5/2/13

¿Cómo interpretar la crisis y la realidad actual del capitalismo?

"¿Letargo económico o implantación de una economía rentista a escala planetaria? Desde hace tiempo el economista estadounidense Michael Hudson viene alertando que la dominación del capital financiero y de los monopolios ha sustituido el capitalismo industrial por un “neofeudalismo” que lleva directo a un régimen de servidumbre (1).

Esto se confirma por lo que el periodista Ryan McCarthy de la agencia Reuters, en su crónica “A handy guide to Davos-speak” (25 de enero 2013), escribe sobre esas frases típicas de Davos (La impaciencia por el crecimiento realmente necesitará de paciencia; 

No crecimiento, dinero fácil ¿la nueva normalidad?), señalando que cuando constantemente la elite de Davos habla de un “plan de crecimiento” o de “restaurar el crecimiento”, lo que están diciendo es que “ninguno de ellos ve una industria en particular que aumentará el ritmo de crecimiento para hacerse más ricos. Y que, como resultado, habrá menos trabajos para el resto de nosotros”.

Y reproduce lo que dijo Ray Dalio, que dirige Bridgewater, el más importante fondo de cobertura de riesgo (hedge fund): en una economía global que ha pasado la crisis y está muy endeudada, el crecimiento económico no puede sustentarse en deuda, como lo fue durante las pasadas décadas.

 Las economías están en proceso de desendeudarse, la deuda no aumentará más rápido que los ingresos, y la manera primaria mediante la cual las grandes económicas pueden crecer es aumentando la productividad.

McCarthy nos dice que Dalio amplió un poquito lo que quería decir: la gran conversación en política y economía será sobre cómo extraer más de los trabajadores –en otras palabras, el crecimiento no vendrá de la próxima Internet, del próximo auge en el mercado inmobiliario o de cualquier nuevo activo.

 Esto significa, dijo Dalio, duras decisiones a tomar sobre cuestiones como “¿Cuán larga deben ser las vacaciones?, o ¿Qué es una buena vida?”. Traducido este “lenguaje de Davos” al lenguaje común, según McCarthy, lo que Dalio está diciendo es particularmente terrible para el resto de nosotros. Cuando los más exitosos inversores del mundo nos dicen que el crecimiento económico dependerá de si tomamos o no nuestras vacaciones, es tiempo de preocuparse. (...)

En las conclusiones del citado trabajo de Hudson, el economista estadounidense explica la dinámica de este proceso: Mientras las economías se contraen, el sector financiero se enriquece convirtiendo sus títulos o certificados de deuda –lo que los economistas del siglo 19 llamaban el “capital ficticio” y que más tarde pasó a llamarse capital financiero-, en apropiación de la propiedad.

 Esto hace que una deuda que alcanzó niveles irrealistas, porque no hay manera de que pueda ser pagada bajo las existentes relaciones de propiedad y de distribución de los ingresos, se haya convertido en una pesadilla viviente. (...)

El economista Michael Hudson explica, en el citado trabajo, que la guerra económica actual no es como la librada hace un siglo entre los trabajadores y sus empleadores industriales.

 La finanza se movió para capturar la economía en toda su amplitud, industria y minería, infraestructura pública (vía la privatización) y ahora hasta el sistema de educación (la deuda de los estudiantes por un billón de dólares excede la deuda de tarjetas de crédito en 2012). 

De lo que se trata es de “endeudar a los gobiernos, lo que da a los acreedores una palanca para apropiarse de tierras, infraestructuras públicas y otras propiedades del dominio público. Endeudar las empresas permite que los acreedores se apropien de los ahorros para la pensión de los empleados. Y endeudar a los trabajadores significa que ya no será necesario emplear a rompehuelgas para atacar a los organizadores de sindicatos y a los huelguistas”.  (...)

Las cifras citadas por Hatton muestran que los salarios de una cuarta parte de los empleos en EE.UU. son inferiores a la “línea de pobreza” trazada por el gobierno federal -23 mil 50 dólares anuales- para una familia de cuatro personas, y agrega que además de ser mal pagados esos empleos son temporales e inseguros, y que es esta categoría de empleos temporales la que más empleos proporcionó a la economía estadounidense en los últimos tres años, según los datos de la American Staffing Association, que representa las diversas “agencias de reclutamiento” de mano de obra para trabajos temporales."             (Alberto Rabilotta, ALAI AMLATINA, Rebelión, 31/01/2013)

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