7/10/10

Explicando la teoría de la evolución

"En primer lugar, ¿cuál es el estado de la “creencia” en la teoría de la evolución de los estadounidenses?

¿Cuál de las siguientes afirmaciones se acerca más a su concepción sobre el origen de la vida biológica: la vida biológica se desarrolló a lo largo del tiempo a partir de sustancia simples, pero Dios dirigió el proceso; la vida biológica se desarrolló a lo largo del tiempo a partir de sustancia simples, pero Dios no dirigió el proceso; Dios creó directamente la vida biológica en su forma actual en un momento determinado? [El orden de las respuestas era aleatorio para los distintos entrevistados].

Dios creó directamente la vida: 43%

La vida se desarrolló a lo largo del tiempo, pero Dios dirigió el proceso: 24%

La vida se desarrolló a lo largo del tiempo, pero Dios no dirigió el proceso: 18%

Ninguna/no sabe/no contesta: 16%

Estos resultados son congruentes con encuestas realizadas durante los últimos 25 años. El 67% de los estadounidenses son creacionistas o creen que Dios dirigió la evolución; sólo el 18% acepta que la evolución es, como sostienen los biólogos, un proceso carente de dirección. Entonces, ¿cuántos entrevistados saben algo acerca de la teoría de la evolución?

¿Cuánto ha escuchado o leído sobre la teoría de la evolución?

Mucho: 44%

Algo: 32%

Poco/nada: 23%

No sabe/no contesta: 2%

Ese 44% me parece muy alto, y sospecho que si se preguntara a la gente que explicara qué son la evolución o la selección natural, se descubriría que esa cifra es exagerada. En esta misma línea, los siguientes resultados constituyen una sorpresa:

A partir de lo que usted ha escuchado o leído, ¿piensa que las evidencias que respaldan la teoría de la evolución son algo que tiene una gran aceptación dentro de la comunidad científica, o cree que los científicos manifiestan serias dudas al respecto?

Amplia aceptación: 53%

Muchos científicos tienen serias dudas: 31%

No sabe/no contesta: 16%

Si hay tanta gente que conoce bien la teoría de la evolución, resulta curioso que cerca de un tercio piense que los científicos albergan serias dudas sobre la misma. A buen seguro esto refleja los sesgos religiosos de la gente o de lo que ha escuchado por parte de religiosos prominentes. Esto viene refrendado por lo siguiente:

En general, ¿considera usted que la teoría de la evolución choca con sus creencias religiosas, o considera que en su mayor parte es compatible con sus creencias religiosas? [De nuevo, el orden de las respuestas se presenta a los entrevistados aleatoriamente].

Choca con mis creencias: 42%

En su mayor parte es compatible: 43%

No sabe/no contesta: 16% (...)

De lo cual se puede concluir que está claro que la aceptación de la teoría de la evolución depende en gran medida de la naturaleza y amplitud de la creencia religiosa. Esto no sorprende a nadie (excepto, quizá, a algunos “conciliadores”).

¿Cómo puede abordarse este problema? Muchos científicos –tanto ateos como conciliadores– tratan de educar a la gente sobre qué es la teoría de la evolución y sobre las evidencias que la respaldan. Tristemente, a tenor del declive en las últimas décadas en la aceptación de la teoría de la evolución, parece que esto no funciona demasiado bien.

Discrepamos con los conciliadores acerca de la estrategia a seguir. La técnica “conciliadora” consiste en aceptar que la gente es religiosa, pero a la vez convencerla de que la teoría de la evolución efectivamente no viola su fe. Les deseamos mucha suerte con esto.

Los ateos consideramos que la propia religión, y su inclinación inherente a la superstición y aceptación de formas de pensamiento irracionales, es la raíz no sólo de la negación de la evolución, sino de una miríada de dolencias que afligen a la sociedad. Puede que nuestra estrategia sea más dura, pero tiene la virtud de desarraigar estos otros males. Como ha observado Sam Harris en su crítica al texto de Mooney y Kirshenbaum Unscientific America:

El objetivo no es simplemente que más estadounidenses acepten que la teoría de la evolución (o cualquier otra teoría) es cierta; el propósito es contribuir a que valoren los principios del razonamiento y la robustez argumental que permiten entender que la creencia actual en la evolución es verdadera.

Las dudas acerca de la evolución no son más que un síntoma de un problema subyacente; el problema radica en la fe (esto es, en la convicción sin razón suficiente, en la esperanza tomada como conocimiento, en las malas ideas blindadas respecto de las buenas, en las buenas ideas eclipsadas por las malas, en el pensamiento basado en deseos elevado al principio de salvación, etc.). Moon y Kirshenbaum parecen creer que podemos hacer que las personas den valor a la honestidad intelectual mintiéndoles.
" (Sin Permiso, 18/07/2010, citando a 'Nueva encuesta sobre ciencia y religión' de Jerry Allen Coyne)

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