15/1/13

Talento y despilfarro

"Durante décadas Cuba, la Unión Soviética y sus países satélites aplicaron las palabras de Marina entrenando a las mentes más privilegiadas en unas escuelas segregadas con el fin de que ocupasen los puestos dirigentes de la política y la Administración al tiempo que a los superdotados estadounidenses se les formaba —y se les forma— en escuelas privadas para liderar el mundo de las finanzas. 

Mientras, la equitativa Europa, convencida de la necesidad de ofrecer una educación igual para todos sin caer en elitismos, ha estado mirando para otro lado. Hoy Barack Obama reclama que estas cabezas brillantes se centren también en otros campos como la ciencia o la medicina y en el Viejo Continente se plantean, en plena debacle económica, si se está malgastando materia gris sin saberlo. (...)

“Siempre se había creído que los niños que poseen sobredotación no nos necesitan, y hemos volcado toda nuestra atención en los niños discapacitados. El pediatra, como la sociedad en general, con una economía de servicios y nuevas tecnologías, debe ayudarles y no malgastar todo ese potencial humano”, reclama Gabriel Galdó Muñoz, catedrático de Pediatría Social y de la Adolescencia en la Universidad de Granada, en su artículo Superdotados I (2007). 

El Estado también se ha preocupado por los nacidos en familias desfavorecidas, pero no ha visto como un problema la sobredotación, y eso que entre el 30% y el 50% de esos chicos tienen un bajo rendimiento escolar. Descubrir superdotados entre los alumnos brillantes académicamente no es tan complicado como entre los fracasados. (...)

¿No habla la OMS de un 2,3% de la población por encima de la media intelectual? Por tanto, un profesor que se jubila debería haber descubierto entre 20 y 30 superdotados a lo largo de sus décadas de docencia. Sin embargo, raro es el educador que dice haber reconocido a más de uno.

 Y En España, con 47 millones de habitantes, 1.081.000 personas tendrían altas capacidades. Cuidado: tener una alta capacidad no significa ser un pequeño Mozart o Stephen Hawking. Esos casos tan extraordinarios son habas contadas. Hay diferentes grados de superdotación, muy pocos podrían protagonizar El pequeño Tate o El indomable Will Hunting

Se distinguen por ser unos niños observadores, sensibles, críticos, creativos, capaces de llevar varios proyectos a la vez y precoces en la madurez intelectual (que no psicológica y afectiva) y con preocupaciones sorprendentes para su edad. Por eso se sienten más cómodos entre mayores. Pero, en lo negativo, son también poco capacitados físicamente y con escasas habilidades para sociabilizar, apenas duermen y no gozan de mucho sentido del humor.

 “Son niños que mientras el resto se deja las espinillas jugando al fútbol en el patio, se dedican a leer y solo sintonizan con los que tienen sus mismas inquietudes”, explica el psicólogo Ricardo Sanmartin, presidente de la Asociación Española de Niños Superdotados, con sedes en Zaragoza y Madrid. (...)

Para no ser tachados de bichos raros muchos tratan de ocultar su superdotación. “En especial las chicas, que dan más importancia que los hombres a la parte afectiva, social. Por eso el 80% de los superdotados que se someten a nuestros test son chicos. Lo que no significa que ellos sean más listos”, continúa Sanmartín. El pediatra Galdó Muñoz comparte esta idea en su artículo:

 “Las chicas son más imaginativas, intuitivas, y conceden mucha importancia a las relaciones interpersonales. Aprecian poco la atmósfera de competición y de individualismo. Dan prueba de un nivel de reflexión y de curiosidad intelectual igual al de los niños y, a pesar de ello, temen la aceleración del aprendizaje y las situaciones de competición, prefieren las relaciones interpersonales. Se interesan menos en su instrucción en la adolescencia, o incluso sufren regresión intelectual en la edad adulta”.

Una “regresión intelectual” de los superdotados que muchas veces, coinciden los expertos, pasa inadvertida para su profesorado. “Se les confunde porque se desconocen sus ritmos de aprendizaje. Eso les provoca frustración, falta de atención, hiperactividad, dolencias somáticas.

 Así que muchas veces son tratados por los síntomas, y no por la verdadera raíz que lo produce: su alta capacidad”, denuncia Alicia Rodríguez, presidenta de la Asociación Española para Superdotados y con Talento. Rodríguez, madre de un superdotado, se queja de que no se valoren los diagnósticos privados, ni de la Asociación Mundial para la Salud Mental Infantil. “Es donde acudimos los padres ante los problemas que manifiestan nuestros hijos”, dice.

La incomprensión de las Administraciones provoca que los superdotados con recursos económicos opten por estudiar en países en los que no hay obstáculos para entrar en la universidad antes de tiempo, en especial Estados Unidos. (...)

Parece complicado conseguir resultados positivos con estos niños que se aburren en clase cuando el ratio de alumnos por aula sube y baja el número de orientadores en los centros por los recortes en el sector. 

“Si entre ESO, Bachillerato y FP hay 1.000 alumnos y dos orientadores es imposible que estos conozcan bien los casos individuales”, alerta Regadera, que incide en la importancia de la labor de los profesores. Para ayudarles a diagnosticar y tratar casos de superdotación él, licenciado en Pedagogía, organizó unos cursos que en su día fueron presenciales y hasta el año pasado se impartían online

“Este año no se han programado”, explica sin entrar en conjeturas. “El problema es que los profesores se interesan en un momento determinado para ocuparse de un niño en clase, pero cuando pasa de curso lo dejan. Ocurre igual con los padres. Están muy motivados en las primeras etapas educativas y luego lo abandonan”, explica el autor de La delgada línea azul de la inteligencia (Brief, 2011)."       (El País, 01/01/2013)

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