15/12/11

Nosotros tenemos que trabajar para reconvertir la renta privada en renta social: por la socialización de la deuda, por la reactivación de la demanda y los consumos de los bienes socialmente útiles... Algunas de las consignas de la lucha de estos años, desde la renta mínima garantizada a la tasa Tobin, van ya en esta dirección

"Loretta Napoleoni, con quien coincidirás hoy en la Libreria delle Donne en Milán, en un libro de hace dos años, afirmaba que la función social de los bancos ahora sólo perdura en la finanza islámica, y que es ahí donde hemos de redescubrirla: la finanza islámica no especula.

Es cierto, en el sentido de que debemos reintroducir la solidaridad en la medida justa, a la altura de las contradicciones producidas por la crisis. La resocialización de la deuda y la función original de los bancos es un camino para doblegar a nuestro favor la financiarización de la capital, luchando en su terreno.

Sin embargo, ¿la financiarización se puede detener? ¿Se puede invertir su marcha? Has explicado muy bien que la economía financiera ya no es separable de la economía real y se basa en la implicación activa de los comportamientos y modos de vida de la gente común: los consumidores que utilizan tarjetas de crédito para las compras, los asalariados que lidian con los fondos de pensiones, la clase media ahogada por los préstamos hipotecarios, los pobres que se endeudan poniendo como única garantía su "vida desnuda".

Si es así, ¿se puede desfinanciarizar, al menos en parte, el sistema, o sólo se pueden sanear los abusos de los bancos? Si la producción y el consumo están tan entrelazados con la deuda, ¿es posible evitar una salida recesiva y depresiva de la crisis?

La desfinanciarización del capitalismo la está preparando el proprio capitalismo tanto en forma recesiva de reducción de la deuda, como acabamos de decir, lo que deprime la demanda y los consumos, como en forma de disciplina de la culpa, que deprime las existencias.

En cambio, nosotros tenemos que trabajar para reconvertir la renta privada en renta social: por la socialización de la deuda, por la reactivación de la demanda y los consumos de los bienes socialmente útiles, por la reapropiación del espacio público, por la reconstrucción de la socialidad y la felicidad colectiva.

Lo común es esto y no hay otra forma de salir de esta espiral autodestructiva de la financiarización. Algunas de las consignas de la lucha de estos años, desde la renta mínima garantizada a la tasa Tobin, van ya en esta dirección.

¿Y qué piensas de la reivindicación al derecho a la insolvencia? En los movimientos se presenta como un derecho de resistencia contra la financiarización de la vida; muchos economistas creen que es una medida demagógica; otros lo ven como una oportunidad de restablecer la soberanía nacional cancelada por la tecnocracia europea.

Creo que es justa sólo si se convierte en una medida subjetiva y contextual, no si se deja en manos de los Estados. Te pongo un ejemplo: en los Estados Unidos está madurando desde hace mucho tiempo una burbuja de becas, que equivale aproximadamente a la mitad del volumen de hipotecas de alto riesgo (subprime): en ese caso, los estudiantes y sus familias han de ejercer sin duda el derecho a la insolvencia para distinguir la deuda legítima de la ilegítima.

Sin embargo, no les confiaría a los Estados ese derecho, ni a sus veleidades para volver a hallar así la soberanía nacional perdida."             (Rebelión, 09/12/2011, 'Entrevista con el economista Christian Marazzi: Estado de la deuda, ética de la culpa,Ida Dominijanni,Il Manifesto)

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