14/4/15

La idea de la Renta Básica echa raíces

"(...) Fuera de Europa, la Renta Básica está logrando apoyos en otros países industrializados, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón. Alaska es un ejemplo destacado, ya que desde 1982 ha tenido su propia forma particular de Renta Básica, un dividendo incondicional anual pagado de forma individual a todas las personas que han vivido allí durante al menos doce meses (excepto los condenados por un delito grave en el último año). 

El Fondo Permanente de Alaska (FPA), que consiste en 25% del capital obtenido por la venta o regalías de minerales (petróleo y gas) por parte del Estado, paga la factura. El pago anual se basa en un promedio de los ingresos del FPA de cinco años y ha variado desde los 331,29 dólares de 1984 a los 3.269 dólares en el año 2008, si bien, dadas las particulares características de este fondo, hay años cuya cantidad es menor que la del año precedente. 

A pesar de que esta «Renta Básica» no implica una reforma fiscal (como proponemos en el Reino de España), sus beneficios son innegables. Alaska es uno de los estados con las tasas más bajas de pobreza en los Estados Unidos y uno de los menos desiguales. En 2009, el beneficio añadió unos 900 millones al poder adquisitivo de los habitantes de Alaska, el equivalente a 10.000 nuevos puestos de trabajo.

La idea de la Renta Básica ha echado raíces en los países del Sur como una medida contra la pobreza, por ejemplo en Brasil, en Namibia y en Sudáfrica. Brasil es el primer país del mundo que ha adoptado una ley (2003) que pide la introducción de una Renta Básica. En Sudáfrica, los sindicatos, algunas iglesias y muchas ONG reivindican lo mismo y, en Namibia, la Coalición del Subsidio de la Renta Básica (dirigido por el Consejo de Iglesias, la Unión Nacional de Trabajadores de Namibia, el Foro de ONG de Namibia, el Consejo Nacional de la Juventud y la Red de Namibia de Organizaciones para el Servicio frente al SIDA) llevaron a cabo un proyecto piloto de dos años (2007-2009) en Otjivero-Omitara, una zona rural de ingresos bajos, donde los 930 habitantes recibieron un pago mensual de 100 dólares namibios cada uno (unos 12,4 dólares estadounidenses). 

El pago era pequeño, pero los resultados fueron sorprendentes: el número de niños con bajo peso pasó del 42% al 10%; las tasas de abandono escolar se redujeron del 40% a casi el 0%; el número de pequeñas empresas aumentó, al igual que el poder adquisitivo de los habitantes, creando así un mercado para los nuevos productos. 

Sin embargo, el gobierno de Namibia hasta ahora se ha resistido a introducir una Renta Básica a escala nacional. En Ciudad de México una pensión pagada como un derecho para todas las personas de 68 y más años (unas 410.000) también ha logrado beneficios sociales: aumento de la autonomía y la libertad de las personas de edad avanzada, más respeto en el ámbito familiar, una mayor visibilidad pública, la mejora de la autoestima, una mejor nutrición y salud, y una disminución de la desigualdad social.

 En 2010, se introdujo una Renta Básica parcial en la India como parte de un proyecto piloto apoyado por UNICEF y desarrollado por el sindicato de mujeres Asociación de Trabajadoras Autónomas (SEWA). Durante un año, 6.000 personas de las zonas rurales de Madhya Pradesh recibieron un pago incondicional, que equivalía a alrededor de 24 dólares estadounidenses al mes para una familia promedio. El proyecto logró una mejor alimentación, salud, educación, vivienda e infraestructura, actividad económica y, sobre todo, nivel de instrucción.

Otras iniciativas, relacionadas con la Renta Básica en la medida en que son «programas de dinero gratuito», han ofrecido pagos únicos a las personas sin hogar en Londres, a los habitantes pobres de un pueblo en el oeste de Kenia, y a niñas y mujeres en Malawi.

 Todos ellos muestran correlaciones claras entre estos pagos y menores tasas de delincuencia, un descenso de la desigualdad, menos desnutrición, baja mortalidad infantil y menores tasas de embarazo adolescente, menos absentismo escolar, mejores tasas de finalización de la escuela, mayor crecimiento económico o mayores tasas de emancipación. 

También tenemos el interesante caso de Cherokee, Carolina del Norte (con una población actual de 8.000 personas), donde la Eastern Band of the Cherokee Nation es la propietaria del casino. En 1996, el consejo de la tribu votó para distribuir la mitad de las ganancias del casino de manera uniforme entre sus cerca de 15.000 miembros con el fin de dar a la comunidad una parte de la riqueza conseguida gracias al juego. 

Los pagos han aumentado de 500 dólares hasta alrededor de 10.000 dólares por persona al año. Jane Costello, un investigador de la Universidad de Duke que ha estado estudiando los efectos de estos pagos en 1.420 niños Cherokee del área durante los últimos veinte años, comparando la vida de los niños pobres que recibieron los pagos con los que no lo hicieron, encontró que, en algunos años, los que recibieron los pagos estaban un grado por delante en la escuela en comparación con aquellos que no lo hicieron, tenían una mejor salud mental en general, y los problemas de conducta de este grupo disminuyeron en un 40% y las tasas de criminalidad en un 22%.

Los programas de Renta Básica «parciales» y las iniciativas de pago único de «dinero gratis» son instructivos porque demuestran que estos pequeños pagos incondicionales pueden lograr grandes cambios en la salud social y mental. Si un pago único no universal puede lograr efectos tan positivos, ¿qué no podría lograr una «verdadera» Renta Básica?  (...)

Una Renta Básica no es difícil de financiar, tal y como ha demostrado un exhaustivo estudio reciente para Cataluña. Otra investigación desarrollada recientemente para el conjunto del Reino de España con una metodología muy parecida y a partir de una muestra de casi 2.000.000 de ejemplares del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, demostró que una Renta Básica de casi 7.500€ al año (y una quinta parte para los menores de dieciocho años) podría financiarse sin tocar ningún servicio social y, además, se ahorraría una gran cantidad de los costes administrativos y las prestaciones sociales con costes menores, las cuales serían eliminadas.

 Más concretamente, una persona que recibe una pensión de 1.500€ al mes recibiría la misma cantidad (650€ de Renta Básica y 850€ en concepto de pensión), pero la persona que actualmente recibe una asignación pública monetaria de 400€ recibiría 650€, más de un 60% adicional. 

Estos dos estudios se basan en un sistema de redistribución de impuestos progresivos sobre la renta donde el 20% más rico financiaría fundamentalmente la Renta Básica, aunque también la recibirían. ¡Los ricos reciben la Renta Básica, pero no ganan, repetimos de nuevo! El 70% de la población con las rentas más bajas ganaría; un giro radical de la situación actual. La introducción de una Renta Básica no es un problema económico, sino político.  (...)"                (Daniel Raventós / Julie Wark - www.sinpermiso.info,  , en Attac España, 12/04/2015)

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