"(...) -Se le ve sonriente. ¿Todavía encuentra razones para ser optimista?
-Bueno,
algunas hay. Aunque no faltan tampoco para ser pesimista. La Humanidad
tendrá que decidir, y no a largo plazo, si quiere sobrevivir u olvidar
dos enormes e inminentes amenazas: una es las catástrofes
medioambientales, la otra es la guerra nuclear.
El Boletín de los Científicos Atómicos,
que ha sido el principal monitor de cuestiones nucleares y estratégicas
durante muchos años, publica un famoso reloj del “Juicio Final”.
Determina la distancia a la que las manecillas del reloj deberían estar
de la medianoche. Y acaban de adelantarlo a tres minutos del final. Es
lo más cerca que hemos estado desde la Crisis de los Misiles de Cuba. La
amenaza nuclear sigue aumentando; siempre ha sido significativa, y es
casi un milagro que escapáramos de ella.
En este momento, EEUU está
dedicando un billón de dólares a modernizar y poner al día su arsenal
nuclear. El Tratado de No Proliferación Nuclear nos obliga a
comprometernos a eliminar estas armas, a mostrar signos de querer
eliminarlas. No hay nada de eso. Rusia sigue su carrera, y algunas
potencias menores también.
-Pero casi nadie habla de ello.
-No
se habla mucho, salvo algunos analistas estratégicos, expertos
económicos y otra gente preocupada por estas cuestiones. Pero hay
amenazas muy serias. Una es el conflicto en Ucrania. Uno confía en que
las potencias se frenarán, pero viendo los antecedentes no es en
absoluto seguro.
Sólo un ejemplo: a principios de los años 80, la
Administración Reagan decidió sondear las defensas rusas. Así que
simularon ataques por tierra y aire, incluyendo armas nucleares. No
dijeron a los rusos lo que estaban haciendo porque querían provocar no
un simulacro sino una alerta real. Fue un momento de extrema tensión.
Reagan acababa de anunciar iniciativas estratégicas de defensa como la guerra de las galaxias, pero
los analistas de ambos bandos lo interpretaron como un arma de primer
ataque. No es un misil defensivo, si en algún momento llega a funcionar,
sino una garantía para lanzar el primer ataque.
Ahora, conforme los
archivos rusos se han ido haciendo públicos, la Inteligencia de EEUU ha
reconocido que la amenaza fue extremadamente seria. De hecho, un informe
reciente asegura que casi estalla la guerra.
-Así que estamos vivos de milagro.
-Vuelvo
a su pregunta inicial… ¿Optimismo? Es siempre la misma historia.
Siempre, no importa cómo juzgues lo que está pasando en el mundo,
tienes, básicamente, dos opciones. Puedes decidir ser pesimista, decir
que no hay esperanza y abandonar todo esfuerzo, en cuyo caso contribuyes
a asegurar que suceda lo peor.
O puedes agarrarte a cualquier esperanza
–siempre hay alguna– e intentar hacer lo que puedas –y quizás así seas
capaz de evitar un desastre, o incluso, de abrir el camino a un mundo
mejor. (...)" (Entrevista a Noam Chomsky, Miguel Mora , Ctxt, en Rebelión, 09/02/2015)
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