10/2/14

El factor responsable del hecho diferencial catalán y alemán es el modelo de familia troncal basada en la autoridad paterna y el reparto desigual de la herencia en beneficio del primogénito

"(...) Lo cual plantea inquietantes enigmas culturales, entre los que destaca la súbita conversión de los catalanes al nacionalismo étnico, victimista y antiespañol. ¿Cómo es posible que el pueblo más culto, moderno e ilustrado de la península Ibérica haya caído en semejante regresión irracional?

 Algunos podrían pensar que tal ensoñación ilusoria solo resulta explicable por la eficaz propaganda de unas élites políticas que explotan la credulidad del pueblo catalán para desviar la atención de su propia ejecutoria neoliberal. Pero con esta interpretación regresamos al punto de partida, pues sigue sin entenderse cómo la población española más escolarizada y de mayor desarrollo cívico haya podido caer víctima de tanta manipulación. 

Y en seguida surge como precedente lo que una historiadora catalana (Rosa Sala Rose) llamó “el misterioso caso alemán”: ¿cómo se entiende que el pueblo más avanzado de Europa inventase el nacionalismo völkisch? Al decir esto, no pretendo recurrir a la llamada “banalización del nazismo”, pues de ninguna forma cabe pensar que el catalanismo pudiera caer nunca en la criminalidad nazi.

 Pero sí deseo subrayar la flagrante contradicción que existe entre una sociedad vanguardista que en lo material y lo cultural siempre ha estado a la cabeza de España, como es la catalana, y una ideología política tan regresiva e involucionista como es el nacionalismo völkisch: un caso típico de lo que Jeffrey Herf llamó modernismo reaccionario.

Y la explicación que me parece más plausible del enigma catalán es la misma que la del misterioso caso alemán: el factor responsable del hecho diferencial catalán y alemán es el modelo de familia troncal (también genuino de la comunidad foral vasconavarra), basada en la autoridad paterna y el reparto desigual de la herencia en beneficio del primogénito con exclusión del igualitarismo fraterno. 

Pues, tal como ha argumentado el demógrafo histórico Emmanuel Todd, este tipo de familia da lugar a una antropología política basada en el diferencialismo particularista y el autoritarismo jerárquico, típicos del nacionalismo völkisch. 

 Y esto explica tanto la insolidaridad de la Alemania de Merkel con el resto de la Unión Europea como la negativa de los catalanes a compartir la caja común española del igualitario café para todos.

Pues bien, esta interpretación basada en el tipo cultural de familia troncal también permite explicar que, a la hora de plantear su demanda de secesión, las élites catalanas la formulen como un divorcio unilateral y contencioso, en lugar de inspirarse en el divorcio de mutuo acuerdo.

 Es lo que se ha denominado impropiamente la deslealtad del soberanismo catalán en su propuesta de consulta secesionista, pues en lugar de pactar la pregunta (y las reglas del referéndum) con el Gobierno central, como se ha hecho por ejemplo en el caso escocés, se ha preferido imponerlo unilateralmente por anticipado, sin consultarlo con la otra parte afectada, según la fórmula anunciada el pasado 12 de diciembre.

 Esta deslealtad unilateral, que revela su contenciosa premeditación, es la que obligó al PSC a retirarse de la consulta del derecho a decidir. (...)"                (EL PAÍS 31/12/13, ENRIQUE GIL CALVO, en Fundación para la Libertad)

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