"Karl Marx pudo haberse equivocado con el comunismo pero, en lo que
se refiere al capitalismo, mucho de lo que dijo resultó ser correcto,
como señala el filósofo John Gray.
Como efecto secundario de la crisis financiera, más y más gente está
dándose cuenta de que Karl Marx estaba en lo cierto. El gran filósofo
alemán del siglo XIX, economista y revolucionario, pensaba que el
capitalismo era radicalmente inestable. Tenía incorporada la tendencia
de producir auges y colapsos cada vez más grandes y profundos y, a largo
plazo, estaba destinado a destruirse a sí mismo. (...)
Marx erró en lo que se refiere al comunismo. Pero su percepción de la revolución del capitalismo fue proféticamente acertada. (...)
A un nivel más profundo, Marx entendió cómo el capitalismo destruye su propia base social: la forma de vida de la clase media.
La terminología marxista de burgueses y proletariado suena arcaica. Pero
cuando argumentó que el capitalismo hundiría a la clase media en algo
parecido a la existencia precaria de los angustiados trabajadores de su
época, Marx anticipó un cambio en la manera en la que vivimos que apenas
ahora estamos teniendo que afrontar. (...)
El capitalismo ha sido descrito como un proceso de destrucción creativa,
y nadie puede negar que ha sido prodigiosamente productivo.
Prácticamente todos los que viven en países como el Reino Unido hoy en
día reciben ingresos reales más altos de los que habrían recibido si el
capitalismo no hubiera existido nunca.
El problema es que entre las cosas que se han destruido en el proceso
está la forma de vida de la que, en el pasado, había dependido el
capitalismo. (...)
En el capitalismo del siglo XIX, la mayoría de la gente no tenía nada.
Vivían de vender su labor y cuando los mercados se debilitaban,
enfrentaban dificultades. Pero a medida que el capitalismo evolucionó
-dicen sus defensores-, un número mayor de personas se beneficiaron.
Carreras satisfactorias dejaron de ser la prerrogativa de unos pocos. La
gente dejó de tener dificultades todos los meses por vivir de un
salario inseguro. (...)
Con la expansión de la democracia y la riqueza, nadie se iba a quedar sin una vida burguesa. Todos podían ser clase media.
De hecho, en el Reino Unido, Estados Unidos y muchos otros países
desarrollados, durante los últimos 20 a 30 años ha ocurrido lo opuesto.
No existe la seguridad laboral, muchas de las profesiones y oficios del
pasado desaparecieron y carreras que duran toda la vida no son mucho más
que un recuerdo. (...)
Más y más gente vive al día, con muy poca idea sobre qué traerá el futuro.
La clase media solía pensar que sus vidas se desenvolverían en una
progresión ordenada, pero ya no es posible considerar a la vida como una
sucesión de niveles en los que cada escalón está más arriba que el
anterior. (...)
A medida que el capitalismo ha ido avanzado, ha llevado a la mayoría de
la gente a una nueva versión de la precaria existencia del proletariado
del que hablaba Marx. Los salarios son más altos y, en algunos lugares,
en cierto grado hay un colchón contra los sacudones gracias a lo que
queda del Estado de bienestar.
Pero tenemos poco control efectivo sobre el curso de nuestras vidas y
las medidas tomadas para lidiar con la crisis financiera han
profundizado la incertidumbre en la que tenemos que vivir.
Tasas de interés del 0% conjugadas con el alza de precios implica que
uno recibe beneficios negativos por su dinero y produce la erosión del
capital.
La situación para muchos jóvenes es aún peor. (...)
Cualquiera que sea la edad, la perspectiva de la mayoría de la gente hoy en día es una vida entera de inseguridad. (...)
Al mismo tiempo que ha despojado a la gente de la seguridad de la vida
burguesa, el capitalismo volvió obsoleto al tipo de persona que
disfrutaba de la vida burguesa. (...)
Cuando los ahorros se están desvaneciendo, ser cauteloso puede llevar a
la ruina. Es la persona que pide grandes prestamos y que no le tiene
miedo a declararse en bancarrota la que sobrevive y prospera. (...)
En una sociedad que está siendo transformada continuamente por las
fuerzas del mercado, los valores tradicionales son disfuncionales y
quien quiera vivir de acuerdo a ellos está en riesgo de terminar en la
caneca de la basura. (...)
Examinando un futuro en el que el mercado permea todas las esquinas de
la vida, Marx escribió en el Manifiesto Comunista: "todo lo que es
sólido se desvanece en el aire". Para alguien que vivió en la Inglaterra
victoriana temprana -el Manifiesto fue publicado en 1848- era una
observación asombrosamente visionaria. (...)
Estamos apenas a mitad de camino de una crisis financiera que pondrá
muchas cosas de cabeza. Monedas y gobiernos probablemente caerán, junto
con partes del sistema financiero que creíamos seguro.
No se ha lidiado con los riesgos que amenazaban con congelar a la
economía mundial hace apenas tres años. Lo único que se ha hecho es
obligar a los Estados a asumirlos. No importa qué digan los políticos
sobre la necesidad de frenar el déficit, deudas de la magnitud de las
que se han incurrido no pueden ser pagadas. Es casi seguro que lo que
harán es manejarlas recurriendo a la inflación, un proceso que está
abocado a ser muy doloroso y empobrecedor para muchos. El resultado sólo
puede ser más agitación política, a una escala aún mayor.
Pero no será el final del mundo, ni siquiera del capitalismo. Pase lo
que pase, vamos a seguir teniendo que aprender a vivir con la energía
errática que el mercado emanó. El capitalismo llevó a una revolución
pero no la que Marx esperaba. (...)
Tal como predijo, el mundo burgués ha sido destruido. Pero no fue el
comunismo el que cometió el acto. Fue el capitalismo el que mató a la
burguesía." (Jaque al Neoliberalismo, sábado 1 de octubre de 2011, 'John Gray: Karl Marx tenía razón', escribió este artículo para la BBC, )
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