28/9/10

El baile lleva la libertad



"El "nos" incluye al director de escena, Carlos Marquerie, que le acompaña en este viaje de la bailaora a la libertad. "Yo siempre parto de mi persona, y de la necesidad que tengo de decir algo que me está pasando", explica. "En este espectáculo yo necesitaba volar, me sentía enjaulada por todo: mi trabajo, por todo lo que ha acelerado mi vida, aunque haya sido una elección personal. Yo he vivido mi libertad en una jaula y en este espectáculo quería contar eso", aclara. "Hicimos un estudio sobre pájaros enjaulados, búhos, en este caso, y realmente yo vuelo, aunque no hay ningún arnés que viene a por mí y me sube, era una necesidad de liberación de movimientos".

Una liberación que implica bailar casi desnuda, en culottes, algo nunca visto en el flamenco. "Yo siempre tiendo a limpiar en el vestuario, porque hay movimientos que no se ven si no es con un pantalón, o con una falda lisa, sin que haya un volante o un tejido que te haga un brillo especial que dé sombra". La bailaora limpió tanto que casi se queda sin ropa. "No me siento cómoda, pero Carlos quería que la gente viese no solo cómo trabaja el músculo, sino cómo se mueve la carne". (Rocío Molina:'Yo sólo me dejo llevar'. El País, Babelia, 18/09/2010, p. 19)

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