14/12/15

Sin un trabajo público garantizado, la Renta Básica Universal es simplemente asistencia social con otro nombre. “La respuesta al problema del desempleo es más empleo”

"Hay un entusiasmo creciente en la izquierda actual sobre la denominada renta básica universal (RBU) o lo que alternativamente se conoce como renta básica garantizada. Bajo este sistema se supone que el Gobierno proveerá a cada persona de una paga regular y lo hará sin requerirle que participe en ninguna forma particular de trabajo social. 

 La idea, como argumentan Nick Srnicek y Alex Williams en su libro de próxima aparición Inventing the Future: Post-capitalism and a World without Work (Verso, 2015), es crear un nuevo mecanismo de redistribución que “transformará la precariedad”, “reconocerá la labor social”, “facilitará que el poder de clase se organice” y “ampliará el espacio en el cual experimentar cómo nos organizamos las comunidades y las familias”.  (...)

¿Cuál es la meta final de este nuevo orden? El fin del trabajo remunerado y el principio de la era poscapitalista. Como respuesta a la plaga de recuperaciones sin empleo y a la ofensiva de las nuevas técnicas de automatización, Srnicek y Williams concluyen que todas las señales apuntan a una inminente “sociedad postrabajo” y que la “demanda de la socialdemocracia por el pleno empleo debería ser reemplazada por la demanda de pleno desempleo”. 

En manos de Srnicek y Williams la renta básica universal asciende de su estatus marginal en los think tanks y las redes sociales a las alturas del rigor intelectual y la sabiduría asociada con la crítica teórica. 

Teóricos como Steven Shaviro ya han empezado a debatir las posibilidades y límites de la revolución de la RBU de Srnicek y Williams y sin duda continuarán haciéndolo por algún tiempo. Pero antes de sumergirnos en este precipitado futuro de la RBU ofrezco una pocas palabras de cautela que parecerán palos en las ruedas. 

Lo que digo aquí es que Inventing the future de Srnicek y Williams yerra en la forma de tratar el problema del desempleo bajo el neoliberalismo y que su formulación confusa genera un deseo por la RBU que no solo es políticamente perverso, sino que además contradice el fin explícito del libro de una transformación sistémica. La RBU puede aportar ayuda para algunos males contemporáneos. Pero sugiero que no cargue con el peso de la transformación total que Srnicek y Williams pretenden. 

Argumento que en el núcleo del error analítico de Srnicek y Williams subyace una visión liberal sobre el dinero y el desempleo no percibida. De acuerdo con el imaginario liberal el dinero aparece como una cosa finita que pertenece al volátil dominio de los capitales privados y las finanzas. 

Entonces, sobre la base de esa imagen convencional del dinero, Srnicek y Williams presuponen otro de los grandes mitos del liberalismo: que el desempleo es el resultado directo de los caprichos del mercado y la creciente automatización.(...9

Desde el punto de vista de la TMM el desempleo no es una consecuencia de los mercados ni de la automatización. Más bien el desempleo resulta del funcionamiento normal del Gobierno creador de moneda. Por esta razón, concluye la Modern Money Network de Raúl Carrillo en The Nation, “tu Gobierno te debe un empleo. 

Con esta frase, Carrillo revela la respuesta alternativa a la devastación neoliberal que la concepción no ortodoxa de la TMM sobre el dinero y el empleo muestra a la vista. Las soluciones de la TMM: 

1) Implementar un programa público de empleo garantizado (trabajo garantizado) que cubra el coste de la vida, el cual sitúa el nivel mínimo para el trabajo social y asegura el derecho de todos a participar con pleno sentido en dar forma a la totalidad social y del medioambiente y 

2) extender el sector publico vía el trabajo garantizado y otros programas públicos con el objetivo de resolver necesidades urgentes sociales y medioambientales.

 “La respuesta al problema del desempleo son más empleos”, escribe Randall L. Wray. Y dado que un Gobierno emisor de moneda no puede nunca quebrar, dice Wray, siempre puede asumir contratar a todo aquel que quiera y sea capaz de participar en la construcción de un mundo mejor. 

Encarándolo desde esta perspectiva, el problema del desempleo delineado por Srnicek y Williams cambia desde una crisis capitalista que señala el fin del trabajo y que requiere una RBU hacia una crisis de gobernanza y potencialmente un proyecto socialista a gran escala. Ese proyecto reside en poner los medios de producción en manos comunitarias para reevaluar activamente la naturaleza y el significado del trabajo remunerado y en última instancia transformar la totalidad ecológica y social.

 De hecho, desde ese punto de vista, la contracción del sector privado puede convertirse en la bonanza del interés público. Cuanto más prescindan los mercados y las tecnologías de la automatización del trabajo humano, mejor podrá el Gobierno emplear directamente a más personas para servir fines públicos y medioambientales. 

El trabajo garantizado de la TMM, mientras tanto, es más que un remedio dirigido al desempleo y subempleo de hoy día. Se muestra para reconfigurar todas las relaciones sociales por definir de forma activa los términos mínimos de retribución, atención sanitaria, condiciones de trabajo, permisos retribuidos, etc. 

 Empoderando a los privados de derechos involucrará a los trabajadores en dar forma a los valores que dirigen la producción económica y la distribución en su conjunto. Pero sobre todo el trabajo garantizado de la TMM promete convertirse en una institución social fundacional sobre la cual otras puedan demandarse y desarrollarse. 

Cuidado socializado de niños y ancianos, educación accesible para todas las edades, banca postal de bajo coste, sociedades de tenencia de tierras comunitarias, modernización mantenimiento y sostenibilidad ecológica de edificios, infraestructura pública cultural y artística, esas instituciones pueden ser más fácilmente reclamadas y obtenidas cuando se lanzan desde el lugar del empoderamiento, la solidaridad y la reciprocidad que el trabajo garantizado promete crear. Por estas razones argumento que es el trabajo garantizado de la TMM, más que la renta básica universal, la clave de todos los objetivos políticos. 

Al final, encuentro que la llamada de Srnicek y Williams por una sociedad de renta básica universal se parece un poco a las soluciones parciales y localistas sobre las que su libro previene. La RBU sin duda es una mejora sobre el orden neoliberal. Muy bien puede ayudar a transformar la precariedad, reconocer el trabajo social, facilitar que se organice el poder de clase y ampliar el espacio en el cual experimentar cómo nos organizamos las comunidades y las familias, como sugieren Srnicek y Williams. 

Sin embargo, dado el hecho que la RBU sería una institución descentralizada, no planificada y sin participación activa, temo que encaja fácilmente con las fantasías neoliberales de inmanente autoorganización y que por sí sola es estructuralmente incapaz de llevar a cabo el tipo de amplias y duraderas transformaciones que Srnicke y Williams desean. 

Sin un trabajo público garantizado, la Renta Básica Universal es simplemente asistencia social con otro nombre, una solución laissez-faire a la crisis social y ecológica contemporánea. 

La RBU dice, elige, cuida de ti mismo y deja a los dioses de la autoorganización que se encarguen de la totalidad. El comunitarismo directo es vital en cualquier orden social. Pero el viejo sueño del Gemeinshaft será inadecuado para establecer y mantener la transformación total que tan desesperadamente necesitamos."                (Scott Ferguson , Counter Punch, en Rebelión, 11/12/15)

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