"Sin embargo, hay quien se indigna, no está de acuerdo, y se rebela. Por suerte. ¿Qué piensas de los indignados y de Occupy Wall Street?
Para mantenernos en la estela de Foucault, éste habría dicho que los Indignados son un movimiento parrhesiasta:
un movimiento de personas que dicen la verdad.
Denuncian la hipocresía
de los mercados; desvelan que toda deuda es "odiosa", ilegítima, fruto
de la renta y la expropiación; y declaran que esta crisis la han causado
los bancos y no podemos pagarla nosotros, lo que significa afirmar la
verdad desde el punto de vista de la gente y no del mercado.
Luego, el
movimiento de Madrid ha trabajado como un espacio de democracia
absoluta, como una gran asamblea constituyente de lo común basada en el
principio de la convivencia en el espacio público: una suerte de vuelco
de la ética del miedo hobbesiano, en el que me parece bien
visible la huella femenina de la práctica en las relaciones y de una
economía del cuidado que se convierte en ecología política.
El
crecimiento del movimiento a escala europea es el único antídoto para el
proceso de deseuropeización del que hablábamos al principio. Pero el
empuje constituyente ha de darse también en formas de autodeterminación
local concretas.
Para romper el dispositivo cardinal del postfordismo,
la explotación de los saberes, el conocimiento y las relaciones, no hay
otro modo sino convertirlo en producción de lo común, ahora más si cabe
ya que la política de austeridad conllevará más privatizaciones, vender y
mal vender bienes comunes desde el agua al patrimonio cultural.
Pero
producir lo común significa organizarse a nivel local, prepararse para
gestionar en los barrios el agua, la electricidad, el transporte, los
propios bancos." (Rebelión, 09/122011, 'Entrevista con el economista Christian Marazzi: Estado de la deuda, ética de la culpa',Ida Dominijanni,Il Manifesto)
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