tenía que
usar su imaginación para encontrar un sentido diferente para su
comunidad. Los católicos no leen mucho la Biblia. Es una colección de
libros muy difícil. (...)
La doctrina de que cada palabra de la
Biblia es cierta, como el controvertido dogma católico de la
infalibilidad del Papa, surgió a finales del XIX. Fue un deseo de
encontrar certezas en un mundo moderno en que todo se cuestionaba, como
un niño buscando seguridad.
P. Pero mucho antes de esos fundamentalismos existió, por ejemplo, la Inquisición.
R. Sí, pero eso no iba sobre la Biblia. La
Inquisición iba sobre todo sobre política interna en un tiempo en que
España se enfrentaba a la amenaza del imperio otomano, estaba en la
línea del frente, había caído Granada y el país tenía unas comunidades
musulmana y judía. Se intentó unir al país luchando contra un enemigo
común. Lo que llamamos herejía es casi siempre política.
P. Tampoco fue un fénomeno limitado a España.
R. No, lo tuvimos también aquí. La
Inquisición mató a menos gente que lo que los católicos y protestantes
mataron en Europa tras la reforma. Pero se convirtió en un símbolo del
catolicismo ante los protestantes, símbolo del horror absoluto.
P. La España de los Reyes católicos
¿perdió una oportunidad histórica de convertirse en un ejemplo de país
multicultural para Europa occidental cuando expulsó a musulmanes y
judíos?
R. Absolutamente. En España había
convivencia. Cuando se introdujeron esas medidas muchos españoles se
horrorizaron. El antisemitismo es algo característico de Europa
occidental que no tenían los musulmanes.
P. Algunos autores creen que se ha idealizado la convivencia en Al Andalus.
R. Cuando la gente convive siempre hay tensiones. Era mucho mejor de lo que ocurría en el resto de Europa.
P. La cristiandad y el islam llevaban siglos guerreando. Pero ¿cuál es el origen del antisemitismo?
R. El islam era lo que hoy son los Estados
Unidos. Estaba en todas partes. En un momento en que, tras la caída del
imperio romano, Europa cayó en un nivel muy bajo de civilización y
desarrollo, aunque no España gracias al islam.
En el siglo XIV, empezó
la modernización que nos transformó de una economía agraria en una
comercial. Eso ocurrió en las ciudades. A los judíos se les asociaba con
esa nueva economía, que fue una ruptura social.
P. Usted defiende que el Corán es un mensaje de paz.
R. Sí.
P. Y que Mahoma fue más un pacificador que un guerrero.
R. A diferencia de Jesús, Mahoma se
convirtió en jefe de Estado cuando todo Estado tenía que hacer la
guerra. Cuando fue atacado por La Meca, tuvo que combatir. La historia
dice que Mahoma levantó un imperio sobre todo mediante la diplomacia.
Nosotros en Occidente tenemos la idea de que el Corán es sobre la yihad.
La yihad y sus derivadas aparecen más de 40 veces en el Corán, solo en diez referidas a la guerra. La yihad
también es la mejora personal, compartir con los pobres. Mahoma llevó
la paz a Arabia y gestionó la unificación mediante la diplomacia.
P. Tanto en el Corán y la vida de Mahoma como en la Biblia uno puede encontrar justificaciones para la violencia.
R. El Corán tiene una actitud mucho más
positiva hacia las demás religiones que ninguna escritura hasta ese
momento. Dios le dice a Mahoma que la diversidad religiosa es parte de
su deseo.
P. ¿Qué piensa cuando grupos violentos como el Estado Islámico proclaman que son los auténticos musulmanes?
R. Mucha de la militancia en el Estado
islámico no era particularmente religiosa sino que procede del régimen
de Sadam Husein, socialista y laicista.
P. Pero ¿por qué es tan magnético el
Estado Islámico para tantos jóvenes occidentales? ¿Hay una motivación
religiosa en los que marchan a combatir?
R. Es complicado. A muchos jóvenes que fueron a la yihad contra
la Unión Soviética en Afganistán, y luego a Al Qaeda, no les movía la
lectura del Corán sino por las imágenes de sufrimiento en el mundo
islámico, en Palestina, en Líbano. (...)
No es muy distinto a lo ocurrido durante la
Guerra Civil española, cuando mucha gente viajó allí a combatir el
fascismo. La gente joven ama el combate particularmente. Para muchos es
excitante, como un videojuego, se sienten vivos.
Una de las cosas que
más motiva para la guerra es el aburrimiento. Lo entiendo porque cuando
entré en el convento miré a mi alrededor y dije: esto parece algo
grande. Quería vivir intensamente. Y muchos miembros de las comunidades
musulmanas en las sociedades occidentales no se siente en casa.
P. ¿Es la democracia compatible con el islam? Algunos lo dudan porque esa religión, en teoría, aspira a dominar la vida pública.
R. Sí lo es. Todas las religiones son así,
la idea de una religión como algo privado y personal es algo moderno.
Hasta el siglo XVIII, era conceptualmente imposible para los cristianos
separar la religión de la política. Sería como sacar la ginebra del
cóctel. Pero el islam está lleno de tradiciones que encajan con la
democracia muy bien.
Durante las manifestaciones en París [tras los atentados contra Charlie Hebdo
y contra la comunidad judía], se pedía libertad y se defendían valores
de la Ilustración, y se decía que los musulmanes no se adaptan al mundo
moderno porque no han tenido una Ilustración. La Liberté era un
valor de la Ilustración.
Pero no había libertad para los esclavos
africanos trabajando en las plantaciones americanas, ni para los nativos
americanos cuando los fundadores de EE UU se inspiraban en la
Ilustración.
Para la Ilustración, los derechos humanos eran solo para
los europeos. John Locke no solo defendía la esclavitud en las colonias,
sino el derecho del amo a matar al esclavo. Otro ejemplo: la democracia
en Egipto a partir de la independencia fue un chiste malo. (...)
P. ¿Necesita el Islam una reforma, como ha escrito la escritora holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Ali?
R. Sí, y hay movimientos en ese sentido.
Pero cuidado, porque nuestra reforma en el siglo XVI fue catastrófica
por las muertes que provocó. A veces la reforma puede ser dura, cruel e
intolerante.
Lutero no era un hombre tolerante: él odiaba a católicos,
judíos, mujeres, turcos y a cualquiera que le llevara la contraria. En
cuanto al islam, es muy difícil para la gente ser creativa cuando está
siempre a la defensiva. Es difícil encontrar el espacio.
P. ¿Es usted Charlie?
R. Sí.
P. Algunos escritores se han opuesto al premio del PEN a Charlie Hebdo por sus ofensas a los sentimientos religiosos.
R. Es triste que tengamos que expresar
nuestra libertad insultando a la gente. Tenemos que recordar que
caricaturas de este tipo han sido utilizadas en el pasado contra los
judíos antes de que empezara el holocausto, preparando a los alemanes
para el genocidio.
Es verdad que Charlie Hebdo satirizaba todo, y que gente del periódico dijo que lo último que querían era ser antimusulmanes.
P. Meterse con una religión no es exactamente lo mismo que insultar a personas.
R. De acuerdo. Pero ¿por qué hacerlo? Creo que insultar a cosas o a
personas es contraproducente. No me preocupa ese tipo de crítica, pero
sí que se fomenten estereotipos que hacen que la gente piense de
determinada manera.
En un momento en que tratamos, pero no muy en serio,
de crear una sociedad global, mostrarnos arrogantes y poco respetuosos
es peligroso. En Occidente Debemos aprender que compartimos el planeta
con iguales y no con inferiores. (...)
P. Defiende el entendimiento
interreligioso. Y sugiere a los cristianos que reconozcan a Mahoma, los
judíos a Jesús, ambos a Buda…
R. No todo el mundo está preparado para eso. Pero es arrogante decir que una sola fe tiene la verdad.
P. Todas las religiones pretenden ser la única verdadera.
R. Eso es ego humano. Como cuando decimos que nuestro país es el mejor." (
Ricardo de Querol , El País ,
20 JUN 2015)
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