" Por un lado, resulta que en España, según los datos de Global Enterpreneurship Monitor, la
tasa de emprendimiento (el porcentaje de personas que inician un
negocio con respecto al total de la población en edad de trabajar) es
superior a la de países como Alemania o Francia.
Esto contradice
totalmente la idea de que cuantos más emprendedores tengamos en nuestra
región, menor tasa de paro sufriremos, puesto que esos dos países
presentan una tasa de paro muy inferior a la de España (5,4% en el caso
de Alemania, y 11,0% en el de Francia).
Por otro lado, los datos demuestran que la mayor parte de las
empresas creadas terminan desapareciendo, debido a la imposibilidad de
desarrollar su actividad en un entorno enormemente competitivo en el que
otras empresas (fundamentalmente las grandes) se hacen con todo el
mercado.
Tener más emprendedores en una región no es garantía de
nada, porque lo importante no es crear empresas sino que éstas
sobrevivan a la feroz e injusta ley de la selva marcada por la
competencia empresarial desregulada.
Sirva una constatación empírica
para reforzar esta tesis: cuando analizamos el vínculo que existe entre
emprendimiento y renta per cápita nos encontramos con que no hay
ninguna interrelación evidente.
Dos regiones con la misma renta pueden
tener tasas de emprendimiento radicalmente distanciadas, y al revés (dos
regiones con tasas de emprendimiento iguales pueden tener rentas
extremas entre sí).
Es decir, no existe ningún motivo de peso para pensar que uno de los
factores explicativos de la elevada tasa de desempleo andaluza sea una
reducida presencia de emprendedores en nuestra región. Ahí no reside el
problema.
El problema tampoco reside en que los andaluces seamos reacios a
aceptar trabajos con condiciones laborales desfavorables, como algunos
otros sostienen (especialmente haciendo referencia a trabajos temporales
en el campo). Todo lo contrario, existen estudios que demuestran que
los andaluces somos menos exigentes a la hora de aceptar una oferta de
empleo que buena parte del resto de los españoles.
De ello se deduce
que la menor probabilidad de abandono del desempleo no se basa en un
problema de aceptación de las ofertas recibidas, sino en un problema de
falta de llegada de ofertas de empleo.
Y esta escasez de ofertas de empleo se debe al reducido y frágil
tamaño del tejido productivo andaluz. Si no tenemos las bases ni el
esqueleto económico que nos permita producir bienes u ofrecer servicios
de calidad, no podremos generar una actividad económica sólida y
diversificada que permita crear numerosos puestos de trabajo.
Si en
Andalucía tenemos más paro que en otras regiones se debe
fundamentalmente a la debilidad y estrechez de nuestra estructura
productiva. Mientras nuestra región se caracterice por tener un
tejido industrial pobre que no pueda generar importantes “efectos
arrastre” sobre el resto de actividades económicas, no importará lo
emprendedores que seamos, lo formados que estemos, lo currantes que
seamos, o las buenas intenciones que tengamos; seguiremos sufriendo
altas tasas de desempleo." (Eduardo Garzón, 25/06/2013)
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