"Cómo encajaría la RB en el ciclo económico actual de crecimiento estancado o ficticio
Sabido
es que los Estados con unos sistemas fiscales más potentes, con mayor
presión fiscal y menos dependientes del ciclo han resistido mejor a la
crisis. A corto plazo, la RB es anticíclica puesto que mantiene los
recursos más estables precisamente en la capa de la población que
soporta más el consumo interno y por lo tanto la demanda interna,
principal motor económico cíclico.
Si nos situamos en una hipotética
situación de expansión, al crecer la renta per cápita también lo haría
la RB (si está indexada con el umbral de la pobreza, por ejemplo), lo
que también frenaría las desigualdades de renta con un sistema fiscal
reformado como del que se habla más adelante.
RB y empleo: efectos sobre el mercado de trabajo.
Para abordar los efectos de la implantación de una RB sobre el
mercado de trabajo (efectos que también dependerán de la cuantía de la
RB) deben contemplarse al menos: los incentivos del trabajo asalariado,
el autoempleo, el trabajo asalariado a tiempo parcial y los incrementos
salariales de determinadas ocupaciones, y las reducciones salariales de
otras.
Como resultaría muy largo extenderme en cada uno de estos
aspectos (lo hice entre otros sitios en el libro Las condiciones materiales de la libertad,
El Viejo Topo, 2007), me limitaré a un aspecto que considero de mucha
importancia: el incremento del poder de negociación de los trabajadores.
Además, la RB supondría, en caso de huelga, una especie de caja de
resistencia incondicional cuyos efectos para el fortalecimiento del
poder de negociación de los trabajadores son fáciles de calibrar.
En
concreto, el hecho de que en caso de conflicto huelguístico los
trabajadores dispusiesen de una RB permitiría afrontar las huelgas de
una forma mucho menos insegura que en la actualidad: a día de hoy,
dependiendo de los días de huelga, los salarios pueden llegar a
reducirse de forma difícilmente soportable si, como acostumbra a ocurrir
para la inmensa mayoría de la clase trabajadora, no se dispone de otros
recursos.
Los que me resultan incoherentes son los que oponen un hipotético y
muy a largo plazo pleno empleo como alternativa a la RB. Una alternativa
que, vamos a ser optimistas, nadie contempla antes de 20 años, ¿es una
alternativa sensata para las personas que han visto cómo sus condiciones
de vida y de trabajo quedaban pulverizadas en estos últimos años?
Pregunta en boga tras la respuesta de Pablo Iglesias en la televisión. ¿Las élites también cobrarían la RB? reformulación un poco más seria: ¿por qué es imprescindible su universalidad (a pesar de que pueda distorsionar el debate)?
Bueno, aquí hay más de una cuestión. Hasta donde me han informado, es
cierto que Pablo Iglesias no ha contestado muy acertadamente a esta
pregunta. No tiene la obligación de saber a fondo determinados aspectos
de la RB, pero creo que sí la tienen sus asesores económicos. Claro que
hasta donde yo sé algunos son muy contrarios a la RB y entonces quizás
poco puede esperarse por este lado. Estos economistas apuestan más bien
por rentas mínimas de inserción y cosas parecidas.
Veamos. Las personas más ricas también cobrarían la RB (si hablamos
de universalidad quiere decir justamente esto), pero deberían aportar
mucho más de lo que recibirían como RB. La pregunta reiterada una y mil
veces era, hasta que se murió, ¿Emilio Botín debe cobrar la RB? Como los
muertos no cobran, al menos legalmente, ahora la pregunta es por su
hija.
Hay dos grandes grupos de personas que hacen esta pregunta: los
que no tienen puñetera idea de cómo se financia, que forman el grupo de
los no mal intencionados, y el grupo de los que teniendo una cierta idea
de cómo se financia la RB, saben que con esta insinuación levantan
pasiones contrarias. Son los charlatanes en el preciso sentido de Harry
Frankfurt: el charlatán no es necesariamente un mentiroso, simplemente
no le interesa si lo que dice o insinúa es verdad o mentira.
Frankfurt
aseguraba que “una actitud displicente hacia la verdad es más o menos
endémica entre el colectivo de publicistas y políticos, especies cuyos
miembros suelen destacar en la producción de charlatanería, mentiras y
cualquier otro tipo de fraudulencia e impostura que puedan imaginarse”.
Yo añadiría entre el grupo de charlatanes à la Frankfurt a
muchos economistas de derechas y algunos de izquierdas. Y entiéndase
bien, no porque estén en contra de la RB (al fin y al cabo, poco de
nuevo se aporta contra la RB que no se haya dicho a lo largo de los
últimos 30 años), sino por la forma visceral de oponerse que tiene más
relación con los prejuicios que con las razones.
En cuanto a la universalidad, hay muchas razones. Citaré algunas
pocas: porque evita la estigmatización de los perceptores, porque
también impide la intromisión en su vida, porque ahorra muchísimos
recursos en costos de administración que pueden ser empleados en
aspectos mucho más interesantes, porque evita la discrecionalidad,
porque mitiga algunas tentaciones del pequeño fraude fiscal, porque así
es una medida esencialmente preventiva de la exclusión.
Es únicamente una prestación monetaria o tiene que acompañarse de otros derechos (acceso a sanidad pública, seguridad social, etc).
La RB no es contra el Estado de bienestar. En el programa de Podemos,
que es la organización que junto con Anova y Bildu ha entendido mejor
las potencialidades de la RB, en las últimas elecciones europeas se
podía leer: “Derecho a una RB para todos y cada uno de los ciudadanos
por el mero hecho de serlo y, como mínimo, del valor correspondiente al
umbral de la pobreza con el fin de posibilitar un nivel de vida digno.
La RB no reemplaza al Estado de bienestar, sino que trata de adaptarlo a
la nueva realidad socio-económica. Sustitución de las prestaciones
sociales condicionadas menores a la cuantía de este ingreso básico.
Financiación a través de una reforma progresiva del IRPF y de la lucha
contra el fraude fiscal.”
Adviértase: “No reemplaza al Estado de bienestar”. Es más, debería
reforzarse la educación y la sanidad públicas, sin duda. La RB no
pretende hacer frente a todos los problemas derivados de un sistema
económico depredador y regulado de forma muy favorable a la minoría
rica.
Hay problemas que deben ser enfrentados mediante otras medidas de
política económica. Creo que esto está claro para muchos aunque hay
quien todavía argumenta que la RB no acabaría con el capitalismo.
¡Cielos! ¿Es que seriamente alguien puede decir lo contrario?
¿Se puede financiar?
Jordi Arcarons, Lluís Torrens y yo hicimos un estudio para financiar la RB en Catalunya y en Guipúzcoa.
Ahora disponemos de una muestra de casi dos millones de IRPFs del
conjunto del Reino de España. Esperamos mostrar en breve cómo se puede
financiar una RB para el conjunto del Estado y creemos que puede centrar
el debate racionalmente.
Nuestro objetivo es que se pueda debatir en
serio. No a partir de las astracanadas del tipo “una renta básica de
tanto multiplicada por 47 millones de habitantes da como resultado
tantos miles de millones que a su vez representa un tanto por ciento del
PIB… con lo que es imposible de financiar”. Argumento emotivo pero
desmañado que es repetido hasta la saciedad.
En el mundo en el que
vivimos, debatir en serio quizás sea pretender demasiado, pero lo
intentaremos. Este proyecto de financiación de una RB puede ser el
medio. Nos gustará saber dónde hemos cometido errores, cómo se puede
perfeccionar…
En el XIV simposio de la RB
que se celebrará en Fuenlabrada el próximo 29 de noviembre, en donde
habrá académicos y economistas de IU-ICV, PSOE, Podemos… quizás
lleguemos a tiempo para ofrecer algún avance de este estudio. En todo
caso, antes de acabar el año es casi seguro que tendremos los resultados
más importantes.
¿Por qué una RB?
Porque me parece que en una economía monetaria del siglo XXI es la
mejor manera de garantizar la existencia material a toda la población,
lo que incrementaría la libertad de la inmensa mayoría. Entiendo que
esta simple posibilidad intimide a los que se benefician de una
situación en la que la mayoría no rica tiene cada vez más atacadas las
condiciones materiales de la libertad." (Daniel Raventós, Diagonal, 18/11/2014)
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