"(...) Esta semana estamos hablando del muy popular libro del economista
francés Thomas Piketty. Es un libro de 700 páginas sobre el asunto de la
desigualdad de ingresos. ¿Qué le parece que tanta gente esté hablando del
libro? ¿Qué es lo que ha suscitado tanto interés?
Las estadísticas. El libro
demuestra que la desigualdad de riqueza es ahora mucho más grande que la
desigualdad de ingresos, porque si tienes un ingreso tienes que pagar impuestos
por ese ingreso, y a los ricos, el 1 por ciento, no les gusta pagar impuestos;
así que gastan el grueso de sus ingresos. Lo gastan en forma de intereses, lo
gastan en forma de depreciación.
Hay muchas formas de gastar. Pero lo que
Piketty muestra estadísticamente para
prácticamente todos los países es no sólo que el ingreso y la riqueza se
están separando más y más (el 1 por ciento, frente al resto de la economía), no
sólo que el 10 por ciento de la población se hace más rico que la mitad baja, o
que el 20 por ciento más bajo, sino que el 1 por ciento atesora el grueso de la
riqueza y controla los mercados mundiales de renta variable [básicamente,
acciones en bolsa] y de bonos de renta fija [principalmente, de deuda pública].
Y que desde 1980 se ha producido un giro radical. Y que el 1 por ciento ha
comprado los Estados, como si los Estados fueran una especie de fábrica con la
que puedes hacer beneficios. Y siempre puedes hacer muchos más beneficios
comprando un Estado que comprando propiedades inmobiliarias o bienes raíces. Y
así es como hemos terminado en una oligarquía.
Es verdad que mucha gente venía
diciendo estas cosas, pero lo que ha hecho Piketty es demostrar que se han dado
en todos los países desde 1980, desde que Reagan y Margaret Thatcher lanzaron
toda la revolución neoliberal, la revolución a la que están ahora prestando su
apoyo el gobierno de los EEUU, la Eurozona, el FMI y el Banco Mundial: todo
este neoliberalismo y los llamados mercados libres lo que son realmente es una
expropiación de propiedades perpetrada por los ricos.
Y Piketty demuestra que,
dada esa expropiación, es imposible lograr más igualdad mientras toda esta
riqueza que se está acumulando en la cúspide del 1 por ciento sea heredable y
pueda seguir creciendo y creciendo mediante la trasmisión patrimonial. Así
pues, lo que ha hecho, básicamente, es describir los síntomas de lo que anda
mal.
Y la gente se alegra mucho de que al menos él haya descrito bien los
síntomas de lo que todo el mundo ya sabía, pero nadie se había molestado en
dedicar los tres o cuatro años de trabajo que lleva componer todos los gráficos
y cuadros estadísticos que Piketty ha sido capaz de reunir.
Se diría, entonces, que Piketty se ha concentrado en el estudio del 1
por ciento. ¿Quér pasa con el 99 por ciento restante? ¿Qué cree usted que falta
en la argumentación de Piketty?
Bueno, el 1 por ciento se ha
hecho rico por la vía de tener al 99 por ciento endeudados. En substancia,
usted tiene una economía en la que los Estados y las empresas, los propietarios
de vivienda, los usuarios de tarjetas de crédito y las gentes matriculadas en
estudios académicos, todos tienen que incurrir en deuda: endeudase para poder
estudiar; endeudarse hipotecariamente; endeudarse con las tarjetas de crédito,
los consumidores; con títulos de deuda privada, las empresas… Y todo eso va a
parar al 1 por ciento.
El 1 por ciento n conseguiría todos esos ingresos, ni
acumular toda esa riqueza, si no fuera el tenedor de la deuda del 99 por
ciento. Tiene usted, así pues, una polarización. No tendría usted un proceso de
enriquecimiento del 1 por ciento, si no hubiera una vía explotadora que permite
que el 99 por ciento termine en situación de dependencia.
No es verdad que el 1 por ciento
esté ganando dinero del modo que dicen… Ya sabe usted, se presentan como
creadores de puestos de trabajo, como si estuvieran generando prosperidad…
Pero
no están generando prosperidad, lo que están haciendo, mucho más que beneficios
propiamente dichos, es obteniendo intereses y rentas económicas. Se están haciendo
ricos de maneras explotatorias, no de una forma productiva que ayudara a la
economía a crecer y a aumentar los niveles de vida.
¿Qué soluciones propone Piketty?
Bueno, la primera solución que
propone es que se paguen impuestos… Toda esta riqueza en la cúspide ha sido
heredada. Y desde la revolución de Reagan y Thatcher se han librado del
impuesto a la sucesión. El 1 por ciento dice: pensad en las familitas que
quieren dejar una pequeña herencia a sus hijos; ¡no las carguéis con impuestos!
Y da pasada, libradnos a nosotros de pagar impuestos por nuestros miles de
millones de dólares, que así las familitas de clase media tal vez consigan
tener su propia casa, etc. De modo que esa riqueza se hereda y crece y crece.
Bueno, pues lo primero que quiere Piketty es un impuesto a la transmisión
patrimonial.
Lo segundo que propone es más
problemático. Viene a decir; bien, tal vez podría haber un impuesto a la
riqueza a escala planetaria, porque, después de todo, las familias ricas en
Norteamérica tienen sus dinero en paraísos fiscales o en bancos suizos, o
caribeños. Quiere, pues, un impuesto general a la riqueza. Y eso es lo que se
la ha criticado, porque no ha ido a la raíz de lo que está generando esta
polarización.
Y usted, Michael, ¿cómo pondría por obra algo parecido?
Bueno, los neoliberales están
enamorados de Piketty por eso. Por eso Krugman ama a Piketty. Su propuesta es
irrealizable. Ha escrito un libro sin soluciones, y a los chicos de la libre
empresa eso les gusta. Al 1 por ciento le traen al pairo las críticas, mientras
no haya solución al problema detectado. (...)
Pero sí querrá usted fiscalizar al grueso de la gente rica, que no gana dinero con ingresos, sino con los mercados de valores al alza, con los precios de los bonos al alza, con todos esos activos hinchados con que la flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal ha estado inundando el mercado. De modo que lo primero que hay que hacer es elevar mucho los tipos impositivos marginales a las ganancias de capital.
Elevar mucho quiere decir
acercarlos al 100%, porque no son ingresos ganados; son ganancias
inflacionarias. Ahora mismo, toda la economía consiste en ganancias de capital.
Si, por ejemplo, ganas un millón de dólares, ganas –como ha dicho de sí mismo
Warren Buffett— cientos de millones de dólares. Buffett –lo ha dicho él mismo—
paga tipos marginales inferiores a los de su secretaria. ¡Todo el sistema
fiscal es una pifia.!
Lo que Piketty ni siquiera
sugiere es librarse de impuestos regresivos al salario como los dispuestos por la
FICA [Ley Federal de Contribución Obligatoria a los Seguros, por sus sigas en
inglés; T.], que obliga a todo el mundo ahora a pagar más del 15% de su
salario. Este es un impuesto regresivo. Habría que quitarlo.
Pero, y sobre todo: Piketty no
habla de la reestructuración total que es el meollo de esta revolución
neoliberal, que son las privatizaciones. No critica la privatización. Y el
grueso de esa riqueza del 1 por ciento, que no ha dejado de crecer desde 1980,
es, todo debidamente considerado, el resultado de la privatización del dominio
público y de los servicios
públicos, de cosas que hace 100 años todo el mundo esperaba que fueran
servicios públicos: carreteras, ferrocarriles, transporte público, sistemas de
telefonía, sistemas de radiodifusión. Ahora que se han convertido en
monopolios, los ricos ganan dinero con rentas monopólicas.
Y la solución no es dejar
simplemente que los ricos exploten al 99%, incrementando a su buen placer los
precios que usted paga por el cable, por la refrigeración, por el transporte;
es desprivatizar esos activos, devolverlos al dominio público, de manera que
puedas suministrar a la gente servicios públicos básicos a precios muy bajos, y
no a los precios extorsionadores que exige ese 1 por ciento que no ha hecho, en
substancia, otra cosa que desahuciar a los Estados y expropiar el dominio
público.(...)" ( De lo que Thomas Piketty no habla: el origen de las desigualdades en el capitalismo de nuestro tiempo. Entrevista
Michael Hudson, Sin Permiso, 31/08/2014)
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